Hermosa, excepcional
Mar adentro es una pel¨ªcula hermosa, inteligente, arriesgada y narrativamente muy h¨¢bil. Confirma el talento de Alejandro Amen¨¢bar, que por vez primera ha realizado una pel¨ªcula sobre seres humanos de verdad y sobre un tema social de enorme trascendencia como es la eutanasia. Recupera para nuestra memoria el caso de Ram¨®n Sampedro, marinero accidentado a sus 25 a?os y condenado a vivir inm¨®vil en una cama ("No soy m¨¢s que una cabeza pegada a un cuerpo muerto"), dependiente de la generosa atenci¨®n de sus familiares. Ram¨®n quer¨ªa acabar con aquel suplicio ("Para m¨ª, esos dos metros necesarios para llegar hasta ti y poder siquiera tocarte son un viaje imposible, son una quimera, ?un sue?o!... por eso quiero morirme").
MAR ADENTRO
Direcci¨®n: Alejandro Amen¨¢bar. Int¨¦rpretes: Javier Bardem, Bel¨¦n Rueda, Lola Due?as, Mabel Rivera, Celso Bugallo, Clara Segura, Tamar Novas, Francesc Garrido, Joan Dalmau. G¨¦nero: drama. Espa?a, 2004. Duraci¨®n: 125 minutos.
Reclamando una muerte digna, lucha en los tribunales, publica un libro defendiendo la eutanasia (Cartas desde el infierno), aparece en televisi¨®n ("He querido mostrar esta imagen de mi cuerpo atrofiado e insensible para que jueces, pol¨ªticos o quienes tengan que tomar la decisi¨®n, ya que no pueden sentir el dolor como yo lo siento, entiendan al menos por qu¨¦ una persona puede llegar a decidir que la vida no es esto... Que la vida es otra cosa"), pero s¨®lo con la ayuda de unos amigos an¨®nimos logra ingerir la dosis de cianuro necesaria, haciendo que se filme el momento de su muerte para que quede testimonio de su reivindicaci¨®n: "Considero que vivir es un derecho, no una obligaci¨®n, como ha sido en mi caso, obligado a soportar esta penosa situaci¨®n durante 29 a?os, cuatro meses y algunos d¨ªas. Pasado este tiempo, hago balance del camino recorrido y no me salen las cuentas de la felicidad".
Aunque la pel¨ªcula no entre en ello, el caso de Ram¨®n Sampedro levant¨® un debate que dio la vuelta al mundo mientras la justicia espa?ola buscaba infructuosamente a los c¨®mplices de su muerte. M¨¢s de 2.000 ciudadanos se confesaron p¨²blicamente responsables de haber administrado a Sampedro aquella dosis mortal. Finalmente, se decidi¨® cerrar el expediente.
Con austeros mimbres dram¨¢ticos -un hombre en la cama entre las cuatro paredes de su habitaci¨®n, las visitas de una abogada y de una joven vecina infeliz y la presencia casi constante de los miembros de la familia-, los guionistas Amen¨¢bar y Mateo Gil han tejido una pel¨ªcula apasionante en la que la emoci¨®n convive con el buen humor del propio Ram¨®n Sampedro. Sin alejarse del grave hilo fundamental, han sabido enriquecer la narraci¨®n con pinceladas de una vitalidad tan contagiosa que el espectador alterna la sonrisa con la congoja, disfrutando de cada minucioso detalle. No hay resquicios en la ambientaci¨®n de la aislada casa gallega donde se desarrolla la acci¨®n, ni en el vestuario, que parece usado por los actores durante toda su vida, ni en la fotograf¨ªa de Javier Aguirresarobe, tan viva como discreta, sin el protagonismo que fue necesario en Los otros.
Son admirables los int¨¦rpretes, magn¨ªficos todos y cada uno, comenzando por Javier Bardem, que realiza uno de sus trabajos m¨¢s dif¨ªciles y brillantes, desde su composici¨®n f¨ªsica hasta el acento gallego, continuando con Lola Due?as, la vecina amiga; Mabel Rivera, la cu?ada (?de d¨®nde ha salido este asombro de actriz?); Joan Dalmau, el padre; Celso Bugallo, el hermano; Tamar Novas, el sobrino; Bel¨¦n Rueda, la abogada; Jos¨¦ Mar¨ªa Pou, el divertido cura tridentino... En una pel¨ªcula tan inspirada como ¨¦sta, se respira el entusiasmo que se debi¨® de vivir durante su realizaci¨®n y que ahora se transmite igualmente al espectador. Tanto que cada cual puede hacer suya la pel¨ªcula e incluso discutir por cuestiones de opini¨®n o de gusto algunas de sus elecciones. ?Era el personaje interpretado por Bel¨¦n Rueda quien deb¨ªa cerrar la historia o, en su lugar, el de Lola Due?as, con su ingenua frescura, ya que a la postre su personaje es determinante? ?Deb¨ªa insistirse en el esbozado tema de amor? Y es que Mar adentro te cala hondo, acaba formando parte de ti, su recuerdo madura en el tiempo. Naturalmente, no es una sensaci¨®n obligatoria. Quien escribe cuenta la propia. Una pel¨ªcula imprescindible.
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