Washington denuncia la falta de libertad religiosa en Arabia Saud¨ª
El reino del Golfo proh¨ªbe el cristianismo y s¨®lo admite la versi¨®n m¨¢s estricta del islam
Celebrar misa es ilegal en Arabia Saud¨ª. En la cuna del islam tambi¨¦n est¨¢ prohibido cualquier otro rito religioso que no sea el musulm¨¢n. Con una poblaci¨®n que sigue al 100% la doctrina de Mahoma, el asunto ser¨ªa anecd¨®tico si no fuera porque parte de los 8,8 millones de inmigrantes extranjeros profesa otras confesiones, y porque su propia minor¨ªa chi¨ª se siente discriminada por no seguir la ortodoxia. EE UU ha denunciado esta semana por primera vez la ausencia de libertad religiosa en el reino.
El fin de semana musulm¨¢n impidi¨® una respuesta oficial saud¨ª a su inclusi¨®n en la lista de pa¨ªses que "violan gravemente la libertad religiosa". Sin embargo, para la mayor¨ªa de los comentaristas locales se trata de una decisi¨®n pol¨ªtica, vinculada a las pr¨®ximas elecciones en EE UU. Aunque Riad no reconoce legalmente ni la libertad de elegir religi¨®n ni la libertad de culto, los saud¨ªes se defienden con el argumento de que su pa¨ªs es la cuna del islam y de que todos los habitantes son musulmanes.
Nadie considera que parte de la mano de obra extranjera que sostiene el pa¨ªs practica otra religi¨®n, sobre todo la cristiana, mayoritaria entre europeos, americanos y filipinos. No s¨®lo no hay provisiones para el ejercicio de sus ritos, sino que est¨¢n prohibidos los signos externos como cruces o ¨¢rboles de Navidad, tal como ahora denuncia el informe anual del Departamento de Estado. Los rezos dominicales de algunas de estas comunidades expatriadas se convierten reuniones de alto riesgo.
"Cuando llegaron las compa?¨ªas petroleras estadounidenses acordaron con las autoridades saud¨ªes que su personal pudiera celebrar servicios religiosos dentro de los campamentos en los que se instalaron", explica un capell¨¢n castrense asignado a uno de ellos. Fuera de esos recintos, los cristianos residentes en el pa¨ªs han contado de forma espor¨¢dica con la presencia de sacerdotes cat¨®licos o pastores protestantes llegados al pa¨ªs bajo la cobertura de una empresa o de una delegaci¨®n oficial.
"Hace ya algunos a?os que descartamos esa pr¨¢ctica porque uno de los oficiantes fue detenido en el aeropuerto y pas¨® varios meses en prisi¨®n", recuerda el cura, a quien la polic¨ªa ha interrogado en alguna ocasi¨®n por la sospecha de que hab¨ªa oficiado una misa fuera del campamento al que est¨¢ asignado.
Los no musulmanes no son las ¨²nicas v¨ªctimas de esta escrupulosidad religiosa. En la estricta versi¨®n del islam que impera en Arabia Saud¨ª, el wahabismo, incluso los chi¨ªes son tachados de "infieles" y, en consecuencia, indignos. Entre medio mill¨®n y tres millones de saud¨ªes siguen la rama chi¨ª del islam. Los chi¨ªes se quejan de carecer de mezquitas propias y de representantes en la Administraci¨®n, la polic¨ªa o la judicatura.
Incluso algunos sun¨ªes liberales muestran su hartazgo con la muttawa, una especie de polic¨ªa religiosa dependiente del Comit¨¦ para la Promoci¨®n de la Virtud y la Prevenci¨®n del Vicio. Los miembros de ese cuerpo, copiado por el r¨¦gimen talib¨¢n, recorren los lugares p¨²blicos de las ciudades en busca de violadores al estricto c¨®digo social que separa a los dos sexos y obliga a las mujeres a permanecer ocultas bajo un manto negro.
Profesores universitarios chi¨ªes est¨¢n apartados de la c¨¢tedra por denunciar la discriminaci¨®n de su comunidad. A otros se les proh¨ªbe publicar. No obstante, la presi¨®n interna y externa que el pa¨ªs ha sufrido desde el 11-S (15 de los 19 suicidas eran saud¨ªes) ha animado un debate sobre la tolerancia, inusitado en la historia del pa¨ªs.
En la propia presentaci¨®n del informe, el embajador John Hanford reconoci¨® que Arabia Saud¨ª hab¨ªa avanzado en el ¨²ltimo a?o. El hecho de que ha pesar de ello Washington haya decidido incluir a este pa¨ªs junto con Birmania, China, Ir¨¢n o Corea del Norte, parece una se?al del cambio que desde el 11-S se est¨¢ produciendo entre los dos aliados, tras a?os de mirar para otro lado.
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