Tricampe¨®n como Binda, Van Steenbergen y Merckx
Freire rechaza equipararse a los tres corredores que entre los a?os 20 y los 70 tambi¨¦n se vistieron en tres ocasiones el 'maillot' arco iris
A ?scar Freire le preguntaron qu¨¦ sent¨ªa al igualar a Alfredo Binda (Italia, 1902-1986), Rik van Steenbergen (B¨¦lgica, 1924-2003) y Eddy Merckx (B¨¦lgica, 1945) con el r¨¦cord de tres victorias en los Campeonatos del Mundo de ciclismo de fondo en carretera y el espa?ol, aun estando todav¨ªa en las nubes veronesas de su triunfo, respondi¨® de la manera m¨¢s sensata. "S¨ª, en efecto", dijo, "alcanzar la plusmarca de tres t¨ªtulos mundiales es important¨ªsimo porque s¨®lo tres corredores en la historia lo hab¨ªan conseguido antes. Y... s¨ª, yo soy, ahora mismo, el ¨²nico que puede superarlos. Pero no hay comparaci¨®n posible. Ellos acumularon un palmar¨¦s mucho mayor que el m¨ªo".
Esta carrera, que hasta hace nada, hasta incluso el primer ¨¦xito de Freire en la Verona de 1999, pasaba por ser una loter¨ªa que a cualquiera le pod¨ªa tocar, ha adquirido una rutina curiosa: el c¨¢ntabro y las selecciones de Paco Antequera han conseguido un grado de especializaci¨®n y de dominio que parec¨ªan impensables, el mismo punto de especializaci¨®n que hace que haya ciclistas que tallan toda su carrera pensando en el Tour de Francia y otros que hablan tan s¨®lo de otro tipo de cl¨¢sicas.
"No hay comparaci¨®n posible. Ellos acumularon un palmar¨¦s mucho mayor que el m¨ªo"
Freire habla del Mundial. Su lenguaje es el arco iris. Signo de los tiempos. Un espa?ol, un representante de un pa¨ªs cuya ¨²nica tradici¨®n ciclista parec¨ªa ser el Tourmalet y otras monta?as, ha llegado a vestirse tres maillots arco iris antes que un franc¨¦s, por ejemplo, o un holand¨¦s o un alem¨¢n. Espa?a, que hasta 1995, cuando Abraham Olano, no hab¨ªa ganado ning¨²n Mundial de fondo, lleva desde entonces cinco victorias. Y s¨®lo se han disputado once ediciones en este periodo. Una entrada en la modernidad a todo tren. Hasta entonces, la historia de Espa?a eb los Mundiales era una relaci¨®n de frustraciones, de aquel sprint de Ram¨®n Tarz¨¢n S¨¢ez en Heerlen (Holanda), en 1967, en el que le batieron Merckx y el holand¨¦s Jan Janssen; una relaci¨®n de conformismo, de la idealizaci¨®n de los tres bronces de Juan Fern¨¢ndez en los a?os 80, del bronce de Luis Oca?a en Montju?c, en 1973; de la imposibilidad de Miguel Indurain, dos veces segundo y una tercero, de tocar el cielo.
En la primera historia del ciclismo, el de entreguerras, la cuesti¨®n era diferente. Todo era un asunto de bulimia. A finales de los a?os 20 y comienzos de los 30, como Alfredo Binda, un italiano de Cittiglio, no hab¨ªa nadie. Todos los r¨¦cords eran cosa suya. Se multiplicaba en todo tipo de pruebas, de circunstancias. Gan¨® cinco veces el Giro y no lo gan¨® seis porque, un a?o, los organizadores, aburridos de su dominio soberano -en 1927, aparte del triunfo final, logr¨® imponerse en 12 de las 15 etapas del programa, y en 1929, precisamente cuando los promotores le dijeron basta, se anot¨® ocho consecutivas, de la segunda a la novena-, le ofrecieron dinero por no participar. Binda, que ten¨ªa m¨¢s historial que cartera, no dud¨® en aceptar. En aquel 1927 de sus 12 etapas italianas se disput¨® en Adenau (Alemania) el primer Mundial. Lo gan¨® evidentemente Binda, quien repiti¨® en 1930, en Lieja (B¨¦lgica), y en 1932, en Roma, ante los suyos.
Hasta 25 a?os m¨¢s tarde, hasta el 18 de agosto de 1957, en Waregem (B¨¦lgica), no hubo otro corredor que igualase los tres maillots. El que lo consigui¨® fue un belga enorme y rapid¨ªsimo llamado Rik van Steenbergen o Rik I, como le distinguen en su pa¨ªs de Rik van Looy o Rik II. Van Steenbergen fue un sprinter temible, un hombre invencible en los primeros a?os 50, un hombre resistente que lo mismo se luc¨ªa en el pav¨¦s (adoquinado) del Tour de Flandes que en el cemento de los vel¨®dromos. Fue el ciclista dominador de las carreras de un d¨ªa de la postguerra, el primer gran velocista de la historia. Van Steenbergen gan¨® su primer t¨ªtulo m¨¢ximo a los 25 a?os, en 1949, en Copenhague, y, como Freire con su Verona del alma, tuvo la oportunidad de repetir el triunfo en la capital danesa en 1956. Y el a?o siguiente, cuando ya ten¨ªa 33, fue capaz de volver a ganar -el primero que venc¨ªa en dos ediciones sucesivas- en su propio pa¨ªs.
El tercer corredor con tres arco iris profesionales, m¨¢s uno como aficionado, es El Can¨ªbal, Eddy Merckx. El corredor de los cinco Tours, de los cinco Giros, de las dos Vueltas, de las siete Mil¨¢n-San Remo, el gran dominador del ciclismo de los primeros a?os 70..., gan¨® su primer Mundial, a los 22 a?os, en 1967, en Heerlen. El segundo lo consigui¨® en Mendrisio (Suiza), no lejos de donde vive Freire y donde se disputar¨¢ el Mundial de 2008, por delante del italiano Felice Gimondi y del franc¨¦s Cyrille Guimard. El tercero, el ¨²ltimo, lleg¨® en 1974, cuando ya ten¨ªa 29 a?os, el siguiente a su decepci¨®n barcelonesa de Montju?c -termin¨® el cuarto en un sprint que gan¨® Gimondi despu¨¦s de que su compatriota Freddy Maertens, el segundo, hiciera la llegada por su cuenta. Lo gan¨® por delante del viejo Raymond Poulidor, casi siempre segundo, como el ¨²ltimo Erik Zabel, y Mariano Mart¨ªnez, El Franc¨¦s de Burgos.
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