El PP entre dos congresos
Con la que le est¨¢ cayendo al PP, desde Galicia a Canarias, pasando por Extremadura o Guadalajara, los problemas del partido en la Comunidad Valenciana han pasado a un segundo plano. Al menos, nada de eso se evidenciar¨¢ en el Congreso Nacional que hoy comienza en Madrid.
"Es que el PP camina hacia un modelo distinto de partido, menos r¨ªgido y unitario, en el que han de convivir diferentes sensibilidades", me comenta uno de los hombres fuertes del campismo, por definirlo de esa manera. Semejante afirmaci¨®n cuando el f¨¦rreo mando ejercido por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar habr¨ªa sonado a herej¨ªa y hubiese merecido el anatema m¨¢s fulminante. Ahora no, ahora, bajo el liderazgo de Mariano Rajoy, que acabar¨¢ de perfilarse entre hoy y el domingo, el Partido Popular se orienta hacia una disciplina m¨¢s light, que evite desgarros, rupturas y dem¨¢s p¨¦rdidas de energ¨ªa que har¨ªan m¨¢s largo y traum¨¢tico su tr¨¢nsito por la oposici¨®n.
?se parece ser el marco del Congreso Nacional del partido. La visualizaci¨®n del nuevo talante pol¨ªtico -por usar la expresi¨®n que ha puesto de moda Rodr¨ªguez Zapatero- correr¨¢ a cargo de los nuevos rostros que poblar¨¢n la Ejecutiva, al margen del n¨²mero de miembros y de la estructura org¨¢nica de la misma.
Al socaire de ese nuevo ambiente m¨¢s relajado, en el que los malos son ahora sus correligionarios de otras autonom¨ªas, los delegados valencianos acuden bajo el estandarte de la unidad y de que su crisis interna ha sido "formalmente superada", en palabras de uno de los consellers con m¨¢s autoridad en el Ejecutivo auton¨®mico. A nadie se le oculta que la misma expresi¨®n de formalmente entra?a en s¨ª misma una contradicci¨®n con otro adverbio: el de realmente. Pero tampoco pueden pedirse m¨¢s florituras cuando las heridas a¨²n est¨¢n frescas y las espadas s¨®lo a medio envainar.
Por eso, el Congreso de este fin de semana ser¨¢ un remanso de paz para los compromisarios valencianos, con m¨¢s actividad en los pasillos que en las ponencias, con m¨¢s dedicaci¨®n a explicar a sus amigos extracomunitarios su propia visi¨®n de la realidad valenciana que a dise?ar el futuro estrat¨¦gico del partido. El Congreso ratificar¨¢ el papel de Eduardo Zaplana, sin duda, al margen del porcentaje de poder que se le asigne. D¨¦cima m¨¢s, d¨¦cima menos, su dosis de autoridad viene prefigurada por su tarea espec¨ªfica de portavoz parlamentario. Distinto es el caso de otros contendientes por cuotas de poder, como Alberto Ruiz-Gallard¨®n y Esperanza Aguirre, con varios frentes de controversia abiertos entre ellos, aunque con menos virulencia, de momento, que la evidenciada en el conflicto valenciano.
El otro protagonista de nuestra Comunidad es, obviamente, el presidente de la Generalitat. Para uno de sus consejeros m¨¢s prominentes, "Camps saldr¨¢ a¨²n m¨¢s robustecido de un Congreso en el que informar¨¢ sobre el modelo territorial de Espa?a que tiene el PP". El informe que Francisco Camps compartir¨¢ con su hom¨®logo murciano, Ram¨®n Luis Valc¨¢rcel, reincidir¨¢ en los t¨®picos de m¨¢s autogobierno y desarrollo estatutario de Espa?a, pero dentro de la Constituci¨®n y con un esp¨ªritu de solidaridad interterritorial.
?sta es la bandera que el PP agitar¨¢ en los pr¨®ximos meses ante la ciudadan¨ªa y uno de sus portaestandartes m¨¢s cualificados ser¨¢, precisamente, Paco Camps. Entre otros motivos, porque la Comunidad Valenciana es una de las joyas de la Corona que exhibe el Partido Popular, y porque su presidente ha dado muestras de adaptar su discurso autonomista a las necesidades globales de su partido en Espa?a. Eso, frente a las actitudes de otras baron¨ªas de medio pelo, es algo que al parecer valora muy positivamente Mariano Rajoy.
En un escenario tan previsible, los delegados valencianos parecen estar m¨¢s pendientes del congreso regional de los pr¨®ximos 20 y 21 de noviembre en Castell¨®n. Ah¨ª es donde de verdad se dilucidar¨¢ el poder en la Comunidad para los pr¨®ximos a?os y es ¨¦se otro acontecimiento el que inquieta al sector m¨¢s decididamente zaplanista, que hab¨ªa dado por cerrado el conflicto con sus ¨²ltimas actuaciones unitarias y al que el cese-dimisi¨®n de Vea Reig al frente de RTVV ha inspirado nuevos recelos.
Para ese sector ser¨ªa "una estupidez importante" que el congreso de Castell¨®n no respetase "el equilibrio total y absoluto que ha habido hasta ahora en un partido en el que ha cabido todo el mundo", seg¨²n me susurra uno de sus cabezas de fila. Al margen de ese tono de animosidad m¨¢s o menos latente, est¨¢ claro que ni en Madrid ni en Valencia va a funcionar ya el modelo de un PP monol¨ªtico en el que todo el mundo marque a la vez el paso. De c¨®mo se resuelva esa nueva andadura depender¨¢ que el partido no comience a dar traspi¨¦s y acabe ¨¦l solito por caerse al suelo.
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