"Aqu¨ª hay sitio para todos", tranquiliza Fraga a los cr¨ªticos

All¨ª segu¨ªan los gaiteiros y las ollas hirvientes de pulpo, pero, un a?o despu¨¦s, casi todo hab¨ªa cambiado en el Monte do Gozo. En septiembre de 2003, el PP gallego convirti¨® su romer¨ªa anual en una manifestaci¨®n de fervor y reverencia por Mariano Rajoy, reci¨¦n investido por el dedo sucesorio de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

Entonces hasta el PP de Ourense, la parroquia m¨¢s fiel de Xos¨¦ Cui?a, ¨ªntimo enemigo de Rajoy en sus refriegas gallegas, llen¨® el auditorio de pancartas de apoyo al nuevo l¨ªder del partido. Doce meses despu¨¦s, el tama?o de la concurrencia y su entusiasmo hab¨ªan menguado. No estaba Cui?a, y el jefe del PP de Ourense, Jos¨¦ Luis Baltar, lleg¨® a la hora del almuerzo.

Esta vez, la romer¨ªa estaba destinada a aclamar a Manuel Fraga, reci¨¦n se?alado por su propio dedo sucesorio como aspirante a un quinto mandato en la Xunta en las elecciones auton¨®micas del pr¨®ximo a?o, con el prop¨®sito declarado por ¨¦l mismo de evitar la desuni¨®n del partido. En coherencia con ese objetivo, los llamamientos al cierre de filas fueron constantes en el discurso de Fraga, quien acaba de cerrar una remodelaci¨®n de su Gobierno entre tensiones internas cada vez menos soterradas. "No todo el mundo puede ser conselleiro, subray¨® el presidente de la Xunta para justificar los recientes cambios en su Gabinete. "Pero que nadie os enga?e. Aqu¨ª hay sitio para todos".

Baltar lleg¨® con los discursos concluidos. Ven¨ªa de Oviedo, de unos actos con orensanos residentes en Asturias. "Me qued¨¦ por la ma?ana a una misa por las v¨ªctimas del terrorismo y no contaba con tardar tanto", se excus¨®. Cui?a, que en 2003 s¨ª hab¨ªa acudido sobreponi¨¦ndose a su defenestraci¨®n de la Xunta, ni siquiera se acerc¨® a probar el pulpo. Tampoco los cinco diputados auton¨®micos del grupo de Baltar, quienes, tras la salida de Cui?a, amenazaron con romper la disciplina del PP en el Parlamento.