La Fundaci¨®n Leopold de Viena exhibe los paisajes de Egon Schiele
La Fundaci¨®n Leopold de Viena muestra el lado menos conocido de Egon Schiele en una exposici¨®n, abierta hasta el 31 de enero, que re¨²ne 90 ¨®leos, dibujos y gouaches del pintor expresionista austriaco, as¨ª como veinte obras de artistas de su ¨¦poca, como Gustav Klimt y Oskar Kokoschka. "La mayor¨ªa conoce ¨²nicamente los cuadros er¨®ticos de Schiele y no sabe que la mitad de sus obras son paisajes y casas", indica el coleccionista Rudolph Leopold, director del museo que lleva su nombre y alberga los cuadros que ¨¦l adquiri¨® desde los a?os de posguerra. Aqu¨ª se encuentra la mayor colecci¨®n de Schiele, pero para esta exposici¨®n se ha contado tambi¨¦n con lienzos procedentes de Suiza, Alemania, Espa?a y de otras colecciones austriacas. El objetivo era, seg¨²n Leopold, "mostrar exclusivamente el periodo de 1911 a 1915, en el que Schiele alcanz¨® el c¨¦nit de su autonom¨ªa art¨ªstica".
Un motivo recurrente en Egon Schiele (1890-1918) son las casas de la peque?a ciudad medieval donde naci¨® su madre, Krumau -hoy llamada en checo Cesky Krumau-, situada a orillas del r¨ªo Moldau en un valle de Bohemia, al sur de la Rep¨²blica Checa. El pintor se estableci¨® all¨ª con su compa?era, Wally Neuzil, en 1911, pero despu¨¦s de pocos meses tuvo que irse por causa del esc¨¢ndalo que causaron entre sus vecinos sus retratos de ni?as muy j¨®venes desnudas. Dej¨® pasar dos a?os, viviendo entre la regi¨®n de la Baja Austria y la ciudad h¨²ngara de Gy?r, antes de regresar a su taller en Krumau, hoy abierto a los turistas.
'Ciudad muerta'
Una serie de ¨®leos que representan un conjunto de casas vistas desde arriba en tonos opacos llevan el t¨ªtulo de Ciudad muerta. Otras fachadas, ricas en colores, como Muro de casa junto al r¨ªo, aparecen rebosantes de vitalidad. Muchas veces, s¨®lo algunas ventanas desordenadamente abiertas y cordones repletos de ropa tendida demuestran que la ciudad ya no est¨¢ muerta. A veces pareciera que los edificios eran para el artista como seres vivos en movimiento, que ¨¦l atrapaba con su caracter¨ªstico trazo r¨¢pido, en l¨ªneas discontinuas. Como si temiera que la imagen pudiera escap¨¢rsele en un instante.
Otros paisajes inhabitados, con colinas suaves y ¨¢rboles desnudos, raqu¨ªticos y desv¨¢lidos tras perder las hojas verdes, se inspiran en la regi¨®n hoy fronteriza entre Austria, Hungr¨ªa y la Rep¨²blica Checa, que antes de la Primera Guerra Mundial formaba parte del conjunto del Imperio Austro-H¨²ngaro. Estos cuadros permiten apreciar en varios matices la evoluci¨®n de Schiele del modelo natural hacia lo abstracto. A falta de figuras humanas, que en Schiele son de intensa expresividad, queda m¨¢s al desnudo el virtuosismo de Schiele como compositor de formas y colores. "Las figuras humanas ser¨ªan algo as¨ª como el texto de una canci¨®n, que distraen de la esencia de una composici¨®n musical, que en estas obras queda al descubierto", comentaba una visitante de la exposici¨®n.
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