"Algunos quieren debilitar a Rusia como los romanos a Cartago"
Vlad¨ªmir Putin justific¨® largamente su pol¨ªtica ante un grupo de periodistas extranjeros y especialistas de Rusia a los que reuni¨® el lunes en su residencia Novo Ogorevo, a las afueras de Mosc¨². Despu¨¦s del ba?o de sangre de Besl¨¢n, el presidente ruso felicit¨® a las fuerzas especiales rusas y rechaz¨® cualquier v¨ªnculo entre la toma de rehenes y el conflicto en Chechenia. Para Putin, Rusia es blanco del terrorismo internacional y de otros Estados que no quiso nombrar. Determinado a seguir con su pol¨ªtica en Chechenia y a mantener all¨ª sus fuerzas "el tiempo que sea necesario", Putin no volvi¨® a hablar de una reforma de los servicios de seguridad rusos, como lo hab¨ªa anunciado el s¨¢bado. El presidente critic¨® a "ciertos c¨ªrculos pol¨ªticos occidentales que quieren debilitar a Rusia como los romanos quer¨ªan destruir a Cartago".
"?Por qu¨¦ llaman a los seguidores de Bin Laden terroristas y a los que matan a ni?os, rebeldes?"
Putin no est¨¢ dispuesto a cambiar su pol¨ªtica en Chechenia despu¨¦s de la toma de rehenes de Besl¨¢n, en Osetia del Norte, que se sald¨® con al menos 366 muertos, seg¨²n el balance oficial, y m¨¢s de 700 heridos. Tal como lo hab¨ªa anunciado el s¨¢bado en su discurso televisado, el presidente ruso pretende continuar "la guerra total contra el terrorismo" y, a la vez, intentar imponer en Chechenia una "soluci¨®n constitucional" con los hombres elegidos por Mosc¨².
"Ser¨ªa como pedir a los occidentales que discuten con Bin Laden que lo inviten a Bruselas al cuartel general de la OTAN o a Washington a la Casa Blanca", contest¨® a los que le suger¨ªan que negociara con los "separatistas". Putin se mostr¨® rotundo. "No hay ning¨²n v¨ªnculo entre la pol¨ªtica rusa en Chechenia y la toma de rehenes de Besl¨¢n", dijo. "Sabemos lo que hay que hacer en Chechenia; proseguir con el di¨¢logo con las sociedad chechena; proseguir con el proceso pol¨ªtico que, despu¨¦s del refer¨¦ndum para permanecer en la Federaci¨®n Rusa y la elecci¨®n presidencial, continuar¨¢ con las elecciones parlamentarias; reforzar a los elementos chechenos en la polic¨ªa local, lo que no impedir¨¢ la permanencia de fuerzas rusas el tiempo que sea necesario, como tambi¨¦n hay fuerzas americanas en Tejas o California".
Seg¨²n Putin, no existen diferencias fundamentales entre los "separatistas" agentes del terrorismo internacional y los secuestradores. En un largo relato de la agitada historia de Chechenia, el presidente admiti¨® que se hab¨ªan cometido injusticias en tiempos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, especialmente por Stalin -"pero estas injusticias no pueden explicar las tendencias separatistas"- y que sus predecesores despu¨¦s de la ca¨ªda del comunismo tambi¨¦n hab¨ªan cometido errores. Estos errores, dijo, llevaron a la primera guerra de Chechenia [de 1994 a 1996]. Art¨ªfice de la segunda guerra, desatada en 1999, Putin reconoce que las fuerzas rusas han practicado abusos, pero asegura que los autores ya han sido o ser¨¢n castigados. A las organizaciones humanitarias que le acusan de cr¨ªmenes de guerra, responde: "Nadie acusa al presidente de EE UU por las torturas de Abu Ghraib".
"Siempre, en todas partes, cuando el poder central se debilita, el separatismo se desarrolla", declar¨®. Cuando, en 1996, Mosc¨² reconoci¨® a los chechenos una independencia de facto "el fundamentalismo isl¨¢mico se desarroll¨®, vinculado al terrorismo internacional". El objetivo de este terrorismo, apoyado m¨¢s o menos abiertamente por Estados extranjeros que el presidente no quiere nombrar, es debilitar a Rusia desde dentro.
Putin no quiere hablar con Asl¨¢n Masj¨¢dov, el presidente checheno elegido en 1997, que considera como un t¨ªtere en manos de los fundamentalistas. "?Querr¨ªan que, en alg¨²n lugar del mundo, gente, por una causa u otra, matara a ni?os para llegar al poder? Si se plantean esta pregunta, ya no tendr¨¢n dudas sobre nuestra pol¨ªtica en Chechenia".
Putin tampoco tiene dudas sobre la actuaci¨®n de las fuerzas de seguridad rusas en la toma de rehenes de Besl¨¢n, o en el teatro Dubrovka de Mosc¨² en 2002 (m¨¢s de 130 muertos) o en el hospital de Budenosvk en 1995 (m¨¢s de 150 muertos). El presidente alab¨® su valent¨ªa en el combate, que compar¨® con los soldados sovi¨¦ticos de la II Guerra Mundial. "Est¨¢n muy motivados y muy bien preparados. Me pregunto si existe gente de este nivel en otros pa¨ªses".
Putin volvi¨® a acusar, de forma velada, a algunos pa¨ªses occidentales, que, seg¨²n dijo, usan un doble lenguaje. Por un lado, los dirigentes ofrecen al presidente su solidaridad en la lucha contra el terrorismo. Por el otro, los servicios de inteligencia mantienen contactos con los que la prensa occidental llama "rebeldes". "?Por qu¨¦ llaman a los seguidores de Bin Laden terroristas y a los que matan a ni?os rebeldes? ?D¨®nde est¨¢ la l¨®gica?", se pregunt¨® Vlad¨ªmir Putin.
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