El presidente 'tefl¨®n'
Todo lo negativo parece resbalarle a Bush, mientras que el dem¨®crata Kerry no consigue el impulso necesario
La cadena de televisi¨®n CBS crey¨® la semana pasada que ten¨ªa un peque?o Watergate y despleg¨® toda su potencia -el prestigio del periodista Dan Rather y la fuerza de 60 minutes- para ofrecer los documentos en los que se probaba lo que todo el mundo sab¨ªa: que el presidente George W. Bush hizo el servicio militar con enchufe en lugar de ir a Vietnam y que ni siquiera esa mili la hizo bien. Pero esos documentos parecen ser falsos. Ahora, la CBS se encuentra contra la pared y la Casa Blanca no puede creerse su buena fortuna: a Kerry le perjudica la pol¨¦mica sobre Vietnam y a Bush no le deteriora -en buena parte por el tiro por la culata de la CBS- su paseo en uniforme por Tejas.
Aunque la CBS segu¨ªa defendiendo que los papeles -documentos firmados por el fallecido teniente coronel Killian en los que se indica que el piloto Bush no obedeci¨® las ¨®rdenes de pasar un examen m¨¦dico y que Killian sufr¨ªa presiones para enchufarle- no pueden ser falsos, uno de sus responsables en Washington, Bob Schieffer, dijo ayer que es urgente "demostrarlo a nuestros televidentes, y no veo c¨®mo podemos hacerlo sin violar la confidencialidad de las fuentes". Mientras, se acumulan los testimonios en contra y la competencia entra en la historia. La ABC ha hablado con Emily Will, una de las personas que la CBS hab¨ªa utilizado para verificar los documentos; Will declara que se plante¨® serias dudas sobre la autenticidad y que advirti¨® a la CBS: "Si esto sale el mi¨¦rcoles, el jueves tendr¨¦is a 100 expertos haciendo preguntas". Linda James, tambi¨¦n consultada, dijo que ella no autentific¨® nada. Otro especialista, Marcel Mattley, declar¨® que ¨¦l s¨®lo hab¨ªa dicho a la cadena de televisi¨®n que la firma pod¨ªa ser aut¨¦ntica, pero no el informe.
El presidente ha conseguido vincular Irak con la guerra contra el terrorismo
La duda principal es que el an¨¢lisis del texto atribuido al teniente coronel Killian hace pensar a la mayor¨ªa de los expertos que ha sido escrito con un ordenador, no con una m¨¢quina de escribir el¨¦ctrica como las que se usaban en 1972. La secretaria de Killian, Marina Carr Knox, que tiene 86 a?os, ha dicho a un diario de Dallas que los informes "no son aut¨¦nticos", y que aunque la informaci¨®n refleja lo que su jefe pensaba, "no es lo que yo escrib¨ª, y yo escrib¨ªa todo lo que ¨¦l hac¨ªa oficialmente".
?Falsos o no? Lo importante del asunto es que ese debate ha sustituido al de la mili de Bush. Los Angeles Times cree que alguien ha enga?ado a la CBS. "?Qui¨¦n lo ha hecho y por qu¨¦ la cadena ha ca¨ªdo en la trampa?", concluye su editorial. Lo notable es que algo que no necesitaba demostraci¨®n -que el presidente esquiv¨® Vietnam, a diferencia de Kerry, para apuntarse con enchufes a una mili que pr¨¢cticamente no hizo- queda en la cuneta. Un asunto m¨¢s que le resbala a Bush, en el que tampoco hace mella un libro de chismes escrito por una desprestigiada bi¨®grafa que cuenta algo que ya sabe el electorado: que la juventud del presidente fue un derroche de excesos; tampoco le perjudica Irak, porque ha conseguido vincular la guerra y la posguerra con la batalla contra el terrorismo, y la gente da m¨¢s cr¨¦dito al presidente que al aspirante para estar al frente de esa batalla. Y tampoco le afectan otros problemas, porque no est¨¢n en el debate: Kerry lanza demasiados mensajes -aunque no habla del esc¨¢ndalo de Halliburton o de otras responsabilidades de esta Administraci¨®n- y ninguno engancha en un electorado que ha tomado ya posiciones.
?Es que Kerry no es duro, como le acusan algunos? S¨ª lo es: dijo el martes en Wisconsin que Bush ha enga?ado a la gente en muchos asuntos, y afirm¨® despu¨¦s en Detroit que es "el presidente de las excusas, que nunca admite errores, responsabilidades o culpas". Sus audiencias lo celebran, pero un contraataque que empieza demasiado tarde y que es tan agresivo como disperso puede tener en los votantes independientes el efecto contrario: aparecer como una reacci¨®n desesperada y vengativa para recuperarse en los sondeos.
Y si esta situaci¨®n no cambia y el presidente tefl¨®n -con un ¨²nico mensaje, el de la mano m¨¢s segura en tiempos peligrosos- sigue sin ceder la ventaja que mantiene en los sondeos generales y en los de varios Estados clave, se extender¨¢ la impresi¨®n de que la suerte est¨¢ echada. Quiz¨¢ no sea as¨ª, pero confiar en los debates presidenciales es jug¨¢rselo todo a una carta, y subestimar a Bush, el error en el que caen sus adversarios. Tendr¨ªa que pasar algo extraordinario, un gran esc¨¢ndalo nuevo, una cat¨¢strofe que los estadounidenses atribuyeran a la Casa Blanca, para cambiar la percepci¨®n de que el presidente no sufre con los ataques y que el aspirante se hunde en arenas movedizas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.