Incorrecci¨®n

La escritora Bel¨¦n Gopegui acaba de publicar una novela en la que reivindica la revoluci¨®n cubana. Asegura Gopegui que defender tal cosa hoy es pol¨ªticamente incorrecto, una frase que ha sido repetida hasta la saciedad por periodistas y cr¨ªticos. No he le¨ªdo el libro, pero es probable que est¨¦ bien, porque Gopegui es una escritora potente e interesante, s¨®lo lastrada, desde mi punto de vista, por ese af¨¢n suyo de adoctrinar al mundo. Para m¨ª el sentido de la literatura consiste precisamente en intentar descubrir el sentido de las cosas. Es un viaje de conocimiento, y ha de ser lo m¨¢s puro y radical posible: uno no puede comenzar ese viaje de exploraci¨®n llevando ya las respuestas previamente. Los novelistas deber¨ªamos ser como el ni?o del cuento que se atreve a decir (y a ver) que el Rey est¨¢ desnudo; pero si est¨¢s cegado por tus propias ideas y tus inevitables prejuicios, lo ¨²nico que conseguir¨¢s es ver solamente un tipo de traje.

?Qu¨¦ es lo pol¨ªticamente correcto? Pues aquel conjunto de valores convencionales que el poder sostiene en un momento dado. La cultura de este pa¨ªs y de Occidente ha estado en manos de la izquierda desde hace d¨¦cadas. Y ese poder de izquierdas siempre apoy¨® a Cuba. Quienes fueron de verdad pol¨ªticamente incorrectos fueron aquellos que, en a?os mucho m¨¢s ortodoxos, se atrevieron a criticar a Castro, como Vargas Llosa o Solzhenitsyn; y pagaron un elevado precio por ello. Las cr¨ªticas a Cuba, dentro de la izquierda m¨¢s formal, empezaron s¨®lo el a?o pasado, a ra¨ªz de las ¨²ltimas y ya escandalosas barbaridades represivas del r¨¦gimen castrista. Y esas cr¨ªticas han sido y son d¨¦biles, titubeantes, dolorosas, porque a esa izquierda le apena perder el consolador espejismo del para¨ªso revolucionario. En EL PA?S del s¨¢bado, Rafael Conte alababa del libro de Gopegui, sobre todo, esa reivindicaci¨®n castrista, con la que dice estar de acuerdo. Y es el cr¨ªtico literario m¨¢s importante del peri¨®dico m¨¢s importante de Espa?a. O sea, que los mandarines culturales siguen creyendo, contra toda evidencia, en el Ed¨¦n de la revoluci¨®n cubana, que es lo mismo que creer en el cielo cristiano, una cuesti¨®n de dogma y de fe. ?Que la opini¨®n de Gopegui es pol¨ªticamente incorrecta? Hombre, pues no. Eso, precisamente, no.