Un reencuentro apasionante

En 1995, uno de los m¨¢s extra?os, personales y apasionantes directores americanos contempor¨¢neos, Richard Linklater, bord¨® una pel¨ªcula rotundamente intimista, Antes del atardecer, el encuentro entre dos amantes, ¨¦l, americano (Hawke); ella, francesa (Delpy), que en el final de su noche de amor se daban una cita en Viena. Ambos veintea?eros, su peripecia parec¨ªa entonces s¨®lo la posibilidad de una rohmeriana reivindicaci¨®n del azar del encuentro fortuito. Que esos personajes se quedaron muy dentro de Linklater lo marca el hecho de que en su posterior Waking life (2001), mod¨¦lico ensayo filos¨®fico contado con las formas del filme de animaci¨®n, volvieran a aparecer ambos personajes. Y lo confirma ahora este Antes del atardecer, el reencuentro nueve a?os despu¨¦s de los mismos amantes por la Rive Gauche parisiense. Y el resultado es una de las mejores comedias amorosas producidas por el cine americano en la ¨²ltima d¨¦cada.

Es una de las mejores comedias producidas por el cine de EE UU en la ¨²ltima d¨¦cada

Aunque, bien pensado, describir el filme como una comedia americana resulta cuanto menos discutible, cuando no inoperante: una pel¨ªcula sin banda sonora ad hoc, con los di¨¢logos coescritos entre el director y los dos int¨¦rpretes casi omn¨ªmodos (como tambi¨¦n hiciera Rohmer en El rayo verde, por cierto) y construida a partir de largu¨ªsimos planos que el director se niega a cortar para mejor captar la (aparente) frescura de los di¨¢logos, se antoja cualquier cosa menos una pel¨ªcula americana. Ni Woody Allen rueda as¨ª desde hace tiempo.

Pero la inteligencia de Linklater y sus dos m¨¢s que actores coautores, va mucho m¨¢s all¨¢ de la puesta en escena. En realidad, la pel¨ªcula se aguanta perfectamente bien sobre dos premisas principales: una, la intriga de saber qu¨¦ va a pasar con esos dos personajes en las pr¨®ximas horas, si Hawke tomar¨¢ el avi¨®n que le espera, si Delpy permanecer¨¢ indiferente ante la nueva ocasi¨®n que el destino pone frente a ella. Y otra, los di¨¢logos perfectamente trufados de referencias personales y datos estrictamente generacionales. En esta segunda parte, los sue?os de los veintea?eros se han convertido (matrimonio, hijos, amores que jam¨¢s son el amor de la vida) en la cotidianidad de unos adultos para los que la vida ya no son sue?os sino pesadas realidades.

?gil, aparentemente liviana aunque con una carga de profundidad de sentimientos que para s¨ª querr¨ªan muchas otras pel¨ªculas, Antes del atardecer es una cita obligada no ya para los amantes de la comedia o de las peripecias generacionales, sino sencillamente para cualquier espectador inteligente. Y por descontado, un hito m¨¢s en la carrera del m¨¢s elusivo de los autores estadounidenses.