M¨¢s que un F¨®rum
Arrojan piedras; luego, nos desnucamos. Dejando al general Pinochet y al terrorismo isl¨¢mico al margen, la fecha que hoy conmemoramos nos trae el recuerdo de aquel otro 11 de septiembre de hace 290 a?os. Una jornada en la que el Catalunya Independiente FC result¨® goleado en su propio campo por el Borb¨®nico Centralista RCD. Un partido vibrante, resuelto en el ¨²ltimo momento con un avance imparable de la zaga borb¨®nica, que pill¨® desprevenida a la defensa local. Desde entonces, el f¨²tbol ha sido el ¨²nico ¨¢mbito pol¨ªtico en que el equipo de casa ha cosechado alg¨²n que otro triunfo.
En el F¨®rum, conscientes de la magnitud de esta fecha y de su repercusi¨®n internacional, han decidido -con buen criterio- dedicar el d¨ªa de hoy al Encuentro Mundial de Pe?as del Bar?a. Es decir, han unido la Diada Nacional de Catalunya con su s¨ªmbolo m¨¢s conocido y reconocido en todo el planeta (ah¨ª es na). Despu¨¦s de avalanchas de ni?os refugiados, religiosos de mil sectas, mujeres liberadas y jovencitos de buen rollete, les toca ahora el turno a los fan¨¢ticos del balompi¨¦. Gente venida de los lugares m¨¢s insospechados, dispuesta a demostrar que el Bar?a es m¨¢s que una religi¨®n, una filosof¨ªa o una identidad sexual. Porque, ?qu¨¦ otra actividad humana puede presumir con mayor raz¨®n de valores como la multiculturalidad o la sostenibilidad? Pensemos en un equipo de primera divisi¨®n. Est¨¢ compuesto de jugadores de todos los rincones. Negros que trabajan como negros para vivir como blancos, y blancos que viven como Dios, gracias a la discutible habilidad de patear un bal¨®n. Un club de ¨¦lite es un organismo que se sostiene gracias a generar un sinf¨ªn de ilusiones y anhelos. A¨²n m¨¢s all¨¢ de la publicidad, vende humo, o, lo que es lo mismo, produce ingentes cantidades de dinero y poder estimulando los sue?os y las fantas¨ªas de los socios y simpatizantes. La mayor fuente de energ¨ªa -limpia y no contaminante- de la Tierra. ?No es eso un ejemplo envidiable de sostenibilidad? Incluso, de reciclaje. Pues, a?o tras a?o, genera la misma cantidad de comentarios, esperanzas y frustraciones.
Mientras unos muchachos dedican los mejores a?os de sus vidas a presidir y dirigir el Bar?a (un altruismo que no se ve¨ªa desde la madre Teresa de Calcuta), otros muchachos pierden los mejores a?os de sus vidas absorbidos por el f¨²tbol. Unos ganan prestigio y poder, los otros pierden creatividad y tiempo. Estamos hasta los balones de la maquiav¨¦lica identificaci¨®n entre el FC Barcelona y Catalu?a, como si no hubiera seguidores de otros clubes o gente a la que -incomprensiblemente- no le gusta el f¨²tbol. Comprendemos y respetamos que durante el franquismo el Bar?a simbolizara deseos y frustraciones que no ten¨ªan otro cauce de expresi¨®n. Pero que a estas alturas sigan propagando y reforzando la confusi¨®n entre Catalu?a y el Bar?a nos parece una estrategia de marketing sociol¨®gico s¨®lo comparable a la confusi¨®n entre cultura y F¨®rum de las Culturas. El Bar?a y el F¨®rum, dos ilusiones a elegir. Hoy se unen las dos para alcanzar un ¨¦xtasis que no se ve¨ªa desde los tiempos de Teresa de ?vila. Pens¨¢bamos que las nuevas generaciones de dirigentes iban a aportar novedades. Por ejemplo, no apropiarse del concepto de Catalu?a. Mucho nos tememos que nos traen m¨¢s de lo mismo. Pan -con tomate- y circo. Y es que Barcelona y yo somos as¨ª, se?ora.
Accidents Polipo¨¨tics son Xavier Theros y Rafael Metlikovez.
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