La revoluci¨®n ut¨®pica de Zapatero
Doy por sentado en el lector la paciencia cr¨ªtica para digerir la reacci¨®n de determinados sectores de la derecha ante la intervenci¨®n en la ONU del presidente del Gobierno, un arma cargada de futuro. Desde su ignorancia de lo que significa un discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas, hay quien busca la ofensa y el escarnio. Venablos e invectivas soeces o sofismas y rid¨ªculos asertos traen a escena el no ofende quien quiere, sino quien puede. Hay para casi todos los gustos. Desde quien gratuitamente insulta ("sarta de sandeces") hasta quien pone en su boca, obviamente sin haber le¨ªdo el discurso, lo que no dijo: "Zapatero dijo que la soluci¨®n del terrorismo depende de la averiguaci¨®n de sus causas", cuando dijo simple, llana y oportunamente esto: "El terrorismo no tiene justificaci¨®n..., pero se deben conocer sus ra¨ªces, se debe pensar racionalmente c¨®mo se produce, c¨®mo crece, para combatirlo racionalmente". ?Acaso es ello irreal? Hay quien as¨ª piensa: "Zapatero ha ido a Nueva York con una visi¨®n irreal del mundo y un criterio insostenible sobre el terrorismo internacional islamista". ?C¨®mo es posible que haya "l¨ªderes de opini¨®n" que se opongan a una afirmaci¨®n de puro sentido com¨²n como ¨¦sta del presidente?: "La correcci¨®n de las grandes injusticias pol¨ªticas y econ¨®micas que asolan el planeta privar¨ªa a los terroristas de sustento popular. Cuanta m¨¢s gente viva en condiciones dignas en el mundo, m¨¢s seguros estaremos todos".
Se ha dado tambi¨¦n una variedad de rechazo que podr¨ªamos denominar apocal¨ªptica. No estamos para escenas de sal¨®n (sui g¨¦neris categorizaci¨®n de la ONU) ni para discursos angelicales "ante el aliento de barbarie que se est¨¢ gestando con fuerza en esos desiertos de los que proviene lo que nos inquieta... Hay que ir a la ra¨ªz de las palabras y evitar adherencias ideol¨®gicas que lo ¨²nico que hacen es lastrar la eficacia operativa de una civilizaci¨®n en peligro". Descolocado por la llamada a la raz¨®n y a la consideraci¨®n del que es diferente ("consigamos que la percepci¨®n del otro est¨¦ te?ida de respeto", afirm¨® el presidente), el mismo conductor de opini¨®n hacia la apocalipsis, cercano ya al "muera la inteligencia" de Mill¨¢n Astray, truena as¨ª: "El Muro de la Verg¨¹enza islamista no caer¨¢ con el di¨¢logo, ni con la pedagog¨ªa del entendimiento. Tan s¨®lo la decisi¨®n de combatirlo con nuestra fortaleza de hombres libres podr¨¢ dar el fruto de su derrota. Por delante est¨¢ esa empresa y tiene un nombre: Occidente".
La variante esperp¨¦ntica la proporciona quien titul¨® as¨ª: "Zapatero, acusado de copiar el discurso de Jatam¨ª sobre civilizaciones". Se ha dado tambi¨¦n lo que podr¨ªamos denominar paternalismo despectivo o desprecio paternalista: "?Acaso sabe este se?or lo que es una civilizaci¨®n?", en ese acendrado estilo de la escuela Rajoy puesto recientemente en pr¨¢ctica en el Congreso de los Diputados cuando el presidente del PP se dirigi¨® a la vicepresidenta del Gobierno como "esa se?ora que tiene usted sentada a su derecha". Por cierto, el comentario oficial de ese partido ha consistido en declarar que el discurso de Rodr¨ªguez Zapatero deval¨²a la influencia de Espa?a en el exterior. Igual que la retirada de nuestros soldados de Irak. Claro que todo depende de con qui¨¦n se alinee uno en el exterior.
Del exterior proviene alguna de las reacciones m¨¢s viscerales. Cuando en su intervenci¨®n en la Asamblea General el presidente Zapatero suscit¨® el tema del terrorismo, se refiri¨® a causas y circunstancias diversas. Por ejemplo, a que "no habr¨¢ seguridad ni estabilidad en el mundo mientras sangre el conflicto de Oriente Pr¨®ximo, que es el tumor primario de m¨²ltiples focos de inestabilidad", un diagn¨®stico m¨¢s que comprobado en las ¨²ltimas semanas. El presidente a?adi¨® que "Israel podr¨¢ contar con la comunidad internacional en la medida en que respete la legalidad internacional; y el trazado del muro de separaci¨®n no lo hace". A la descalificaci¨®n autom¨¢tica que ha venido llevando a cabo cierta derecha espa?ola se ha sumado la israel¨ª a trav¨¦s del Jerusalem Post: "Zapatero debe su victoria electoral a las bombas de Bin Laden mucho m¨¢s que a los votos de los espa?oles. Se trata del mismo Zapatero que anunci¨®, dos d¨ªas despu¨¦s de esa victoria, la retirada de las tropas espa?olas de Irak... Europa, con la propuesta Zapatero, ha avanzado por un terreno muy resbaladizo para abrazarse entra?ablemente con el islam, con el prop¨®sito de evitar un choque de civilizaciones". ?Por qu¨¦ ha de ser censurable tal prop¨®sito?
El Gobierno de Israel -que ha llevado a cabo otra matanza en Gaza, sin que ello est¨¦ relacionado con sus leg¨ªtimos intereses de seguridad, que persigue aniquilar el proceso de paz, a la Autoridad Palestina e impedir el nacimiento de un Estado palestino- ha optado por apuntarse tambi¨¦n a la operaci¨®n contraria a todo di¨¢logo, a trav¨¦s del ministro Meir Sheetrit, quien ha declarado: "No entiendo la actitud del presidente del Gobierno de Espa?a cuando dice que hay que entender a esta gente... Cuando uno se encuentra en el bosque con una bestia, no se le habla, se la mata y basta". Ni al ministro ni al embajador de Israel en Espa?a les dejan los ¨¢rboles ver el bosque de odio que crece irremediablemente a causa de la pol¨ªtica israel¨ª. Seg¨²n informa EL PA?S (9-10-04), en el VI Encuentro Formentor, el ministro Moratinos hubo de recordar al diplom¨¢tico hebreo que un embajador no puede criticar al Gobierno ante el que est¨¢ acreditado. Al parecer, navegando en las aguas revueltas por Sheetrit, el embajador critic¨® al Gobierno espa?ol por haber votado recientemente contra Israel en Naciones Unidas.
Que una propuesta de di¨¢logo, entendimiento y conocimiento como la de Rodr¨ªguez Zapatero provoque las reacciones que he descrito resalta la fuerza moral de la misma y el peligro que en ella detectan quienes as¨ª la denigran. No cabe otra explicaci¨®n para las bajezas y miserias de dentro y de fuera. De fuera, como ¨¦sta, que de manera intolerable liga a los terroristas con el Gobierno espa?ol: "No estamos del todo seguros de qui¨¦n dio las ¨®rdenes que sigui¨® Rodr¨ªguez Zapatero cuando retir¨® las tropas de Irak d¨ªas despu¨¦s de los atentados del 11 de marzo" (Wall Street Journal Europe, 8-10-04).
La ira, visceralidad, sa?a, falsedad y tergiversaci¨®n de alguna de las reacciones que he transcrito s¨®lo se explican porque quienes las expresan temen que la "utop¨ªa" avanzada por Zapatero en Naciones Unidas de alg¨²n modo agite y movilice. Que su llamamiento contra el hambre, cale. Que su denuncia de lo que est¨¢ ocurriendo en Oriente Pr¨®ximo despierte a la opini¨®n p¨²blica,dormida ante la barbarie absurdamente denominada "D¨ªas de Penitencia", y que ha causado en 12 d¨ªas la muerte de 40 ni?os palestinos y herido a m¨¢s de 120. Como ha dicho el presidente del Parlamento Europeo, Jos¨¦ Borrell, no podemos pretender erradicar todas las causas del terrorismo con el simple e indiscriminado uso de la fuerza, "vengando en otros ni?os el da?o hecho a los nuestros y creando una insoportable escalada de violencia".
De ah¨ª que Zapatero -a diferencia de Aznar y Bush- no hable de "guerra al terrorismo" porque estima que a la guerra, la de verdad, se recurre cuando se han agotado todos los dem¨¢s medios no b¨¦licos, cuando se han utilizado y, por una u otra raz¨®n, han fallado. ?Es eso tambi¨¦n ut¨®pico? La concepci¨®n ideol¨®gica que nos empacha con el clich¨¦ "guerra al terrorismo" no quiere, a prop¨®sito, distinguir entre Al Qaeda, ETA o Ham¨¢s. La "utop¨ªa" de Zapatero, s¨ª. Porque parte de la base de que -si bien el terrorismo de ETA o el del IRA no cesar¨¢n aunque se solucione el conflicto israelo-palestino o se hagan genuinos esfuerzos por luchar contra la miseria- tales medidas s¨ª pueden hacer mucho m¨¢s dif¨ªcil la exitosa tarea de reclutamiento que el terrorismo isl¨¢mico, dirigido por personas cultas y formadas, lleva a cabo entre los condenados de la tierra.
?Quiere ello decir que la "utop¨ªa" que algunos achacan al presidente implica bajar la guardia? En absoluto. Se trata de hacer frente con firmeza a la actual generaci¨®n de terroristas (a cuyo crecimiento incontenible de alguna manera hemos contribuido), pero aplicando simult¨¢neamente la racionalidad para evitar un ¨¦xito similar de la futura generaci¨®n, que hoy se est¨¢ gestando. Hay que lograr un mundo seguro, pero ello ser¨¢ imposible si al mismo tiempo no se persigue que sea humano, solidario y justo.
?Nos encontramos ante una revoluci¨®n ut¨®pica propugnada por el presidente del Gobierno? ?Se puede calificar de ut¨®pica a la Uni¨®n Europea cuyo Consejo ha aprobado un importante informe significativamente titulado Asociaci¨®n estrat¨¦gica de la UE con el Mediterr¨¢neo y el Oriente Medio?
?Qu¨¦ persigue con ¨¦l la Uni¨®n? Seg¨²n su propio texto, construir una zona com¨²n de paz, prosperidad y progreso, adoptando un concepto de seguridad amplio que atienda a las preocupaciones internas de los pa¨ªses de la regi¨®n, por ejemplo, el subdesarrollo y el desempleo. Hay que tener en cuenta que m¨¢s de la mitad de las personas que viven en ella tienen menos de 18 a?os y para que haya estabilidad esos j¨®venes necesitan un trabajo. Nada de eso podr¨¢ alcanzarse sin reformas pol¨ªticas, sociales y econ¨®micas, pero las mismas han de generarse desde dentro, no ser impuestas desde fuera. Finalmente, el documento de la Uni¨®n Europea se?ala que no ser¨¢ posible construir una zona com¨²n de paz, prosperidad y progreso si no se logra una soluci¨®n justa y duradera del conflicto israelo-palestino. Todo ello forma parte de la "utop¨ªa" que persigue el presidente del Gobierno.
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y eurodiputado socialista.
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