El Gerruj sube al trono
El marroqu¨ª derrota a Bekele y se convierte, con Nurmi, en el ¨²nico que vence en 1.500 y en 5.000 en los mismos Juegos
El Guerruj, de nuevo. Ahora en los 5.000 metros. Una victoria grandiosa porque le coloca junto Paavo Nurmi, el hombre que defini¨® la excelencia en el atletismo. Nadie hab¨ªa logrado repetir la gesta del finland¨¦s en los Juegos de Par¨ªs 24: el doble triunfo en el 1.500 y el 5.000. Para su generaci¨®n y todas las que siguieron, Nurmi ha sido la referencia del fondo y del medio fondo, del atletismo, en fin. Desde ayer, El Guerruj tiene la misma jerarqu¨ªa. Parec¨ªa destinado a tropezar con el destino en los Juegos y, sin embargo, sale de Atenas como un h¨¦roe. Venci¨® en el 1.500 en una de las finales m¨¢s espectaculares que se recuerdan y, por lo visto, se liber¨® de todos los fantasmas. Decidi¨® atacar la prueba de 5.000, donde le esperaban el et¨ªope Bekele y el keniano Kipchoge. Uno era campe¨®n ol¨ªmpico de 10.000. El otro gan¨® el 5.000 en los Mundiales de Par¨ªs. No gan¨® a cualquiera, sino a El Guerruj y Bekele. De nuevo se enfrentaban las tres grandes estrellas del momento. Probablemente se trataba de la carrera m¨¢s esperada de los Juegos.
Parec¨ªa destinado a tropezar con el destino y, sin embargo, sale de Atenas como un h¨¦roe
La final ofrec¨ªa toda clase de lecturas. Sin duda, se anunciaba una revancha. En los Mundiales de Par¨ªs, los dos atletas consagrados, Bekele y El Guerruj, se vieron sorprendidos por un keniano desconocido. Era Kipchoge, en cuyos papeles figuraba una edad sospechosa. Nadie le tom¨® por un chico de 19 a?os, pero as¨ª figuraba oficialmente en su pasaporte. Cualquiera que fuera su edad, derrot¨® a El Guerruj y Bekele, dos fen¨®menos que por vez primera se disputaban la victoria en una pista. Al factor revancha se a?adi¨® el duelo entre el hombre que maravill¨® en la final de 10.000 metros y el atleta que enterr¨® sus miserias ol¨ªmpicas en la final de 1.500. Pocas veces se producen este tipo de enfrentamientos. Los ases se guardan de exponer su prestigio frente a rivales capaces de vencerles. Pero estos Juegos han sido pr¨®digos en campeones generosos. Phelps se enfrent¨® a Thorpe en los 200 metros libre por el placer de competir con el m¨¢s grande de la especialidad. El Guerruj y Bekele se citaron en una distancia intermedia entre el 1.500 y el 10.000 para decidir la jerarqu¨ªa entre los dos.
Parec¨ªa que Bekele entraba en la final en mejores condiciones. Venci¨® con facilidad en el 10.000 y pas¨® c¨®modo a la final de 5.000. Dos carreras en ocho d¨ªas. El Guerruj ven¨ªa de atravesar una tremenda tensi¨®n nerviosa, de disputar tres carreras de 1.500 y la semifinal de 5.000 en una semana y, sobre todo, de exprimirse frente a Lagat en la famosa recta que le dio la victoria en su carrera natural. Kipchoge estaba m¨¢s fresco que nadie. Lo suyo s¨®lo es el 5.000. Hab¨ªa, por tanto, todo tipo de c¨¢balas sobre la carrera, que arranc¨® al trotecito, con ritmo de jubilados. Nadie tom¨® en consideraci¨®n el paso por el primer kil¨®metro. 2,58 minutos son una broma para estos atletas. Estaba claro que dejaban la soluci¨®n para el final.
Un peque?o arre¨®n del keniano Chebii sirvi¨® para eliminar al personal menos representativo de la carrera. Kipchoge, Bekele y El Guerruj ni se inmutaron. De forma casi imperceptible, el ritmo creci¨® hasta alcanzar la velocidad de crucero conveniente para los tres. Bekele agit¨® un poco a sus rivales con su zancada perfecta, pero no fue m¨¢s all¨¢. No se decidi¨® por un ataque largo. Quiz¨¢ debi¨® intentarlo. Con un ritmo tan sostenido, El Guerruj se encuentra en su elemento. Tampoco atac¨® el nigeriano. Se limit¨® a conducir la carrera con un buen paso. Con los antecedentes de Par¨ªs, donde venci¨® a los dos astros en la ¨²ltima recta, la carrera le iba muy bien.
El ¨²nico problema para El Guerruj fue el marcaje del alt¨ªsimo Gebremarian, el pretoriano de Bekele. Estaba all¨ª para bloquear al campe¨®n marroqu¨ª. Se sucedieron los metros y las vueltas sin que ocurriera nada especial. Se descolgaban uno a uno aquellos que pretend¨ªan ser aspirantes a luchar con los tres mejores. No les daba el cuerpo. El australiano Craig Mottram, un fondista de casi dos metros de alto, hab¨ªa llegado a Atenas con la intenci¨®n de protagonizar la sorpresa. Pues no. Tambi¨¦n se descolg¨®. S¨®lo hab¨ªa sitio para Kipchoge, Bekele y El Guerruj. El keniano aceler¨® el paso en la ¨²ltima vuelta, un ataque interesante que encontr¨® la sencilla respuesta de sus dos rivales. Kipchoge no estaba en Par¨ªs. Esta vez no iba a ganar. Quiz¨¢ era el momento de Bekele, que lo intent¨® en la curva con la energ¨ªa que acostumbra. En el 10.000 no tuvo rival, pero aqu¨ª figuraba El Guerruj, y eso son palabras mayores. Bekele puede hacer 52 segundos en la ¨²ltima vuelta. El Guerruj, tambi¨¦n y hasta un poco menos. A la salida de la curva los dos se igualaron y se lanzaron a la victoria. No necesit¨® El Guerruj el esfuerzo descomunal que despleg¨® para imponerse a Lagat en el 1.500. Bekele capitul¨® a falta de 20 metros. Nadie pod¨ªa parar al campe¨®n marroqu¨ª, cuyo sue?o se ha cumplido. Dice que su objetivo en el atletismo es ser el mejor de todos los tiempos. Hab¨ªa uno. Era Paavo Nurmi. Ahora comparte el pedestal con Hicham El Guerruj.
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