Los profesores apenas pueden actuar, seg¨²n los sindicatos

El acoso escolar es una conducta que apenas se denuncia ante los tribunales. Y cuando aflora "resulta dif¨ªcil de atajar jur¨ªdicamente", sobre todo si se trata de agresiones que causan da?os morales, explica el vocal responsable de la comisi¨®n de menores en el Consejo General del Poder Judicial, F¨¦lix Pantoja. Los expertos creen que el problema se debe combatir en los centros docentes, pero los sindicatos aseguran que los profesores tienen poco margen de actuaci¨®n.

Por su experiencia, F¨¦lix Pantoja, fiscal de menores en Madrid entre 1994 y 2001, est¨¢ convencido de que el acoso escolar es una cuesti¨®n "muy complicada" en el terreno judicial. Por un lado, llegan pocas denuncias -con una queja com¨²n de los padres "por la falta de respuesta en el colegio y de vigilancia en el patio"-. Por otro, suele ser dif¨ªcil probar los hechos e identificar a los causantes, explica este vocal del Consejo General del Poder Judicial.

En el caso de las amenazas y coacciones, el escollo es mayor por su car¨¢cter oral y la dificultad para probar un da?o que suele ser psicol¨®gico. "Si la agresi¨®n ha sido f¨ªsica, como las palizas con lesiones, el C¨®digo Penal, que se aplica desde los 14 a?os, ofrece un encaje claro", detalla Pantoja. La actuaci¨®n se realiza conforme a la Ley del Menor, que permite aplicar sanciones, pero obliga a tener en cuenta para ello la evaluaci¨®n del denunciado que haga un equipo t¨¦cnico, as¨ª como la gravedad de los hechos. En caso de conductas muy graves, el castigo puede incluir el internamiento o la libertad vigilada.

La escuela es la que debe tener un papel protagonista para prevenir y evitar el acoso, pese a que se le suele dar "poca importancia" en el entorno educativo, seg¨²n Pantoja". "Salvo en los casos m¨¢s graves, recurrir a la justicia es como matar moscas a ca?onazos", asegura Javier Urra, psic¨®logo de la Fiscal¨ªa de Menores de Madrid y ex Defensor del Menor de esa comunidad. "La soluci¨®n est¨¢ en la escuela y tambi¨¦n en el hogar. Hay que educar a los ni?os poni¨¦ndoles l¨ªmites", sentencia.

Para Urra, existe "dejadez de la escuela y los poderes p¨²blicos" para abordar una violencia que ofrece "un panorama preocupante", agravado en algunos casos por la escolaridad obligatoria hasta los 16 a?os. "Los agresores suelen ser malos estudiantes. Antes dejaban la escuela a los 14 a?os y ahora tienen que seguir en ella aunque no quieran", detalla. "A veces los profesores miran para otro lado por temor a enfrentarse con los padres del agresor y a que la inspecci¨®n no les apoye", a?ade este psic¨®logo.

"Los profesores tienen verdaderos problemas para actuar en caso de conflicto. Primero, por la la familia del agresor, y luego, porque la administraci¨®n educativa suele dar la raz¨®n a los padres. Adem¨¢s, no existen mecanismos claros para que el docente pueda intervenir", explica el responsable de Ense?anza de CC OO, Jos¨¦ Campos. "Por supuesto que hay que atajar el problema en los centros y no en los tribunales, pero para eso hacen falta m¨¢s departamentos de orientaci¨®n. La educaci¨®n para la convivencia se ha relajado y s¨®lo hay una hora semanal de acci¨®n tutorial para cuestiones como resolver conflictos. Deber¨ªa haber tres", a?ade.

"Los centros educativos son los sufridores del ambiente de agresividad de cada zona y carecen de medios para resolver el problema", tercia el responsable de Ense?anza de UGT, Carlos L¨®pez Corti?as. "Hacen falta m¨¢s educadores sociales para complementar a los profesores en cuestiones de disciplina. Los docentes tienen pocas herramientas para actuar", explica.

Los padres de la confederaci¨®n laica CEAPA, que coinciden con los sindicatos en que el acoso escolar no est¨¢ muy extendido, creen que en ¨¦l influye "el ambiente de violencia en la sociedad". Lo dice su responsable, Lola Abell¨®. "Hay que trabajar m¨¢s en la educaci¨®n para la convivencia, y hacerlo de forma pr¨¢ctica", plantea.