En la senda de la recuperaci¨®n global
La comunidad internacional debe, seg¨²n el autor, aprovechar la recuperaci¨®n actual para afianzar la estabilidad financiera y econ¨®mica, y ayudar a los pa¨ªses con perspectivas limitadas.
En la actualidad, el mundo est¨¢ marcado por los contrastes. Estamos acosados por im¨¢genes de terror y guerra. Sin embargo, cada regi¨®n del planeta ha experimentado uno de los crecimientos econ¨®micos m¨¢s potentes de los ¨²ltimos a?os, la inflaci¨®n sigue estando bajo control a pesar del alza del precio del petr¨®leo y los mercados financieros se encuentran en buena forma. Varias econom¨ªas que hace poco enfrentaban crisis financieras se est¨¢n recuperando con fuerza. Al mismo tiempo, hay mucho por hacer para ayudar a prevenir crisis futuras y reducir la pobreza.
?Qu¨¦ significan estos contrastes en t¨¦rminos de las perspectivas futuras? La respuesta depende de manera crucial de c¨®mo respondan cada pa¨ªs y la comunidad internacional como un todo a los desaf¨ªos fundamentales del dise?o de las pol¨ªticas: enfrentar los desequilibrios globales a trav¨¦s de pol¨ªticas macroecon¨®micas y reformas desde hace mucho tiempo necesarias; cubrir los costes de poblaciones que envejecen; reforzar las defensas contra las crisis econ¨®micas y financieras; y avanzar en el cumplimiento de los urgentes imperativos de la reducci¨®n de la pobreza.
Recientemente, los l¨ªderes financieros de 184 pa¨ªses se encontraron en Washington en las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial. Este a?o marca el aniversario n¨²mero 60 de la Conferencia de Bretton Woods, que estableci¨® a ambas organizaciones como pilares de la cooperaci¨®n econ¨®mica internacional. Como director gerente del FMI, mi mensaje fue de vigilancia y acci¨®n. En pocas palabras, la comunidad internacional debe aprovechar la recuperaci¨®n actual para ampliar los esfuerzos por afianzar la estabilidad financiera y econ¨®mica, y ayudar a los pa¨ªses con perspectivas limitadas.
Los periodos de fuerte crecimiento econ¨®mico permiten a los pa¨ªses crear defensas para reducir la probabilidad y gravedad de las futuras recesiones. Pero estas oportunidades son demasiado f¨¢ciles de malgastar. En una era de mercados financieros globalizados, cuando los pa¨ªses pueden encontrar dificultades para hacer frente a los r¨¢pidos flujos de capitales que cruzan las fronteras, no hay tiempo para complacencias. Una lecci¨®n de la d¨¦cada de los noventa es que es necesario enfrentar las vulnerabilidades antes de que se transformen en crisis.
El r¨¢pido crecimiento econ¨®mico del mundo en 2004 demuestra que los esfuerzos por consolidar nuestras defensas desde los a?os noventa han rendido frutos. Pero el crecimiento ha sido poco equilibrado: Europa y Jap¨®n (a pesar de algunos avances recientes) est¨¢n lejos de alcanzar su potencial, y Estados Unidos y China han seguido impulsando, en gran medida, la econom¨ªa mundial.
Una prioridad es reducir los desequilibrios de pagos globales. Estados Unidos debe dar pasos para reducir su d¨¦ficit presupuestario en el mediano plazo. Europa y Jap¨®n pueden aumentar su crecimiento si aceleran el ritmo de sus reformas estructurales.
Las medidas tendentes a aumentar la flexibilidad de los tipos de cambio en China y otros pa¨ªses asi¨¢ticos, apoyadas por las reformas al sector financiero, tendr¨¢n beneficios locales y globales. ?ltimamente, los pa¨ªses con mercados emergentes de otras ¨¢reas del mundo han hecho considerables avances en sus reformas, pero deben mantener el ritmo para protegerse contra potenciales crisis.
Hay otros desaf¨ªos en el horizonte. Los problemas que antes se consideraban de "mediano plazo" se est¨¢n volviendo m¨¢s urgentes. El envejecimiento de la poblaci¨®n est¨¢ obligando a varios pa¨ªses a enfrentar presiones en sus presupuestos y sistemas de seguridad social. El problema es inminente en Am¨¦rica del Norte, la Eurozona y Jap¨®n. Pero no pasar¨¢ mucho tiempo antes de que los pa¨ªses en desarrollo tambi¨¦n tengan que enfrentar este desaf¨ªo, en muchos casos sin un colch¨®n de afluencia.
Tambi¨¦n est¨¢ el problema energ¨¦tico. Los altos precios del petr¨®leo han resucitado una vieja vulnerabilidad. Los pa¨ªses deben reformular sus pol¨ªticas energ¨¦ticas, lo que incluye aumentar la producci¨®n y la capacidad de las refiner¨ªas, diversificar las fuentes de energ¨ªa y dar nuevo ¨ªmpetu a la conservaci¨®n. Un mayor equilibrio entre producci¨®n y consumo evitar¨ªa grandes fluctuaciones en los precios del petr¨®leo.
El FMI se centra en la prevenci¨®n de las crisis, y en la d¨¦cada pasada estimul¨® una mayor transparencia y sistemas financieros m¨¢s s¨®lidos. El Fondo tambi¨¦n vigila activamente el devenir de los mercados de capitales y est¨¢ implementando una evaluaci¨®n m¨¢s sistem¨¢tica de la sustentabilidad de las deudas.
Siempre habr¨¢ maneras de fortalecer nuestro trabajo de modo que proporcionemos una asesor¨ªa bien articulada, basada en una clara comprensi¨®n y el mejor an¨¢lisis de cada pa¨ªs. Necesitamos comunicar claramente nuestras posiciones a quienes dise?an las pol¨ªticas y reforzar las iniciativas para que los pa¨ªses tomen las acciones correctivas adecuadas. Pero, a fin de cuentas, la eficacia de nuestros consejos depende de la voluntad de los pa¨ªses de actuar siguiendo nuestras recomendaciones.
La pobreza tambi¨¦n amenaza la estabilidad econ¨®mica. A pesar de todos los ¨¦xitos de las ¨²ltimas d¨¦cadas, sigue siendo una realidad que el 20% de la poblaci¨®n mundial todav¨ªa vive con menos de un d¨®lar al d¨ªa, mientras que el VIH/SIDA y otras enfermedades transmisibles causan estragos en muchas sociedades. Otros indicadores sociales muestran un sombr¨ªo panorama. De hecho, la mayor¨ªa de los pa¨ªses en desarrollo probablemente no alcanzar¨¢n la meta de la comunidad internacional de reducir la pobreza a la mitad para el a?o 2015.
En 2002, en la Conferencia de Monterrey, la comunidad internacional acord¨® un marco de trabajo para lograr ese objetivo. Los pa¨ªses en desarrollo implementar¨ªan pol¨ªticas econ¨®micas s¨®lidas, apoyadas en buenas pr¨¢cticas de gobierno. Los pa¨ªses industrializados aumentar¨ªan los niveles de ayuda y reducir¨ªan las barreras al comercio. El FMI y el Banco Mundial ofrecer¨ªan asesor¨ªa, experiencia y financiamiento, y el Fondo se concentrar¨ªa en la estabilidad macroecon¨®mica y financiera, que es crucial para estimular un crecimiento duradero y la reducci¨®n de la pobreza.
Se han dado algunos pasos positivos en la senda de este "Consenso de Monterrey". Pero el apoyo internacional est¨¢ cayendo a niveles muy inferiores a los prometidos. Se necesitan compromisos pol¨ªticos s¨®lidos para proporcionar la ayuda necesaria para acelerar el ritmo de avance y asegurar el ¨¦xito de la ronda de comercio de Doha, tan esencial para las perspectivas de largo plazo de los pa¨ªses en desarrollo.
La solidez y capacidad de recuperaci¨®n de la econom¨ªa global de cara a las crisis pol¨ªticas y econ¨®micas demuestran la relevancia central del proceso de reformas y subraya la importancia de seguir este camino. Los gobiernos e instituciones como el FMI deben tener esto en mente al buscar asegurar una recuperaci¨®n econ¨®mica duradera que beneficie a todos los pueblos del mundo.
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