La huella desnuda
Dado que Susana Solano (Barcelona, 1946) no mostraba su trabajo en Madrid, de forma individual, desde hace diez a?os, y, por supuesto, que es una de nuestras artistas con mayor proyecci¨®n internacional, iniciada a fines de la d¨¦cada de 1980 y, luego, sostenida hasta pr¨¢cticamente hoy, no es ¨¦sta una cita que pueda eludirse en absoluto. Por otra parte, Solano no ha sido alguien que, en su ya cuarto de siglo de trayectoria, haya traicionado los principios estructurales e ¨ªntimos de su concepci¨®n art¨ªstica, en pos de no se sabe qu¨¦ dicta la mercadotecnia que actualmente nos acosa, lo cual a?ade inter¨¦s y respeto por lo que hace.
Por decirlo de una forma sencilla, Susana Solano ha combinado una reflexi¨®n objetiva sobre el espacio, lo cual le ha dado un toque cl¨¢sico, con evocaciones ¨ªntimas de la memoria, de suyo subjetiva, pero que ella se las ha arreglado para ahondar ps¨ªquicamente a¨²n m¨¢s, bordeando el territorio de la historia personal dom¨¦stica con otros estratos m¨¢s profundos e inconscientes. Con fidelidad sigue en ello, pero, claro, no de la misma manera. Ahora afronta, desde un punto de vista simb¨®lico, el tema de la huella, que necesariamente es el signo grabado del paso del tiempo, pero lo hace de nuevo mediante esa misteriosa coyunda entre lo subjetivo y lo objetivo. En este sentido, la obra titulada Huella desnuda que mirar (2004), con dos l¨¢minas de acero inoxidable, trabadas mejor que superpuestas, la primera, combada con una piel como tatuada por las inclemencias del devenir, y otra, plana, pulida y satinada, nos da la impresi¨®n de materializar la curva temporal del espacio, de dos tiempos que es el mismo, pero que, ?ay!, tienen algo de la vivencia entremezclada de lo potencial y lo curtido. Este mismo asunto, aunque abordado como espejismo, cuando se encara un horizonte ilimitado, da origen a Edehi (2004), el mar de arena infinitamente arrugado, la ilusi¨®n c¨®ncava del espacio como un sumidero. Los dos v¨ªdeos que acompa?an a estas piezas, titulados Con nombres, es una cartograf¨ªa fantasmal de la percepci¨®n de lo sensible animado, mientras No s¨¦ tu nombre (2003-2004) recrea sus mallas espaciales, de estructura m¨¢s racionalista, pero sin que sus pliegues y reflejos dejen de tener sensualidad y hasta el acento l¨ªrico de lo comprimido. Todo el conjunto reverbera a la luz de la madurez, que es aventura sin alocamiento: experiencia, fuerza, sentido.
SUSANA SOLANO
Galer¨ªa Helga de Alvear
Doctor Fourquet, 12. Madrid
Hasta el 29 de octubre
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