Arteta y Gom¨¢ proponen la admiraci¨®n y la imitaci¨®n para combatir la mediocridad
Los fil¨®sofos invitan a buscar la excelencia en una ¨¦poca en la que nadie quiere destacar
Aurelio Arteta y Javier Gom¨¢ se han apartado de los problemas habituales de la filosof¨ªa para acercarse a cuestiones poco frecuentadas. El primero public¨® hace un tiempo La virtud en la mirada. Ensayo sobre la admiraci¨®n moral; el segundo ha escrito Imitaci¨®n y experiencia. Los dos t¨ªtulos han aparecido en Pre-Textos y tienen un aire com¨²n: compartir el riesgo de buscar nuevas perspectivas al oficio de pensar, con la voluntad de plantear cuestiones que afectan al presente. Hace poco trataron, en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, de Ejemplaridad pol¨ªtica. Es decir, se preguntaron si los pol¨ªticos deben buscar la excelencia para ser dignos de ser imitados por quienes los eligen.
Aurelio Arteta comenta: "La admiraci¨®n te lleva a celebrar la excelencia del otro y, de ese modo, te impulsa a ser mejor". "La experiencia del ejemplo de los dem¨¢s es parte crucial de nuestras vidas", dice Javier Gom¨¢. "Ante una situaci¨®n nueva y desconocida, buscamos en nuestra memoria un comportamiento que nos sirva de modelo para imitar".
"Es una categor¨ªa que ha tenido durante mucho tiempo un gran peso en nuestra cultura", explica Gom¨¢ de la imitaci¨®n. "Se ha imitado a la naturaleza, a las ideas, a los cl¨¢sicos. En nuestra ¨¦poca posmoderna, ya no tiene sentido hablar de abstracciones. Se imitan modelos de conducta concretos, es la imitaci¨®n de sujetos morales la que poco a poco se recupera". "La trampa que deriva del igualitarismo democr¨¢tico", dice Arteta, "es que se tiende a dar por hecho que al ser todos iguales ante la ley somos en realidad todos iguales. Pero lo que ocurre con los hombres es que son perfectibles y por eso es posible la admiraci¨®n, porque podemos descubrir que hay algunos que han sabido ejercer mejor su libertad".
Admirar e imitar no son t¨¦rminos con buena prensa en una ¨¦poca de masas. "Creo que se vive con el temor a la humillaci¨®n", explica Arteta. "Nadie quiere ser compadecido, ni nadie quiere tampoco admirar. Lo que hay detr¨¢s es puro miedo a destacar". "Hay tan poco af¨¢n entre la gente p¨²blica, entre los pol¨ªticos, por buscar la excelencia, que cada vez hay menos modelos a imitar", observa Gom¨¢. "Las leyes surgieron cuando los hombres p¨²blicos dejaron de ser ejemplares. Por eso hoy hay cada vez m¨¢s leyes, porque hay menos conductas ejemplares".
Es la l¨®gica de la sociedad de masas: rebajar la excelencia y homogeneizar los productos. Para llegar a todos, ponerse al nivel m¨¢s bajo. Lo comenta Arteta y se refiere despu¨¦s a los comentarios recientes de dos escritores que declinaban toda responsabilidad como referentes morales. "No quer¨ªan ser modelos morales, qui¨¦n sabe si porque tem¨ªan no ser aceptados si se colocaban en un plano superior. Pero los hombres p¨²blicos son objeto de las miradas de los otros y, lo quieran o no, y hagan lo que hagan, son ejemplos para los dem¨¢s. Luego est¨¢ el resentimiento, esa poderosa energ¨ªa que pretende borrar a cuantos destacan, y es la que manda en nuestro tiempo".
La admiraci¨®n y la imitaci¨®n son conceptos filos¨®ficos, es cierto, pero conceptos que discuten el gregarismo de las sociedades contempor¨¢neas, su ¨ªntima vocaci¨®n de mediocridad. Arteta y Gom¨¢ hablaron de ejemplaridad pol¨ªtica precisamente por eso. Porque es necesario exigir en los pol¨ªticos la b¨²squeda de la excelencia. "Frente al t¨®pico de que una cosa es la vida p¨²blica y otra la privada, considero importante llevar las cosas al l¨ªmite y afirmar de forma tajante que lo ¨²nico importante en los pol¨ªticos es su vida privada", dice Gom¨¢. Menos dr¨¢stico, pero no menos rotundo, Arteta subraya que "los ciudadanos tenemos derecho a exigir esa ejemplaridad". Romper la l¨®gica del reba?o, admirar a los mejores.
Babelia
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