A pesar de todo

Con ¨¦ste son 13 los libros de poemas que Jes¨²s Mun¨¢rriz (San Sebasti¨¢n, 1940) ha publicado hasta la fecha si incluimos en la cuenta, adem¨¢s de la edici¨®n no venal de las cuartetas de Nada m¨¢s que la verdad (1998), la recopilaci¨®n de canciones que escribi¨® en su ¨¦poca de cantautor recogidas en De viva voz. Canciones (2002), donde el lector atento y el nost¨¢lgico descubrir¨¢ o reconocer¨¢, seg¨²n el caso, algunas de las m¨¢s famosas letras de nuestra historia reciente, incluida la famosa sinton¨ªa que ha acompa?ado durante a?os programas sobre libros. Entre otras muchas cosas inteligentes, ?ngela Vallvey nos dice en Peaje del alba (Hiperi¨®n, 2000), una antolog¨ªa de la obra po¨¦tica de Mun¨¢rriz entre 1972 y 2000 de la que es responsable, que m¨¢s all¨¢ de enso?aciones mundanas y no tan mundanas, nuestro poeta pronto se dio cuenta "de que incluso la enso?aci¨®n po¨¦tica ocurre a flor de piel, a flor de tierra y de versos que no se deben llevar tan f¨¢cilmente el viento". Habr¨ªa que a?adir, a tenor del t¨ªtulo de este ¨²ltimo libro, que tambi¨¦n ocurren a flor de tiempo.

Seguro en sus fidelidades,

donde se incluye a s¨ª mismo, Mun¨¢rriz viene a decirnos en Flores del tiempo, que la poes¨ªa es un arte y un oficio que permanece m¨¢s all¨¢ de las cronolog¨ªas, que perdura en sus emociones y sentimientos incluso rescatando lo perdido, que aunque conscientes de estar de paso, "No nos sintamos muertos mientras estemos vivos. / Cada minuto cuenta. Todos pueden llevarnos / hasta nosotros mismos", como dicen los tres versos finales de ese vivido poema que es Malgr¨¦ tout. La variedad de temas e intenciones que caracteriza su escritura encuentra de nuevo vuelo en las seis partes en que se divide este poemario, pues como nos anticipa el que abre este intenso libro, "Todo es se?al, todo se nos revela. / Tratemos de entender". Y de todo hay aqu¨ª: acci¨®n y libres se?ales, sentimientos elementales, personajes y homenajes, humor y s¨¢tira, an¨¦cdotas y sarcasmos, odas y eleg¨ªas, ternura, memoria y nostalgia, amor y muerte, la poes¨ªa misma, cultura e historia, viajes y mundo, y la contemporaneidad m¨¢s civil y pol¨ªtica, pero todo lleno de una claridad e inteligibilidad que es marca de la casa, pues as¨ª es como "Sin hacerse notar, / alguien desde la linde toma nota y admira".

Mun¨¢rriz transforma en versos el mundo real que habitamos, igual que esa piedra que da t¨ªtulo a otro de sus poemas, y que aguarda seguir su viaje "sin m¨¢s pasi¨®n que la gravitatoria, / sin otro af¨¢n que el de poder rodar". Y de entre los muchos asombros y varios reconocimientos que dan altura por momentos a este libro nuevo y eficaz que se mueve entre lo p¨²blico y lo privado, quiz¨¢ entre los mejores de los suyos, perdurar¨¢n en el tiempo poemas como el acariciante Frente al vac¨ªo, que ante la p¨¦rdida y la muerte proclama que "La lucidez no es nada sin sonrisa. / Nos salva la alegr¨ªa, la esperanza / de ser, aun siendo muerte, siempre vida"; el ya publicado con anterioridad A la manera persa, largo e inolvidable homenaje a Omar Jayyam, y pieza central del libro; Goya, tan bello como carnal; las sextinas que integran, en prueba de su maestr¨ªa formal, por un lado Sextina colombina y por otro Los peces en el r¨ªo; y esa Oraci¨®n descre¨ªda ante el sufrimiento que da fin a un despojado y comprometido libro que "como una flor se abre / de vida breve". Poes¨ªa vital con todo lo que ello implica, que pone en claro, con "emoci¨®n, / precisi¨®n, / oficio / y arte", que a veces hay cosas que acaso no se entienden si no se ponen en verso.