Millones de inmigrantes no votan, pero cuentan
En Arizona, los electores se pronunciar¨¢n tambi¨¦n el 2 de noviembre sobre una propuesta que obliga a denunciar a los 'sin papeles'
Los votantes de Arizona, aparte de elegir entre John Kerry y George W. Bush, deben pronunciarse el 2 de noviembre sobre la Proposici¨®n 200, una iniciativa de la coalici¨®n conservadora Protege Arizona Ahora que convertir¨ªa en delincuentes a los funcionarios que no denunciaran a los inmigrantes indocumentados. Propuestas similares se han planteado, con y sin ¨¦xito, en otros Estados, y dejan al descubierto un gigantesco problema sin resolver -la presencia de al menos ocho millones de sin papeles en todo el pa¨ªs- que ninguno de los dos candidatos aborda con seriedad en esta campa?a. Y no es por falta de inter¨¦s: en el debate del mi¨¦rcoles en Arizona, el moderador, Bob Schieffer, dijo que era el asunto sobre el que m¨¢s correo electr¨®nico hab¨ªa recibido para plantearlo a George W. Bush y a John Kerry.
La Patrulla Fronteriza ha detenido a m¨¢s de 470.000 'sin papeles' en el ¨²ltimo a?o
"Mientras se siga emple¨¢ndoles, seguir¨¢n llegando", asegura un profesor de Arizona
Arizona es la gran puerta de entrada de inmigrantes sin papeles a Estados Unidos. La patrulla fronteriza, dotada con mejores y m¨¢s sofisticados medios, asegura haber detenido en el ¨²ltimo a?o a m¨¢s de 470.000 indocumentados. Es raro el d¨ªa en el que la patrulla no descubre y detiene a a grupos de personas intentando entrar por su cuenta. Esas personas son en ocasiones abandonadas por los coyotes o polleros que cobran -a los antiguos espaldas mojadas y ahora pollitos- cientos o miles de d¨®lares por el viaje y que les dejan a su suerte cuando hay peligro, y muchas veces tambi¨¦n cuando no lo hay. M¨¢s de 160 personas han muerto perdidas en el desierto en el ¨²ltimo a?o, de hambre y de sed.
Se calcula que en Arizona hay de 300.000 a 350.000 inmigrantes indocumentados. La ley ya proh¨ªbe que reciban ayudas, se beneficien de la asistencia social o voten. Pero normas federales exigen que se proporcione a todo el mundo, con o sin papeles, atenci¨®n sanitaria o policial de emergencia y educaci¨®n b¨¢sica. La iron¨ªa de la Proposici¨®n 200 es que un ni?o con padres indocumentados puede ir a la escuela, pero no podr¨ªa tener el carn¨¦ de la biblioteca p¨²blica, porque es un beneficio suplementario. La norma, si se aprobara, exigir¨ªa que todos los habitantes de Arizona demostraran que tienen residencia legal para poder beneficiarse de servicios p¨²blicos no obligatorios.
El comit¨¦ para el voto afirmativo a la Proposici¨®n 200 sostiene que "los votantes pueden hacer algo contra la inmigraci¨®n ilegal y enviar un mensaje que se escuche al otro lado de la frontera". El comit¨¦ afirma que los indocumentados cuestan a Arizona 1.300 millones de d¨®lares anuales entre educaci¨®n, cuidados m¨¦dicos y prisiones. El grupo Ciudadanos de Arizona por una Reforma Aut¨¦ntica de la Inmigraci¨®n -una alianza de ejecutivos y l¨ªderes pol¨ªticos, religiosos y sindicales que tiene el apoyo de la gobernadora dem¨®crata Janet Napolitano y del senador republicano John McCain- contesta que la iniciativa no servir¨¢ para frenar la inmigraci¨®n ilegal. La Conferencia de Obispos de Arizona coincide en que la Proposici¨®n 200 "no har¨¢ nada para resolver el problema de la inmigraci¨®n ni reducir¨¢ el n¨²mero de personas que cruzan ilegalmente la frontera".
Los funcionarios que se ver¨ªan criminalizados por la ley si ayudaran a ilegales sin denunciarles se rebelan. La asociaci¨®n de bomberos de Phoenix denuncia la Proposici¨®n 200 porque "exigir¨ªa a los auxiliares sanitarios y a los bomberos pedir papeles en casos que no fueran urgentes, para evitar multas y procesos, en lugar de hacer lo que tienen que hacer". La asociaci¨®n dice que los bomberos reciben 180.000 llamadas al a?o, de las que s¨®lo el 10% son urgentes; adem¨¢s de complicarles la tarea a param¨¦dicos y bomberos, temen que haya gente que no les avise por miedo a las posibles denuncias. En un anuncio pagado por los grupos contrarios a la Proposici¨®n 200, un bombero dice: "Cuando hay vidas en juego, no tengo tiempo para comprobar carn¨¦s de identidad".
Pero la Proposici¨®n 200 tiene gancho: seg¨²n el diario The Arizona Republic, el 57% de la poblaci¨®n la respalda, el 20% est¨¢ en contra y el 23% no se pronuncia. Entre ellos, seguramente por miedo, est¨¢ Juan C., un mexicano -con papeles- que se sube a las palmeras de los jardines con una motosierra para limpiar los troncos de palmas secas. No se pronuncia al principio, pero s¨ª diez minutos m¨¢s tarde, despu¨¦s de bajar, asegurado con una cuerda a la cintura y calzado con botas de escalar: "No me parece bien que no se ayude a los que les haga falta, y adem¨¢s, todos los que andan por ah¨ª trabajando querr¨ªan tener los papeles".
Entre los que est¨¢n a favor, adem¨¢s de grupos conservadores, figuran los jubilados blancos retirados al sol de Arizona, como Emma, una mujer que hace la compra en el supermercado Wal-Mart de la avenida Apache, en las afueras de Phoenix, rodeada de urbanizaciones para la tercera edad: "No puede ser que haya tanta gente en la que se gaste tanto dinero y que no paguen impuestos porque no tienen papeles. Yo no s¨¦ c¨®mo hay que arreglar el problema, aunque hay que arreglarlo, porque esas personas trabajan y hacen falta y a ellos les hace falta, pero, mientras no se arregle, la Proposici¨®n 200 puede servir para que vengan menos".
La Proposici¨®n 200 afecta a los latinos casi al 100%, y entre ellos, mayoritariamente, a los mexicanos. Pero hay hispanos de viejas ra¨ªces que se quieran distanciar de los indocumentados: "A veces, las peores cr¨ªticas llegan de ellos, que en muchas ocasiones ya no hablan espa?ol y que no se identifican con los reci¨¦n llegados", dice Kyle Longley, profesor de historia de la Universidad de Arizona, que considera que las tesis de Samuel Huntington sobre la dificultad de integraci¨®n de los hispanos en Estados Unidos "son una pura basura" y que la Proposici¨®n 200 "es una maniobra pol¨ªtica extremista".
Langley no tiene la menor duda de que la iniciativa "agita los estereotipos raciales y es alentada por el miedo y por la crisis econ¨®mica". En su opini¨®n, ser¨¢ aprobada, aunque inmediatamente se recurrir¨¢ ante los tribunales. En todo caso, no va a acabar con la inmigraci¨®n ilegal, asegura el profesor: "Mientras se siga emple¨¢ndoles, seguir¨¢n llegando. A menos de que no se encarcele a cada due?o de hotel, de restaurante o de empresa de jardiner¨ªa que emplean a sin papeles, el problema seguir¨¢: ellos quieren una vida mejor, y seguir¨¢n viniendo a buscarla mientras se les contrate, aunque sea en peores condiciones que si tuvieran papeles".
Una reforma necesaria
?Qu¨¦ hacer con los miles de inmigrantes que cada d¨ªa atraviesan el R¨ªo Grande? ?Y qu¨¦ hacer con los ocho millones que ya est¨¢n aqu¨ª, y sin los que no se podr¨ªa funcionar como ahora en ciertos sectores econ¨®micos, como la hosteler¨ªa, el campo o diversos servicios? La pregunta fue hecha a los dos candidatos en el mejor sitio posible, en el tercer debate celebrado en Arizona. El sistema de inmigraci¨®n en EE UU necesita una reorganizaci¨®n -los planes previos al 11-S saltaron por los aires y las medidas posteriores son exageradas e in¨²tiles en muchos casos-, y Arizona, con sus 350.000 indocumentados y su Proposici¨®n 200 en las urnas, una buena. Pero las respuestas fueron insuficientes. Bush, que antes del 11-S prometi¨® al presidente mexicano Fox la legalizaci¨®n de millones de sus compatriotas, dijo que la inmigraci¨®n ilegal es un problema de seguridad, econ¨®mico y de derechos humanos. "Si en M¨¦xico ganas 50 centavos a la hora y en EE UU, 5,15 d¨®lares , est¨¢ claro que vas a venir aqu¨ª si quieres poner comida cada d¨ªa en la mesa familiar". Bush sugiri¨® un programa de permisos temporales para que no se contrate a ilegales y se mostr¨® contrario a una amnist¨ªa "porque no se puede recompensar el comportamiento ilegal".
Kerry acus¨® a Bush de romper sus promesas sobre la reforna -las que se llev¨® por delante el 11-S- y propuso m¨¢s seguridad en la frontera, un programa temporal como el del presidente y, si no una amnist¨ªa, s¨ª "empezar a mover a los ilegales hacia la ciudadan¨ªa y fuera de las sombras".
La frontera nunca se podr¨¢ impermeabilizar, y los programas temporales son pol¨¦micos (el recuerdo del programa Braceros, en vigor de los a?os cuarenta a los sesenta, no es bueno, aunque fue apoyado por l¨ªderes latinos, como ahora, que quieren ampliar su base pol¨ªtica, y por los empresarios, porque abarata la mano de obra y debilita a los sindicatos).
Para Kyle Longley, historiador de la Universidad de Arizona, "ning¨²n candidato ha hablado con claridad a la comunidad hispana de sus problemas; Bush, que tiene una idea m¨¢s clara del problema porque es de Tejas, prometi¨® la reforma de las leyes de inmigraci¨®n, pero la parte m¨¢s conservadora de los republicanos la bloque¨®. Y Kerry no est¨¢ centrado en el asunto; al este del Misisip¨ª, casi nadie entiende la cuesti¨®n latina". ?Resultado? "No hay diferencias reales entre los dos por lo que se refiere a la inmigraci¨®n, porque ninguno aborda el problema como hace falta".
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