Huellas de piedra, gradientes de luz
Una especie de casualidad hace que se inicie la temporada de exposiciones en dos galer¨ªas de Madrid mostrando obra gr¨¢fica de dos escultores del ¨¢rea inglesa. Sin embargo, Richard Long (Bristol, 1945) y Anish Kapoor (Bombay, 1954) tienen en com¨²n algo m¨¢s que ser escultores que tambi¨¦n trabajan sobre papel y exponer simult¨¢neamente en Madrid, ya que ambos han participado en el importante impulso que ha experimentado la escultura inglesa en los a?os ochenta y ambos han tratado un tema muy particular: el paisaje, si bien es cierto que de muy distinta manera.
Richard Long comenz¨® su carrera art¨ªstica en 1967 andando. Andando trazaba con sus botas sobre el suelo l¨ªneas o c¨ªrculos que despu¨¦s fotografiaba. Durante sus largas caminatas deja leves huellas de su paso levantando o recolocando grupos de piedras, tomando nota de los cambios del viento o de lo que ve en el camino. Despu¨¦s presenta en las galer¨ªas o los museos formas geom¨¦tricas realizadas con piedras o palos tra¨ªdos de esos lugares que coloca siguiendo figuras sencillas. Algunas de estas figuras las realiza mojando sus manos en barro y estampando sus huellas. ?ste es el origen de su obra grabada: las huellas de barro sobre las paredes o el suelo, como las que podemos ver en algunas cuevas neol¨ªticas.
ANISH KAPOOR
Galer¨ªa La Caja Negra
Fernando VI, 17. Madrid
Hasta el 26 de octubre
RICHARD LONG
Galer¨ªa Estiarte
Almagro, 44. Madrid
Hasta el 12 de octubre
Lo que ahora se presenta en Madrid son tres series de trabajos consistentes en unas litograf¨ªas, sobre ¨¢spero papel hecho a mano, en las que ha estampado l¨ªneas, c¨ªrculos y sencillos laberintos de huellas de sus dedos; cuatro piedras areniscas talladas en forma de disco sobre las que tambi¨¦n ha impreso sus huellas, y una carpeta con 12 serigraf¨ªas que reproducen, con la t¨¦cnica del frotage, texturas agigantadas de piedras del desierto de Mojave.
La relaci¨®n de Anish Kapoor con el paisaje ha sido m¨¢s metaf¨®rica. Se dio a conocer como artista con unas obras en forma de grandes semiesferoides de aspecto fibroso, recubiertos totalmente de pigmento de intenso color a?il. Estas piezas, clavadas en la pared a la altura de la vista del espectador, son como un im¨¢n que invita a introducir la cabeza en ellas. Lo que entonces se ve en su interior es un espacio infinito, un paisaje imaginario sin l¨ªmites ni referencias.
Su obra gr¨¢fica, aunque participa de la monocrom¨ªa de sus trabajos escult¨®ricos, tiene como objeto la luz. Sirvi¨¦ndose de unas t¨¦cnicas de enorme delicadeza, investiga sobre el fen¨®meno del paso de la luz a la oscuridad. Trabajos ¨ªntimos en los que aparecen gradaciones de color y matices de intensidad de enorme sutileza, pero cuyos resultados carecen de la impronta y de fuerza sugestiva de sus esculturas, si exceptuamos una serie con cinco impresiones realizadas con pigmentos sobre aluminio que rozan con la imagen de lo sublime.
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