Tarz¨¢n de los pinos
Puentes, trapecios, redes y tirolinas de m¨¢s de 100 metros invitan a 'hacer el mono' en las Dehesas de Cercedilla
El mono que todos llevamos dentro nunca ha olvidado la felicidad de moverse libremente por las copas de los ¨¢rboles, para envidia de las fieras que se arrastran casta?eteando los dientes. Ello explica el ¨¦xito de Tarz¨¢n, personaje que lleva 90 a?os y 54 pel¨ªculas -r¨¦cord absoluto del cine- saltando de ¨¢rbol en ¨¢rbol con la oportuna liana en una mano y Jane en la otra. Y tambi¨¦n el ¨¦xito que est¨¢n cosechando los modernos parques de aventura en los ¨¢rboles.
S¨®lo en la sierra de Guadarrama, acaban de inaugurarse dos: uno en Navafr¨ªa (Segovia) y otro en Cercedilla, el Ecoparque Aventura Amazonia, que es el primero de Madrid y el que se propone en esta escapada. La idea, como siempre, ha venido de fuera, concretamente de Francia, donde hace m¨¢s de un lustro que la gozan haciendo el mono. Pero, para calmar a los detractores de lo for¨¢neo, no estar¨¢ de m¨¢s recordar que en Madrid existen ilustres precedentes, como los le?adores de Cercedilla que escalaban sin asegurarse a los pinos con sus hachas de dos bocas y cuatro kilos; o como los recolectores de pi?as que, en Cadalso y Valdemaqueda, trepaban a los ¨¢rboles ayud¨¢ndose de una vara de seis metros acabada en gancho, llamada lata, y pasaban de uno a otro columpi¨¢ndose con la misma.
M¨¢s de 60 juegos est¨¢n instalados sobre ¨¢rboles de unos 40 metros de altura
De ah¨ª, quiz¨¢, la expresi¨®n "darse un pi?azo". En las dehesas de Cercedilla, junto a las piscinas de las Berceas, dentro de un bosque de pinos albares al que peina con raya en medio el arroyo de la Venta, se hallan instalados los m¨¢s de 60 juegos del Ecoparque, todos ellos sobre ¨¢rboles maduros de cerca de 40 metros de altura.
Habr¨¢ que advertir, ahora para calmar a los ecologistas, de que se han empleado materiales naturales -fundamentalmente, madera y cuerda- y plataformas que se ci?en a los troncos sin usar un tornillo, de modo que estos gigantes sufren menos agravio que el que puede inferirles, al hacer su nido, un pico picapinos.
La seguridad personal -y, con esto, calmamos a las madres- est¨¢ garantizada por el uso de un arn¨¦s de escalada que va unido mediante dos mosquetones a la denominada l¨ªnea de vida, un cable de acero irrompible, tipo telef¨¦rico.
Adem¨¢s, siempre se imparte una clase inaugural, no s¨®lo para ense?ar el modo de empleo del material, sino para que todos, ni?os y adultos, aprendan a valerse por s¨ª mismos, pues los monitores -y en esto se nota que varios de ellos vienen del mundo de la psicolog¨ªa- se van a limitar a observar las evoluciones circenses de los participantes desde el suelo.
Para los ni?os de 6 a 14 a?os est¨¢ pensado el circuito Kids, que discurre a un par de metros de altura y consta de 13 juegos en los que prima el aspecto l¨²dico: peque?os columpios, caminos de malla, t¨²neles de barriles, saltitos de Tarz¨¢n... Mientras que, para los j¨®venes y adultos, se reservan tres rutas de dificultad creciente (Aventura, Deportiva y Xtrem), con aparatos realmente exigentes, algunos a 18 metros del planeta.
La organizaci¨®n, consciente de que muchos vamos a aferrarnos a los pasamanos con la misma furia que los primeros espa?oles que atravesaron el puente inca de cuerda sobre el ca?¨®n del Apurimac, proporciona guantes. A lo largo, ancho y (sobre todo) alto del Ecoparque se suceden las escaleras, las cuerdas flojas, las pasarelas, los puentes de troncos y los pasos de pato que, como su nombre indica, obligan a caminar con los pies a las nueve y cuarto.
Pero la palma de la diversi¨®n, con broche de adrenalina, se la llevan la tirolina de m¨¢s de cien metros con que concluye la ruta de Aventura, el muro de escalada con que arranca la Deportiva y la red vertical, como las que se usan para subir a los m¨¢stiles de los grandes veleros, de la Xtrem.
Pero todav¨ªa hay m¨¢s. Dise?ado por profesionales de recursos humanos y formaci¨®n, existe un quinto recorrido con juegos de equipo, cuyo objetivo es acrecentar la confianza (m¨¢s bien poca) entre los compa?eros de una empresa, que ¨¦sa s¨ª que es una selva.
Hoteles con muchas vistas
- C¨®mo ir. Cercedilla dista 57 kil¨®metros de Madrid yendo por la carretera de A Coru?a (A-6) y la antigua N-VI hasta Guadarrama, para desviarse a la salida de este pueblo a la derecha por la M-622. Hay autobuses de Larrea (tel. 91 398 38 05) y trenes de cercan¨ªas (Renfe, tel. 902 24 02 02). El Ecoparque est¨¢ a dos kil¨®metros de la estaci¨®n, subiendo por la carretera de las Dehesas (M-966).
- Ecoparque. Horario: de 10.00 a 19.00; cerrado lunes y martes. Precio: entre 10 y 17 euros por persona, seg¨²n edad y n¨²mero de participantes; la entrada es v¨¢lida para tres horas. Reservas: 902 51 14 62.
- Otras actividades. Valle de la Fuenfr¨ªa (tel. 91 852 22 13): sendas guiadas y paseos tem¨¢ticos. Cercedilla Aventura (tel. 609 639 788): paseos a caballo, quads, bicicleta de monta?a, escalada...
- Comer. Cirilo (tel. 91 852 02 41): sopa castellana, judiones y asados por encargo; precio medio, 20-25 euros. G¨®mez (tel. 91 852 01 46): antigua casa de comidas, con cocina de temporada muy elaborada; 25-30 euros. La Herrer¨ªa (tel. 91 852 07 07): tartaleta de puerros, entra?a argentina y brocheta de pollo; 20 euros. Mont¨®n de Trigo (tel. 91 852 15 09): huevos estrellados, alitas, planchas de carne y fondues; 15 euros.
- Dormir. Los Casta?os (tel. 91 852 17 98): casa de finales del XIX, en la colonia de la estaci¨®n, especializada en turismo de salud (masajes, dietas con alimentos biol¨®gicos, talleres de meditaci¨®n...); doble, 40 euros. Luces del Poniente (91 852 55 87): lujoso hotelito, con decoraci¨®n y vistas impactantes; 100-115 euros. Arcipreste de Hita (tel. 91 856 01 25): dominando el embalse de Navacerrada, con sauna, squash y piscina climatizada; 75 euros.
- M¨¢s informaci¨®n. En www.amazonia-aventura.com.
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