La obra de 80 artistas resume la deslumbrante creatividad mexicana
Lille re¨²ne 407 piezas de Rivera, Siqueiros y otros desde la revoluci¨®n de 1910 hasta 1960
Dentro del variopinto cat¨¢logo de actividades que Lille ha organizado con motivo de su capitalidad cultural europea puede que la exposici¨®n Mexique-Europe, allers-retours, 1910-1960 sea lo mejor. Se trata de una muestra de 407 obras, firmadas por m¨¢s de 80 artistas, que ofrecen una imagen deslumbrante de la creatividad mexicana durante un periodo concreto -desde el principio de la revoluci¨®n y hasta el final de la ¨¦poca dorada de la pintura mural-, al tiempo que se presenta desde una ¨®ptica en la que se relaciona esa explosi¨®n de talento con los movimientos que se produc¨ªan en Europa.
Revitalizaron la creaci¨®n europea y en algunos casos llegaron a exportar de manera f¨ªsica esa influencia
Sab¨ªamos que Diego Rivera hab¨ªa hecho un retrato maravilloso de Jean Cocteau, de su amistad con Andr¨¦ Breton, incluso puede que hubi¨¦semos visto el retrato que de ¨¦l hizo Modigliani, pero nunca se nos hab¨ªa ofrecido la oportunidad de ver juntos La mujer de la rosa, de Carlos M¨¦rida, y Femme lippue, de Van Dongen, o el cubista El puente de San Mart¨ªn imaginado por Rivera y Landschap met bomen, un paisaje no menos cubista del vecino de rellano, Piet Mondrian. A?os m¨¢s tarde ser¨¢ David Alfaro Siqueiros quien establezca contacto con el joven Jackson Pollock y en Lille est¨¢n las telas que lo demuestran.
Si hasta la Revoluci¨®n de 1910 la ¨¦lite dirigente mexicana s¨®lo valoraba -en materia art¨ªstica- lo que ven¨ªa de Europa, a partir de esa fecha el pa¨ªs se reconcilia con su pasado precolombino, con las clases populares y su artesan¨ªa, y con un deseo de crear una identidad nacional fuerte. Los tres grandes muralistas -el estalinista Siqueiros, el trotskista Rivera y el expresionista Orozco- ser¨¢n los jefes de fila de un proyecto regenerador que acabar¨¢ desembocando en un nuevo academicismo. Si Siqueiros no dudaba en afirmar "mi camino es el ¨²nico camino" eso no impidi¨® al cubista Ram¨®n Alva de la Canal proseguir, en compa?¨ªa del escultor Germ¨¢n Cueto y del tambi¨¦n pintor Ferm¨ªan Revueltas, el ideario estridentista, una variaci¨®n m¨¢s de los mismos hijos del futurismo y el constructivismo. Su defensa del cosmopolitismo les marginar¨¢ del primer plano hasta bien entrados los a?os cincuenta, cuando las obras realizadas por Rufino Tamayo en Nueya York confirman que el gran formato para los grandes mensajes no es la ¨²nica v¨ªa.
La exposici¨®n concede la importancia que se merecen a los nombres y personalidades bien conocidos, como Frida Kahlo o el fot¨®grafo ?lvarez Bravo, a la tradici¨®n de estampa popular que arranca con Jos¨¦ Guadalupe Posada, pero tambi¨¦n se interesa por la morbidez inesperada de un ¨®leo extraordinario de Manuel Rodr¨ªguez Lozano, por la composici¨®n atrevida de un retrato de Emilio Baz Viaud o por el sentido del humor y de la cr¨ªtica de Antonio Ruiz. El famoso realismo maravilloso, m¨¢s o menos metaf¨ªsico, tiene una gran potencia en manos de Carlos Orozco Romero, Juan Soriano o la excelente Mar¨ªa Izquierdo, se ti?e de surrealismo si es Alice Rah¨®n, el propio Ruiz o Remedios Varo quienes sostienen el pincel, mientras que gente como Roberto Montenegro o el exilado espa?ol Jos¨¦ Moreno Villa aportan una nota de elegancia muy personal a ese conjunto que sorprende por ofrecer, al mismo tiempo, variedad y coherencia.
La relaci¨®n entre M¨¦xico y Europa es de ida y vuelta, de idas y vueltas, tal y como reza el t¨ªtulo. Algunos de esos artistas se formaron en Par¨ªs, Madrid, Barcelona, Londres o Roma, pero luego ellos revitalizaron la creaci¨®n europea y en algunos casos, como el de Rivera en Nueva York, autor de murales para el Rockefeller Center -destruido por su evidente car¨¢cter revolucionario- o para la sede de la R. C. A., llegaron a exportar de manera f¨ªsica esa influencia.
La exposici¨®n, que permanecer¨¢ abierta hasta el 16 de enero, enriquece la mirada europea sobre la creaci¨®n mexicana pero tambi¨¦n da una mayor complejidad a ¨¦sta, que ya no es s¨®lo fruto de la mexicanidad, de la suma de ra¨ªces indias y populares. El aprendizaje en Europa, la asunci¨®n de clasicismos y tradiciones for¨¢neas, el entusiasmo por el fotomontaje y, sobre todo, la convicci¨®n de vivir una ¨¦poca que necesariamente deb¨ªa desembocar en un mundo mejor, alimentan durante 50 a?os la invenci¨®n art¨ªstica. Los ¨²ltimos -?es un problema de la selecci¨®n hecha por el comisario?- nos hacen sentir que esa energ¨ªa se agota, se deshilacha. En definitiva, que era mejor vivir en un mundo en el que apenas se ten¨ªa de nada pero en el que casi todo era importante que hacerlo en otro en el que hay casi de todo pero nada importa.
La cronolog¨ªa hist¨®rica que acompa?a la exposici¨®n, con el recordatorio del papel desempe?ado por personajes como L¨¢zaro C¨¢rdenas, el anticlericalismo populista atizado por el presidente Calles o el fin de la utop¨ªa sellado por Miguel Alem¨¢n y su acuerdo de asistencia mutua con los Estados Unidos (1947), toma todo su sentido cuando se ven las creaciones que acompa?an cada uno de esos hitos. En realidad, el retrato mismo de Zapata, una obra de Siqueiros (1931) que presenta al l¨ªder campesino con los ojos vac¨ªos y la tez cer¨²lea, es ya una premonici¨®n de c¨®mo ha de acabar todo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.