Los duros del partido hacen o¨ªr su voz en la convenci¨®n

El lunes y el martes por la noche, el Madison Square fue escenario de los discursos de las figuras m¨¢s populares del partido, como Arnold Schwarzenegger, Rudy Giuliani o John McCain, que no tienen la menor discrepancia con la l¨ªnea oficial en lo b¨¢sico -la seguridad en el centro de la campa?a y Bush en el centro de la seguridad, como l¨ªder imprescindible- pero que se identifican con posiciones moderadas en asuntos como las uniones entre homosexuales, el control de armas y el derecho al aborto.

Anoche, los m¨¢s duros recuperaron el escenario de la convenci¨®n. En cabeza, el vicepresidente Dick Cheney, que lleva cuatro semanas haciendo en campa?a lo que suelen hacer los vicepresidentes: ser el perro de presa que ataca al candidato rival para hacerle el trabajo m¨¢s sucio al presidente.

Cheney ha puesto en cuesti¨®n el historial y la capacidad de Kerry, y anoche mantuvo esa l¨ªnea. Le ayud¨® de manera muy eficaz un dem¨®crata que va por libre, el senador -a punto de dejar el esca?o- Zell Miller, de Georgia, representante del viejo partido dem¨®crata ultraconservador del sur.

En la pasarela de los ortodoxos desfilaron tambi¨¦n Rick Santorum, senador de Pensilvania, que se ha convertido en un cruzado en contra de los derechos de los homosexuales y del aborto, y Michael Reagan, hijo del recientemente fallecido Ronald Reagan. Su papel es contrarrestar la comparecencia en la convenci¨®n dem¨®crata de Boston de su hermanastro Ronald Jr., que respald¨® la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre y, sin pedir el voto para Kerry, fue muy cr¨ªtico con el Gobierno, que limita el uso de fondos p¨²blicos en esa investigaci¨®n, de la que es decidida partidaria su madre, Nancy Reagan, que aunque no est¨¢ en Nueva York hizo p¨²blico hace d¨ªas su respaldo a Bush.