Glory, contra un amargo recuerdo
Alozie, que perdi¨® en Sidney a su novio, atropellado, quiere ganar el oro como espa?ola
Con Glory Alozie, en su castellano gracioso, entrecortado, r¨¢pido, se puede hablar de atletismo, de sus peque?as lesiones, de su pesimismo aparente. Con su sonrisa permanente, con su sinceridad ingenua, se puede hablar un poco de su vida privada en Valencia, de su espectacular matrimonio con Phineboy, de sus diez d¨ªas de esponsales en Amator (Nigeria). Se puede hablar de casi todo, de sus medallas, de su preparaci¨®n, de sesiones de pesas, de su posici¨®n en la ¨¦lite mundial de las vallas altas o de su nacionalizaci¨®n espa?ola. Pero hay un asunto que es mejor no sacar, un recuerdo que le doler¨¢ toda la vida y que prefiere no tocar en p¨²blico, un drama vital que el ambiente de los Juegos, la vida en la Villa de los atletas, ha vuelto a sacar a la superficie.
S¨®lo 25 cent¨ªmetros la privaron del triunfo en Australia, donde compiti¨® como una fiera herida
Ocurri¨® hace cuatro a?os, una semana antes de la inauguraci¨®n de los Juegos de Sidney. Ella estaba en Yokohama (Jap¨®n), en su hotel, cuando recibi¨® una llamada de Julia Garc¨ªa, su representante. "Hyginus ha muerto. Le ha atropellado un coche en Sidney". Hyginus Anugo era el novio, el amigo desde la infancia, el compa?ero de entrenamientos.
Garc¨ªa hab¨ªa descubierto a Glory, nacida el 30 de diciembre de 1977, 1,56 metros de estatura, 52 kilos de puro m¨²sculo, cuando a los 18 a?os qued¨® subcampeona del mundo juvenil de 100 vallas en Sidney 96. "La vi en las semifinales y me dije: 'Esta chica es una bomba", cuenta Garc¨ªa. Alozie le explic¨® que en Nigeria andaban muy mal de instalaciones; que su t¨¦cnico, un cubano, se iba a volver a su isla y que, pese a que la primera vez que hab¨ªa salido de su pa¨ªs hab¨ªa sido para ir a Sidney, no le importar¨ªa emprender una aventura en Europa. "Y en la primavera de 1997 se vino a entrenarse a Madrid", contin¨²a; "yo enseguida llam¨¦ a Valencia, al t¨¦cnico Rafael Blanquer, y le dije: 'Rafa, s¨®lo t¨² puedes sacarla adelante".
Glory descubri¨® Europa, la civilizaci¨®n urbana, en Valencia, viviendo en la casa de su entrenador, cuidada por su esposa. All¨ª progres¨®, domin¨® su extraordinaria potencia, su gran capacidad de salto, adquiri¨® la t¨¦cnica, se hizo grande. En 1998 logr¨® la mejor marca de su vida, 12,44s, y se convirti¨® en la n¨²mero uno del mundo: gan¨® 17 de las 19 competiciones en que particip¨®. En 1999 gan¨® la medalla de plata en los Mundiales de Sevilla. En 2000 ya era una veterana del gran circuito. Los Juegos de Sidney iban a ser su primera gran fiesta atl¨¦tica en la que su novio, Anugo, fue convocado por Nigeria para formar parte del equipo del relevo de 4x400. Pero poco despu¨¦s, las cosas empezaron a torcerse. Al llegar a la capital australiana, Anugo se enter¨® de que Nigeria no le hab¨ªa acreditado, de que no ten¨ªa cama en la Villa, de que ten¨ªa que buscarse la vida. Poco despu¨¦s, al cruzar una calle, encontr¨® la muerte. Glory estaba en Jap¨®n, junto a Yago Lamela, para disputar el ¨²ltimo mitin preol¨ªmpico. Desencajada, en cuanto Garc¨ªa le dio la peor noticia de su vida, tom¨® un avi¨®n. Al pie de la escalerilla, en Sidney, la esperaba Blanquer. All¨ª comenz¨® una nueva pesadilla.
Nigeria se desentendi¨® de todo lo necesario para repatriar el cad¨¢ver de Anugo y tuvieron que ser los buenos oficios de Blanquer y Garc¨ªa con la Comunitat Valenciana quienes solucionaran el embolado. Fue entonces cuando Glory decidi¨® solicitar la nacionalidad espa?ola, romper su vinculaci¨®n con la Nigeria oficial, no con la vital. Pero antes debi¨® competir como nigeriana, sin comer, sin dormir, con el recuerdo de Hyginus, con la miseria quem¨¢ndole las entra?as. Perdi¨® cinco kilos y, pese a todo, sali¨® a competir como una fiera herida. En las semifinales logr¨® el mejor tiempo de las participantes: 12,68s. En la final, sin la norteamericana Gail Devers, lesionada, pas¨® la quinta valla con un metro de ventaja sobre la segunda, la kazaja Shishigina. No pudo m¨¢s. Poco a poco, perdi¨® la fuerza, la ventaja, y en la ¨²ltima valla, la d¨¦cima, Shishigina la igual¨®. Perdi¨® el oro por 25 cent¨ªmetros. Aquel d¨ªa se prometi¨® que en Atenas har¨ªa de la plata oro como espa?ola, con el pasaporte que tiene desde julio de 2001, con la bandera con la que dio su primera vuelta triunfal en la pista cubierta de Viena en los Campeonatos de Europa, del triunfo del que luego fue despose¨ªda por problemas con la licencia de la federaci¨®n nigeriana, con el pa¨ªs con el que se proclam¨® campeona europea al aire libre y ya sin reticencias en M¨²nich 2002.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.