"La competencia somos nosotros mismos, debemos afrontar la realidad y ser autocr¨ªticos"
Pregunta. Rafael Calvo, presidente de los fabricantes de calzado, asegura que la p¨¦rdida de empleo es "un problema objetivo" de los sectores manufactureros. ?Qu¨¦ extensi¨®n tiene el problema en la Comunidad Valenciana?
Respuesta. Las empresas de nuestros sectores tradicionales no ten¨ªan otro planteamiento que competir por precio. Pero estamos inmersos en el mercado com¨²n de la Uni¨®n Europea, que ahora se ampl¨ªa, y avanzamos hacia la globalizaci¨®n comercial. Los pa¨ªses emergentes, como China o la India producen mucho m¨¢s barato y tenemos que acometer ciertos cambios estructurales.
P. ?Cu¨¢les?
R. Desde antiguo trabajamos en dos variables. Analizar los sectores tradicionales y c¨®mo deben adaptarse a la nueva realidad. Y estudiar qu¨¦ sectores emergentes pueden asumir parte de esa mano de obra. Deben ser sectores con alto valor tecnol¨®gico, productores de bienes de equipo, de servicios, que ofrecen mayor coherencia y estabilidad.
"Estoy c¨®modo en la presidencia de Cierval, pero no estoy pegado al sill¨®n"
"La creatividad y la imaginaci¨®n han sido valores a?adidos, pero s¨®lo eso no nos vale"
P. ?A qu¨¦ atribuye el asalto de naves chinas en Elche?
R. Hay que condenar severamente los asaltos y no pretendo justificarlos, pero la gente de Elche reclama reciprocidad. Mientras a nosotros nos cuesta mucho entrar a vender en China, la Uni¨®n Europea no pone ning¨²n reparo a las importaciones asi¨¢ticas. Muchas grandes empresas de calzado que producen fuera mantienen sus canales de distribuci¨®n con base en Elche. Y eso es lo que est¨¢n aprovechando los chinos. La gente piensa: 'Lo ¨²nico que nos queda de valor a?adido se lo van a comer tambi¨¦n'. El recetario est¨¢ claro: la marca, la calidad, el valor a?adido. Pero otro factor es saber vender y debe ser un reto proteger lo poco que tenemos.
P. A tenor del recetario que propone, nuestra competencia real ?es China o es Italia?
R. La competencia somos nosotros mismos. Si sabemos d¨®nde estamos, qu¨¦ queremos y c¨®mo hacerlo pasaremos a los chinos y a los italianos por delante. Debemos afrontar nuestra propia realidad. Los italianos nos comen el terreno porque ese proceso lo llevan mucho m¨¢s adelantado que nosotros. Debemos ser autocr¨ªticos. Entre los emprendedores valencianos la creatividad y la imaginaci¨®n han sido valores a?adidos muy importantes, pero s¨®lo eso no nos vale. Debemos utilizar muchas otras armas como los italianos, los polacos y otros. La cer¨¢mica, por ejemplo, es el sector que primero sigui¨® la estela de los italianos y ya les ha adelantado claramente.
P. ?Tiene la industria valenciana capacidad para asumir los empleos en peligro?
R. Sin movilidad laboral es muy complicado. Pero la Comunidad Valenciana vivi¨® una experiencia de reconversi¨®n en Sagunto que sali¨® muy bien. El origen fue muy negro. El cierre de altos hornos dej¨® la ciudad sumida en la crisis, pero la implantaci¨®n de nuevos sectores y la colaboraci¨®n entre empresarios, sindicatos y autoridades municipales hizo posible consolidar un tejido productivo que se va ampliar y desarrollar gracias a la ubicaci¨®n geoestrat¨¦gica de la ciudad.
P. ?Es geoestrat¨¦gica la situaci¨®n de la Comunidad Valenciana?
R. Estamos en el centro del Arco Mediterr¨¢neo espa?ol y somos el puerto m¨¢s pr¨®ximo al centro de la Pen¨ªnsula, luego tenemos muchas m¨¢s posibilidades de desarrollo que otras zonas. Desde que se crearon las comunidades aut¨®nomas, Madrid es la que m¨¢s ha crecido en poblaci¨®n y econ¨®micamente. Es un polo de desarrollo enorme cuya salida al mar est¨¢ en Valencia. Pero adem¨¢s, estamos vinculados al corredor mediterr¨¢neo y nuestra salida hacia Europa es a trav¨¦s de Catalu?a. Lo que debemos hacer es complementarnos con nuestro entorno.
P. ?Somos complementarios o rivales de Catalu?a?
R. No debemos plantearnos que Valencia sea como Barcelona o la Comunidad Valenciana como Catalu?a, que ha sido un referente cl¨¢sico que muchos intelectuales han tenido siempre aqu¨ª. Debemos partir de nuestras ra¨ªces, analizar lo que queremos ser y conseguirlo. Nos acercaremos mucho al modelo catal¨¢n, pero no tenemos por qu¨¦, en un acto de masoquismo, estar siempre mirando a lo que pasa all¨ª.
P. ?Est¨¢n abiertos los sindicatos a novedades como la movilidad laboral?
R. Los sindicatos trabajan con rigor y hacen ofertas razonadas sobre estudios. Debemos tener en cuenta sus opiniones porque son fundadas y establecer un di¨¢logo fluido.
P. El ¨¢mbito del Plan Valenciano por el Crecimiento y el Empleo (Pavace), que re¨²ne a patronal, sindicatos y Generaliltat, ?permite un di¨¢logo fluido?
R. El Pavace es flexible y estamos pendientes de una revisi¨®n que debe permitirnos abordar los nuevos problemas.
P. El Gobierno plantea en su presupuesto un cambio de modelo econ¨®mico orientado hacia la productividad.
R. Si no producimos m¨¢s y mejor perdemos competitividad. Ten¨ªamos un gran diferencial de riqueza con respecto a la Uni¨®n Europea, que ven¨ªa dado por nuestra forma de producci¨®n, y lo hemos ido perdiendo al homologar paulatinamente nuestra renta con la media europea. Si no apostamos por la productividad, perderemos de nuevo. De la productividad y competitividad nace la riqueza de un pa¨ªs. Hemos venido creciendo gracias al cosumo interno, la construcci¨®n y las nuevas infraestructuras. Parece que el Gobierno sigue apostando por las infraestructuras. La vivienda va a sufrir una suave desaceleraci¨®n, pero desaceleraci¨®n al fin y la cabo. Y el consumo interno depender¨¢ de que mantengamos el diferencial de crecimiento.
P. ?Qu¨¦ opina sobre la flexibilidad en torno al equilibrio presupuestario?
R. Los presupuestos han perdido, una vez m¨¢s, la oportunidad de cuadrar los ingresos y los gastos. Estamos totalmente en contra de que se recurra al fondo de la Seguridad Social para cuadrar los presupuestos. Los recursos no son infinitos y, si hubiera un momento de crisis y descendiera el n¨²mero de afiliados a la Seguridad Social, el fondo mermar¨¢ r¨¢pidamente porque la poblaci¨®n jubilada crece exponencialmente. Por eso hay que mantener la deuda en vol¨²menes asumibles y esperamos que se reconduzcan las tres prioridades que ha establecido el Gobierno: la deuda de las comunidades aut¨®nomas, la de Renfe y la de Televisi¨®n Espa?ola.
P. ?Qu¨¦ le parece la nueva Consejer¨ªa de Empresa?
R. Es una experiencia que gobiernos auton¨®micos y el propio gobierno central han intentado conseguir sin demasiado ¨¦xito. El Gobierno del PP cre¨® un Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa pero tuvo que volver a Industria. El Gobierno socialista tambi¨¦n quer¨ªa vincular ciencia y tecnolog¨ªa pero, ante el fracaso del PP, lo ha hecho a trav¨¦s del Ministerio de Educaci¨®n. Todos saben lo que hay que hacer, pero a¨²n no han atinado. La f¨®rmula de la Generalitat puede servir. Nos hubiera gustado que el consejero fuera alguien con conocimiento de gesti¨®n empresarial, pero apoyaremos todo lo posible la iniciativa para que se consolide. Puede ser muy interesante para optimizar las subvenciones p¨²blicas para inversiones en I+D+i.
P. ?No aporta el secretario auton¨®mico de Empresa conocimiento en gesti¨®n empresarial?
R. Es una persona de plena confianza del consejero que conoce bien el mundo empresarial. Sabemos que se puede hacer una gran labor, pero esperaremos a conocer los resultados. Nosotros, desde luego, no vamos a poner zancadillas.
P. ?Qu¨¦ hay que hacer para estrechar la relaci¨®n entre la Universidad y la empresa?
R. Hay que crear qu¨ªmica, sinton¨ªa, una aproximaci¨®n. Es una cuesti¨®n cultural y exige el cambio de muchas mentalidades.
P. ?Hay un exceso de asociaciones de representaci¨®n empresarial?
R. La cosa est¨¢ muy clara. Cierval tiene la representaci¨®n empresarial. Pero todas las asociaciones tienen intereses leg¨ªtimos y estamos abiertos a la cooperaci¨®n con todas.
P. ?Se siente c¨®modo en su cargo o considera que ya ha llegado la hora del relevo?
R. Estoy c¨®modo. Pero si el conjunto de los sectores considera que, por bien de la organizaci¨®n, interesa darle nuevos aires, yo dar¨ªa paso. No estoy pegado al sill¨®n, sino en plan de servicio.
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