Difama que algo queda
Cuando hace un mes en Boston John Kerry inici¨® su intervenci¨®n en la convenci¨®n dem¨®crata con un saludo militar a los delegados y un marcial "Se presenta John Kerry, dispuesto para el servicio", nunca imagin¨® que su actuaci¨®n en Vietnam como comandante de una lancha r¨¢pida en el delta del Mekong ser¨ªa objeto de controversia. A su lado en la tribuna, para dar fe de su valor y de su arrojo, se encontraban algunos antiguos compa?eros, incluido un miembro de su tripulaci¨®n a quien salv¨® la vida bajo el fuego enemigo. Con su puesta en escena, Kerry quiso subrayar ante los delegados y ante el pa¨ªs su experiencia militar y su capacidad de decisi¨®n en momentos de peligro para contrarrestar uno de los pocos cap¨ªtulos en los que George W. Bush le aventaja en las encuestas: la capacidad de liderazgo en la guerra contra el terrorismo. Una puesta en escena que pudiera parecer ingenua en Europa, donde a menudo se olvida que en Estados Unidos al elegir a un presidente se elige tambi¨¦n al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Un matiz importante en un pa¨ªs que se considera en guerra.
Kerry crey¨® que los testimonios personales de sus compa?eros y las condecoraciones a su hero¨ªsmo, varias de las cuales precisaron para su concesi¨®n de la aprobaci¨®n presidencial, hac¨ªan imposible e impensable cualquier cr¨ªtica a su historial en Vietnam. No contaba con la capacidad de manipulaci¨®n de los estrategas de la campa?a republicana, que, desde la clausura de la convenci¨®n dem¨®crata, se han dedicado, como se?alaba el corresponsal de este peri¨®dico en Washington el lunes, a intentar denigrar por todos los medios y por personas interpuestas la actuaci¨®n de Kerry en Vietnam e, incluso, a poner en entredicho su valor y sus heridas, ante el silencio c¨®mplice de un Bush, que invoca la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresi¨®n, para negarse a desautorizar expresamente la campa?a de difamaci¨®n contra el candidato dem¨®crata.
La vieja m¨¢xima de "difama que algo queda" ha vuelto a funcionar en esta fase de la campa?a y la aceptaci¨®n de Kerry entre los veteranos de guerra, un importante sector de votantes, ha ca¨ªdo nueve puntos (del 47% al 36%) en la ¨²ltima semana. Ca¨ªda compensada por el peque?o margen de ventaja que el dem¨®crata sigue manteniendo frente a Bush entre los votantes registrados desde la convenci¨®n de Boston y que, probablemente, se evaporar¨¢ tras la celebraci¨®n del congreso republicano, que comienza la pr¨®xima semana en Nueva York. Kerry se encuentra en la desagradable situaci¨®n de tener que gastar sus energ¨ªas en defender su actuaci¨®n en una guerra ocurrida hace 35 a?os en lugar de debatir sobre los graves y acuciantes temas actuales, desde la educaci¨®n y la sanidad a la situaci¨®n en Irak y la econom¨ªa. Como se?alaba recientemente el veterano analista pol¨ªtico de la CNN Bill Schneider, "cada d¨ªa que se discute sobre Vietnam es un d¨ªa que ganan los republicanos para no tener que discutir los problemas reales del pa¨ªs".
Sin embargo, la manipulaci¨®n es tan evidente y el historial b¨¦lico de Kerry tan n¨ªtido -su expediente completo procedente de los archivos de la Marina puede ser consultado en la web de su campa?a-, que el tiro les puede salir por la culata a los republicanos. Una persona tan conocedora de los entresijos de la pol¨ªtica estadounidense como David Gergen, antiguo asesor de los ex presidentes George Bush padre y Bill Clinton, declaraba el lunes que dem¨®cratas que no pensaban votar o independientes indecisos podr¨ªan decantarse por Kerry ante las insidias vertidas contra el senador candidato. Puede que la campa?a pierda virulencia ante la proximidad de la convenci¨®n republicana, en la que los estrategas del partido pretenden recuperar para Bush la imagen de conservador compasivo y aglutinador de voluntades con la que se present¨® hace cuatro a?os. Pero, en ese caso, los republicanos ya se preparan para utilizar en provecho propio las multitudinarias manifestaciones callejeras anti-Bush anunciadas en la Gran Manzana, donde s¨®lo uno de cada ocho votantes registrados se declara republicano. ?Qu¨¦ se puede esperar de un partido que pretende interrumpir con "disturbios callejeros" la celebraci¨®n de la convenci¨®n de sus oponentes? Atenci¨®n, pues, a los spots televisivos de los pr¨®ximos d¨ªas sufragados por los ir¨®nicamente titulados "grupos independientes". Pueden superar en vileza a los de Vietnam.
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