Scorsese asegura que sus or¨ªgenes y el neorrealismo italiano marcan su cine
La filmograf¨ªa del cineasta se re¨²ne en una colecci¨®n de DVD
Martin Scorsese dio el jueves en Nueva York una lecci¨®n de cine magistral. El realizador present¨® en el Director's Guild of America la reedici¨®n en DVD de Uno de los nuestros y Malas calles y el debut en el formato de Who's that knockning at my door, su primer largometraje; Alicia ya no vive aqu¨ª, y Jo, qu¨¦ noche, una colecci¨®n que saldr¨¢ en Espa?a el 16 de noviembre. El cineasta redescubri¨® sus or¨ªgenes y las se?as de identidad que han marcado su cine, y mostr¨® su confianza en que los j¨®venes den al s¨¦ptimo arte un nuevo impulso.
Si hay algo que Scorsese admite que deja imborrable huella en su obra son sus or¨ªgenes y el neorrealismo italiano. "De peque?o, toda mi familia se reun¨ªa alrededor de una televisi¨®n en blanco y negro y ve¨ªamos, subtituladas, pel¨ªculas como El ladr¨®n de bicicletas o Roma, ciudad abierta", recordaba. "Mi padre, que se hab¨ªa ido de Italia en 1910, lloraba. Y en esa habitaci¨®n, con esas pel¨ªculas, descubr¨ª que ¨¦se era el verdadero coraz¨®n de la verdad". Su infancia en Little Italy, adem¨¢s, dej¨® su sello en su manera de narrar. "Aprend¨ª la tradici¨®n oral de los italianos. Los ni?os eran aut¨¦nticos narradores. Y de ah¨ª, de la calle, es de donde salen primero todas las historias".
Su colaboraci¨®n con el productor Roger Corman, para quien dirigi¨® Boxcar Bertha (su segunda pel¨ªcula) fue, para Scorsese, imprescindible. "Con ¨¦l aprend¨ª c¨®mo hacer una pel¨ªcula", asegura. Tambi¨¦n fue un paso hacia otro territorio. "Recuerdo que se la ense?¨¦ a mis amigos y no les gust¨®. Cuando John Cassavetes la vio me abraz¨®, luego me alej¨® de ¨¦l y me dijo: 'Has pasado un a?o de tu vida haciendo mierda. ?No tienes nada que quieras contar? Pues hazlo?'. As¨ª acab¨¦ el gui¨®n de Malas calles, consegu¨ª los actores y empec¨¦ a rodar". A Cassavetes, Scorsese le atribuye precisamente haber abierto un terreno por el que luego ¨¦l se mover¨ªa con maestr¨ªa: el del cine verdaderamente independiente.
Pasar¨ªan a?os, y t¨ªtulos imprescindibles del cine como Taxi driver y Toro salvaje, hasta que llegara, en 1990, Uno de los nuestros. "Siempre hubo una tensi¨®n entre lo que quer¨ªa decir y la taquilla. Y esta pel¨ªcula creo que es lo m¨¢s cerca que puedo estar de lo que se entiende por una pel¨ªcula de Hollywood".
Cuando habla de Hollywood, Scorsese habla de los grandes estudios. Y, al igual que cuando se refiere a la crisis en el cine italiano de hoy, Scorsese constata que ha desaparecido la grandeza, algo que "tiene que ver con la situaci¨®n econ¨®mica, pol¨ªtica y social", en su opini¨®n. "La sociedad dicta las pel¨ªculas que hacemos, lo mismo en Italia que en Estados Unidos". Su an¨¢lisis no tiene fronteras: "Cuanto m¨¢s dinero hay, menos riesgo. En los a?os sesenta, por ejemplo, en Francia, en el Reino Unido y en Italia se intentaba redefinir el lenguaje del cine. Hoy, si haces una pel¨ªcula con 110 millones de d¨®lares -lo que cost¨® su Gangs of New York- la pel¨ªcula se altera. Si el estudio invierte ese dinero no puedes permitir que la gente salga del cine deprimida, o enfadada. Por eso yo ya no s¨¦ si hay espacio para m¨ª".
Scorsese, que asegura que con The aviator, su pr¨®ximo filme, intentar¨¢ conseguir "un gran espect¨¢culo a la vez que se trata un tema oscuro", pone su esperanza en los j¨®venes. "Siempre va a haber quien quiera decir algo y va a conseguir decirlo. Nosotros lo hicimos en Taxi driver y son los j¨®venes los que conseguir¨¢n romper las barreras tambi¨¦n hoy".
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