"Venga usted otro d¨ªa, esto se ha quemado"
El hospital de Orihuela reabre algunos servicios tras el incendio, aunque sigue sin quir¨®fanos y a¨²n no admite ingresos
Jos¨¦ Fern¨¢ndez vende cupones de la ONCE en la entrada del Hospital de Orihuela y asegura que es una especie de term¨®metro de ese centro sanitario. Seg¨²n sus ventas, ¨¦l sabe si el hospital marcha bien o mal. Este invidente ha desarrollado un gran olfato y el jueves por la ma?ana fue de las primeras personas que detect¨® que algo no marchaba bien en el hospital. "Ese olor intenso era un s¨ªntoma de que algo grave estaba sucediendo", coment¨® ayer.
Antes de que Fern¨¢ndez husmeara a quemado, la administrativa del departamento de suministros del hospital hab¨ªa dado la voz de la alarma. Abri¨® el almac¨¦n, en el s¨®tano del edificio, y oli¨® a quemado. Varios empleados intentaron sofocar el fuego, pero los extintores, seg¨²n CC OO, no funcionaban. No salt¨® alarma alguna y, seg¨²n un delegado de ese sindicato, el sistema de detecci¨®n de incendios no funcion¨® por una raz¨®n muy simple: porque no hab¨ªa. Al menos, no en el almac¨¦n.
Ayer por la ma?ana, cinco d¨ªas despu¨¦s del incendio que oblig¨® al desalojo y al traslado de los pacientes a otros centros cercanos, la actividad en el centro era fren¨¦tica. Pero los actores del trabajo eran muy distintos a los habituales: los alba?iles han ocupado el puesto de los celadores en recepci¨®n, las brigadas de limpieza suplen al personal de enfermer¨ªa, los electricistas y fontaneros hacen de m¨¦dicos arreglando los destrozos y los agentes de la Polic¨ªa Cient¨ªfica han relevado a los cirujanos buscando el origen del siniestro.
?Y los pacientes? ?qu¨¦ ha sido de los pacientes? Apenas una veintena de ellos pas¨® la noche del lunes en el centro. La mayor¨ªa de ellos permanecen ingresados en hospitales cercanos atendidos por el mismo personal de Orihuela, que tambi¨¦n se ha desplazado. Desde el d¨ªa del incendio no hay ingresos. Ni operaciones. Urgencias reabri¨® ayer en precario, s¨®lo para curas leves. Dos m¨¦dicos apostados en la puerta escrutan a los enfermos antes de que ¨¦stos pasen el umbral del hospital: "A Elche, a Torrevieja, a San Juan...". Todos los enfermos que requieran ingreso se derivan a otros hospitales.
"Venga usted otro d¨ªa, esto se ha quemado y hay que reorganizar todas las citas. Ya le llamaremos". Probablemente estas frases pronunciadas ayer por una trabajadora sean las m¨¢s repetidas estos d¨ªas en el hospital. El esfuerzo del personal del centro, unos 900 trabajadores, es notable. Y no s¨®lo tras el incendio. Seg¨²n datos aportados por UGT, la ratio de camas hospitalarias (350 camas para 291.000 habitantes) es para echarse a temblar. Muy pocos servicios funcionan. Rosario Valero, de 73 a?os, aguardaba ayer con paciencia su turno para una prueba de TAC. "?Ten¨ªa la cita el domingo, pero vine y me dijeron que volviera el martes", coment¨®. Pese al incordio, esta mujer no tiene queja alguna del hospital. "Siempre me han atendido muy bien aqu¨ª". Otra paciente, Manolita Escudero, indic¨®: "Es muy desagradable este olor, pero he sido bien atendida".
No hay forma de eliminar el tufo a quemado. "Ni de acostumbrarse a ¨¦l", comenta una empleada que sali¨® a la puerta a respirar aire puro. Echando un vistazo al almac¨¦n, de unos 500 metros cuadrados, se entiende que la fetidez que impregna todo el recinto se mantenga cinco d¨ªas despu¨¦s del siniestro. All¨ª se acumulaban muchos productos inflamables. Todo est¨¢ quemado. El techo del almac¨¦n se ha apuntalado, aunque la estructura general del inmueble, seg¨²n un informe preliminar que maneja la direcci¨®n del centro, no est¨¢ muy afectada.
El lunes por la noche la direcci¨®n del hospital se reuni¨® con los sindicatos. Tras recibir explicaciones los delegados de UGT y CC OO han bajado notablemente el tono de sus cr¨ªticas, aunque siguen pensando que el incendio pudo evitarse si el hospital dispusiera de medios preventivos eficaces. Medios m¨¢s sofisticados que el olfato de la administrativa de suministros. Probablemente el hospital no recuperar¨¢ su temperatura hasta que Jos¨¦ Fern¨¢ndez, el invidente de la puerta, venda los mismos cupones que antes del incendio.
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