"Ahora hay muy pocos j¨®venes con ganas de escribir musicales"
Con Jesucristo Superstar, Evita, Sunset Boulevard o El Fantasma de la ?pera, compuestos entre 1971 y 1986, se entron¨® como rey de los musicales. El halo m¨¢gico se desvaneci¨® y obras recientes -The Beautiful Game y Whistle Down The Wind, entre ellos- dejaron fr¨ªas a la audiencia y la cr¨ªtica. Ahora retorna con The Woman in White (La dama de blanco), adaptaci¨®n musical de la novela hom¨®nima de Wilkie Collins, estrenada esta pasada semana. Publicada originalmente por entregas en una revista editada por Charles Dickens, este melodrama de secretos y visiones fantasmales escandaliz¨® a la sociedad inglesa del XIX y dio vida al g¨¦nero policial.
"Todav¨ªa me encanta el pop. No hay mayor emoci¨®n para m¨ª que el lograr un superventas pop". Quien habla as¨ª es Andrew Lloyd Webber, 56 a?os, lord vitalicio y millonario compositor brit¨¢nico. Autor de musicales, productor teatral y cinematogr¨¢fico.
"Hubiera sido fant¨¢stico componer en los a?os cincuenta"
El veterano Trevor Nunn toma la direcci¨®n de su nuevo proyecto, con libreto de Charlotte Jones y letras de David Zippel, conocido por su trabajo en City of Angels. Maria Friedman y Michael Crawford lideran el reparto. Rotantes pantallas de v¨ªdeo eliminan los decorados tradicionales y permiten ubicar la acci¨®n en m¨²ltiples y variados escenarios. "Es un musical muy f¨ªlmico. Utilizamos una tecnolog¨ªa con proyecciones tridimensionales nunca antes experimentada. Los efectos son extraordinarios", admite Lloyd Webber.
Es la v¨ªspera del estreno en Londres de The Women in White y el compositor almuerza con cuatro periodistas extranjeros en el jard¨ªn de su productora, The Really Useful Group. Su prestigio est¨¢ en juego y quiz¨¢ tambi¨¦n el porvenir del West End, pero los nervios no flaquean. Presiente un triunfo en el futuro cercano con el tema central del musical. "Duncan ha grabado I believe my heart y estoy emocionad¨ªsimo. Anta?o los musicales viv¨ªan de los hits", exclama.
Corren otros tiempos. Lloyd Webber compite adem¨¢s consigo mismo y se ha resignado a perder. El Fantasma de la ?pera lleva 18 a?os en la cartelera londinense y est¨¢ actualmente en escena en otras ocho ciudades, incluida Madrid. "Los musicales son mis beb¨¦s y aprecio cada uno a mi manera. Pero el Fantasma es especial. Es un fen¨®meno que nunca m¨¢s se repetir¨¢ en mi carrera. Esa r¨¢faga no puede volver a estallar. Las cosas son ahora muy diferentes. Con el Gran Hermano, la realidad virtual televisada, la obsesi¨®n de los tabloides... el m¨ªnimo com¨²n denominador se ha hundido", dice con amargura.
"Soy muy consciente", contin¨²a, "de que The Woman in White es el ¨²nico musical original en el West End este a?o. Me preocupa. Me gustar¨ªa que otros compositores contribuyeran con obras nuevas en vez de adaptar viejos proyectos. Pero hay tan pocos j¨®venes con ganas de escribir musicales. Es un fastidio. A menudo pienso que hubiera sido fant¨¢stico componer en los a?os cincuenta. La competencia era entonces tan dura que West Side Story no gan¨® un solo Tony en la categor¨ªa de musicales".
"Ahora s¨®lo se producen compilaciones o adaptaciones de viejas pel¨ªculas. Mamma Mia!, el ¨²ltimo gran ¨¦xito, garantiza una velada divertida, pero es una compilaci¨®n musical. Eso es lo que demanda la audiencia. Los productores comerciales no se arriesgan porque no pueden permit¨ªrselo. Ni en montajes musicales ni teatrales. El sector p¨²blico secuestra las mejores obras y, con las subvenciones estatales, dispone de mucho tiempo para desarrollarlas. El terreno de juego est¨¢ desequilibrado".
Copropietario de once teatros en Londres, ocho de ellos destinados a musicales, Lloyd Webber ve un futuro incierto para el West End. "No podemos obtener ni un penique del Gobierno para modernizar las salas teatrales. Media docena cerrar¨¢n en los pr¨®ximos diez a?os y se convertir¨¢n en casinos, discotecas y locales de alterne. No veo c¨®mo pueden sobrevivir con obras de teatro", pronostica.
Su atenci¨®n retorna a los proyectos m¨¢s inmediatos. En los pr¨®ximos d¨ªas debe escoger las voces extranjeras que doblar¨¢n a los artistas originales en la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de El Fantasma de la ?pera, que se estrena en diciembre. Dirigida por Joel Schumacher, en una superproducci¨®n con escenarios y vestuario de ensue?o, el filme se apoya en tres j¨®venes protagonistas: el escoc¨¦s Gerald Butler y los estadounidenses Emmy Rossum y Patrick Wilson. "Joel quer¨ªa actores desconocidos y j¨®venes; yo exig¨ª que pudieran cantar. Es una historia de pasi¨®n y los actores no pueden apasionarse sin cantar realmente", explica.
Lloyd Weber evit¨® la tentaci¨®n
de actualizar la partitura de El Fantasma de la ?pera, y una nueva balada que compuso para el deformado personaje central se elimin¨® del ¨²ltimo montaje de la cinta. S¨ª entr¨®, sin embargo, una pieza instrumental sobre los cr¨¦ditos finales de la pel¨ªcula. "Es una obra acorde con su tiempo que no se puede alterar. Con Jesucristo Superstar sucede lo mismo. Podr¨ªa mejorar The Beautiful Game y me gustar¨ªa modificar Evita. Cuando lo compuse, en 1978, la m¨²sica latina no se conoc¨ªa en el Reino Unido y, francamente, yo apenas sab¨ªa nada del tango. Voy a rehacer Evita con una nueva versi¨®n orquestal. No podr¨¦ cambiar Don't Cry for me Argentina, pero introducir¨¦ una cualidad latina para la cual estaba mal preparado entonces. Es el ¨²nico musical que me gustar¨ªa recomponer".
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