En la diana del maltrato
Mar¨ªa Luisa Franco compara un buen atestado con un cuadro impresionista, y a una mujer maltratada, con un bons¨¢i achicado hasta l¨ªmites inimaginables. En sus ratos libres, la subinspectora Mar¨ªa Luisa Franco pinta, y en su jornada laboral escucha a decenas de personas a las que sus verdugos han podado hasta convertirlas en seres sin autoestima. "Llegan desorientadas y con sensaci¨®n de culpabilidad porque est¨¢n rompiendo a la familia", describe.
En el ordenador de Franco se conservan m¨¢s de 600 historias terror¨ªficas de humillaciones y golpes. La de una mujer rociada con gasolina, la de otra que viv¨ªa con una mano eternamente adormecida porque se aferraba cada noche al m¨®vil como la tabla de un n¨¢ufrago, la de una tercera que se despertaba a diario con el sonido de la barra de hierro con la que su ex marido golpeaba sus ventanas. En la memoria inform¨¢tica tambi¨¦n figura la historia de una mujer obligada a limpiar cada ma?ana las heces que le dejaba en la ba?era su marido, maltratador y tambi¨¦n guarro.
En la memoria inform¨¢tica figura la historia de una mujer obligada a limpiar las heces que le dejaba en la ba?era su marido, maltratador y tambi¨¦n guarro
Hasta que Jos¨¦ Parejo mat¨® a su ex esposa, Ana Orantes, en 1977, el maltrato gozaba de bula. Un asunto de alcoba, una cuesti¨®n privada entre hombre y mujer
"El maltratador es un controlador que utiliza t¨¦cnicas cada vez m¨¢s agresivas para controlar a la otra persona", define; "yo digo que es la teor¨ªa del bons¨¢i: hoy te echo dos gotitas, te recorto, te pongo bonito, ma?ana te hago otra cosa y as¨ª hasta que acabo por dominar a la naturaleza".
En la peque?a oficina donde trabaja Mar¨ªa Luisa proliferan carteles con lemas contra el machismo que alimenta las relaciones desiguales que acaban degenerando en violencia en casos extremos. "Amores que matan, no gracias", se lee en uno de ellos. "Ella no es de tu propiedad", reza otro. En las paredes tambi¨¦n pueden leerse aut¨®grafos dedicados de la actriz sevillana Mar¨ªa Galiana y del juez Baltasar Garz¨®n. S¨®lo unas gorras apiladas en un rinc¨®n delatan que el despacho pertenece a polic¨ªas.
Ni la subinspectora Franco ni sus subordinados, tres mujeres y cuatro hombres, visten de uniforme. Tras una desagradable experiencia vivida al comienzo de su labor prescindieron de ¨¦l. "?bamos de uniforme hasta que hicimos un acompa?amiento de una mujer a recoger sus cosas y vimos a todo el barrio que estaba pendiente, parec¨ªa que la delincuente era ella", revive Franco.
El grupo Diana, una unidad de la Polic¨ªa Local de Sevilla especializada en malos tratos, naci¨® en noviembre de 2002. Por entonces, Franco era la jefa de sala del 092 en Sevilla, y cuando recibi¨® la propuesta de sus superiores para dirigir el nuevo servicio, no dud¨® un minuto. Con la creaci¨®n del grupo se materializaba el acuerdo suscrito dos a?os antes entre las delegaciones de Seguridad Ciudadana y de la Mujer del Ayuntamiento de Sevilla para que la Polic¨ªa Local asumiese un servicio de teleasistencia para mujeres en riesgo.
Cuatro agentes fueron el germen del grupo Diana, una de las unidades pioneras en todo el pa¨ªs en especializarse en violencia sexista y que hoy sirve de modelo a imitar en localidades de Madrid, Valencia o Galicia. En estos dos a?os se han labrado el reconocimiento de otras instituciones y la confianza de las mujeres. "Lo que nos funciona es el boca a boca", resume la subinspectora. Algunos juzgados les encomiendan tareas fuera del ¨¢mbito geogr¨¢fico que les corresponde, lo que seg¨²n el grupo denota un respaldo evidente a su forma de trabajar. Hasta sus atestados, esos que Franco compara con una obra impresionista, son distintos: "Cuantos m¨¢s puntos puedas dibujar e incluir en un atestado, m¨¢s informaci¨®n tendr¨¢ el juez de lo que est¨¢ pasando, eso es importante en los malos tratos psicol¨®gicos".
Hasta que Jos¨¦ Parejo mat¨® a su ex esposa, Ana Orantes, el 17 de diciembre de 1997 en C¨²llar Vega (Granada), en mitad de la calle, el maltrato a las mujeres gozaba de bula. Un asunto de alcoba, una cuesti¨®n privada entre hombre y mujer. Esta indiferencia social aislaba en su particular infierno dom¨¦stico a las v¨ªctimas, que a menudo tropezaban con la misma pasividad en las fuerzas de seguridad si daban el paso de denunciar una paliza. El asesino Parejo cambi¨® las cosas. La violencia hacia las mujeres dej¨® de considerarse un asunto entre dos y comenz¨® a calar lo que siempre hab¨ªan demandado las feministas para que los malos tratos se combatiesen desde las instituciones.
Sin embargo, la sensibilizaci¨®n social parece haber corrido m¨¢s que las medidas para proteger a las v¨ªctimas y perseguir a los delincuentes. Un ejemplo de la limitaci¨®n de recursos es el Equipo Mujer-Menor (Emume) de la Guardia Civil en Sevilla, compuesto por cuatro personas, que gestiona 519 ¨®rdenes de protecci¨®n dictadas desde enero. En el primer semestre de este a?o han detenido a 114 personas por malos tratos y 70 por quebrantamientos judiciales.
Agresiones psicol¨®gicas
Las fuerzas de seguridad, que desempe?an un papel esencial en la lucha contra esta violencia, apenas se han reforzado aunque comienzan a formarse para intervenir ante unos delitos con singularidades como la ausencia de secuelas f¨ªsicas que dejan, por ejemplo, las agresiones psicol¨®gicas.
"El problema es que no son visibles", aduce Bruno Alberola, sargento del Emume. Alberola, que lleva menos de un a?o en el equipo, detalla la situaci¨®n padecida por una mujer a la que su marido daba 15 euros a la semana para comprar. "Y ten¨ªa que apuntar en qu¨¦ se lo gastaba", recuerda. Con las "pruebas documentales" demostraron la violencia, aunque a las pocas semanas la mujer regres¨® con ¨¦l. "Sientes un poco de indignaci¨®n, pero no te puedes meter aunque pienses que estar¨¢ igual al poco tiempo", indica.
Los ¨²ltimos cambios legales, sin embargo, dan autonom¨ªa al investigador. "Si una mujer se arrepiente y quiere retirar la denuncia, no significa que se pare el proceso", explica el sargento.
En el grupo Diana se han adaptado tanto a las peculiaridades de los delitos que investigan y a las personas que protegen que incluso sus tarjetas de visita est¨¢n pensadas para evitar riesgos a la v¨ªctima. En el cart¨®n blanco con los tel¨¦fonos de contacto se lee Diana a secas. Cuando llaman a un hogar donde la v¨ªctima sigue viviendo con el agresor se hacen pasar por una peluquer¨ªa. Quiz¨¢ el grupo se distingue por la especializaci¨®n y la sensibilidad, que le han reconocido en distintos premios asociaciones que trabajan con maltratadas, al igual que el Emume sevillano. "Mimas mucho el trato personal, la mujer percibe que no hay jerarqu¨ªa entre nosotros y ella, la polic¨ªa es la puerta de entrada al recurso, muchas veces la intervenci¨®n es casi psicol¨®gica", detalla Franco, que considera que la ¨²nica prevenci¨®n del maltrato es la educaci¨®n. "No se puede educar a los hombres de peque?os diciendo que la casa es suya", se?ala. Ni a las mujeres en la sumisi¨®n. Algunas de las frases que se le han grabado a la subinspectora Franco nacen de ella: "Mi marido me pega despacito". "Pero yo no puedo denunciar si todav¨ªa no me ha hecho sangre".
La asignatura pendiente de la formaci¨®n policial
LOS ALUMNOS que se preparan en la Academia de la Guardia Civil en Baeza (Ja¨¦n) reciben formaci¨®n espec¨ªfica en g¨¦nero. La de este a?o ser¨¢ la tercera promoci¨®n que lo har¨¢. En este curso, adem¨¢s de los alumnos, tambi¨¦n el profesorado recibir¨¢ clases sobre violencia sexista. "La formaci¨®n de las fuerzas de seguridad es uno de los ejes principales de la lucha contra el maltrato porque son las primeras personas que reciben a la mujer y su papel es esencial para evitar que la mujer desista", expone la directora del IAM, Soledad Ruiz.
La experiencia seguida en la academia est¨¢ dando ya sus frutos. Ruiz asegura que los agentes que se inclinan por los Emume, la unidad especializada en tratar delitos contra menores y mujeres, han aumentado desde que se imparte formaci¨®n espec¨ªfica. Antes de la colaboraci¨®n con la Guardia Civil, el IAM ya puso en marcha en 1999 cursos de formaci¨®n para polic¨ªas locales de la comunidad andaluza tras la entrada en vigor del primer Plan para la Erradicaci¨®n de la Violencia de G¨¦nero.
La directora del IAM es partidaria de universalizar la formaci¨®n de los futuros polic¨ªas y guardias civiles, sea cual sea la unidad de destino que finalmente elijan.
El Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y la Guardia Civil, los competentes para intervenir en estos casos, disponen de unidades espec¨ªficas como el Servicio de Atenci¨®n a la Familia (SAF) y el Equipo de Mujer-Menor (Emume). Hay 368 polic¨ªas en los SAF y 163 guardias civiles integrados en Emumes, que se distribuyen por todo el territorio, seg¨²n datos del Ministerio del Interior. En total suman 531 agentes que atienden los casos de violencia sexista, pero que tambi¨¦n tienen otros cometidos, como la persecuci¨®n de delitos que afectan a menores o que ocurren en el ¨¢mbito familiar. Para el seguimiento de mujeres maltratadas en situaci¨®n de riesgo que reciben ¨®rdenes de protecci¨®n, Interior ha destinado 120 polic¨ªas, a los que se sumar¨¢n otros 80 durante este oto?o, cuando finalicen sus cursos de formaci¨®n.
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