La depresi¨®n se instala en Riazor
En otro partido muy flojo, el Depor no es capaz de hacer un gol al vulgar Olympiakos

Un mal aire sopla por Riazor desde hace semanas entristeciendo las almas del deportivismo. Toda la ambici¨®n y el descaro de los ¨²ltimos a?os se est¨¢n congelando en poco tiempo azotados por ese viento fatal. Tal vez se trate s¨®lo de un mal comienzo, de la dificultad t¨ªpica para arrancar un nuevo curso laboral sin dejarse vencer por la rutina. Tal vez sea algo pasajero, aunque del estado actual ya no quedan dudas. La depresi¨®n del Deportivo es un hecho.
Un dilema embarg¨® a Irureta desde la v¨ªspera hasta las horas previas al partido. El t¨¦cnico se fue el martes a dormir abismado en su meditaci¨®n y con dos nombres reverber¨¢ndole en el cerebro: ?Pita o Scaloni? Algo le empujaba a darle la ocasi¨®n a Pita, el chaval de 19 a?os, el chico que lo m¨¢ximo que conoce es la Tercera Divisi¨®n y que el d¨ªa antes del choque intentaba disimular el susto ante la prensa. Era demasiado partido para entregarle al muchacho, pero al menos se trataba de un especialista, de alguien nacido para jugar en el medio centro y que se mira en el espejo de Mauro Silva, de Redondo y Xabi Alonso, palabras mayores en esa profesi¨®n de engrasar el eje de un equipo. Frente a Pita estaba la opci¨®n de Scaloni, feroz como una jaur¨ªa, pero tambi¨¦n un jugador de precarios recursos t¨¦cnicos y con una tendencia irresistible a la dispersi¨®n. En la batalla interior de Irureta se impuso, como tantas veces, su pulsi¨®n m¨¢s cauta. Y pese al fiasco que supuso en el ¨²ltimo partido de Liga el experimento de Scaloni, el t¨¦cnico prefiri¨® a un tipo curtido fuera de sitio que a un chico inmaduro colocado en su posici¨®n natural.
DEPORTIVO 0 - OLYMPIAKOS 0
Deportivo: Molina; Manuel Pablo, C¨¦sar, Andrade, Romero; Sergio, Scaloni; Munitis (H¨¦ctor, m. 88), Valer¨®n, Luque (Fran m. 71); y Pandiani.?rbitro: Frank De Bleeckere (B¨¦lgica). Mostr¨® tarjeta amarilla a Kafes, Pandiani, Okkas y C¨¦sar.
Olympiakos: Nikopolidis; Pantos (Kostoulas m. 88), Anatolakis, Schurrer, Venetidis; Kafes, Stoltidis, Georgatos; Rivaldo, Giovanni (Mavrogenidis m. 77); y Okkas.
Unos 22.000 espectadores en Riazor.
Si el equipo estaba deshilachado, la afici¨®n tampoco contribuy¨® a elevar los ¨¢nimos. Qued¨® mucha butaca al descubierto, y la aprensi¨®n de la gente era tan manifiesta que el ruido de fondo lo pusieron el medio millar de entusiastas del Olympiacos. Un escenario descolorido que se confundi¨® con el f¨²tbol del Depor. La actitud del grupo de Irureta, con el perfil guerrillero que le confer¨ªa la presencia de gente como Scaloni, Munitis o Pandiani, result¨® tan impecable como irrelevante fue su juego. El Depor estuvo precipitado, demasiado ansioso, sin nadie que pusiese algo de orientaci¨®n en su f¨²tbol. Con las ausencias de Duscher y Mauro, el equipo estaba reventado por el eje, y los recursos que a¨²n le quedaban en escena se anularon por s¨ª mismos. Pong¨¢mosle nombres: Valer¨®n y Luque, los dos futbolistas que sostuvieron al Depor la pasada campa?a y que han empezado la actual en estado vegetativo.
Y ah¨ª se qued¨® el Depor, voluntarioso, aplicado y est¨¦ril, incapaz de encontrar salidas ante un rival que no depar¨® sorpresas, que vivi¨® de la formulita cl¨¢sica que, a falta de otras alegr¨ªas, mezcla organizaci¨®n y trabajo, adobados con alguna perla que el alica¨ªdo Rivaldo a¨²n se guarda en el joyero. ?l gest¨® las dos grandes ocasiones de la primera parte. En una, ¨¦l mismo remat¨® de chilena unos cent¨ªmetros por encima del larguero. En la otra, atorment¨® al bal¨®n con un remate desde m¨¢s de 30 metros que Molina no fue capaz de sujetar.
El Depor ni siquiera tuvo muchas oportunidades para lamentarse. Impotente para generar juego ante el ¨¢rea griega, casi no le qued¨® otra opci¨®n para inquietar las sienes plateadas del meta Nikopolidis que buscar alg¨²n cabezazo a la salida de las faltas y los saques de esquina. El m¨¢s claro lo tuvo C¨¦sar, pero no encontr¨® espacio para acomodar el cuerpo. Pandiani tambi¨¦n disfrut¨® de su ocasi¨®n, con la segunda parte reci¨¦n iniciada, pero su control, s¨®lo ante el portero, no hizo m¨¢s que aumentar el pavor de la grada. Contra un equipo mejor dotado, el Depor probablemente se encaminar¨ªa a una nueva debacle. El Olympiakos, colmado de gloria con el empate, renunci¨® a explorar m¨¢s a fondo el achacoso estado de su rival. Y el Depor sigui¨® toda la noche extraviado en su melancol¨ªa.

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