Una mirada casi antropol¨®gica
Sorprendente descubrimiento en el pasado festival de Berl¨ªn, donde su protagonista, la joven Catalina Sandino Moreno, se alz¨® con el premio de interpretaci¨®n, y brillante ganadora de varias categor¨ªas en el festival de Deauville, Mar¨ªa llena eres de gracia es el ejemplo perfecto de c¨®mo hacer una pel¨ªcula compleja con elementos muy simples, con una narraci¨®n estrictamente funcional y sin actores (demasiado) conocidos. Es m¨¢s sorprendente a¨²n el hecho de que se trata de una opera prima del estadounidense Joshua Martson, hablada prioritariamente en castellano y centrada en un tema muy vigente en la Colombia en la que arranca la acci¨®n... y en casi cualquier parte del mundo actual.
MAR?A LLENA ERES DE GRACIA
Direci¨®n: Joshua Marston. Int¨¦rpretes: Catalina Sandino Moreno, Virginia Ariza, Yenny Paola Vega, Rodrigo S¨¢nchez, Patricia Rae. G¨¦nero: drama. Colombia- EE UU, 2003. Duraci¨®n: 110 minutos.
Lo que cuenta el filme, con una minuciosidad nada pretenciosa, es el proceso de aprendizaje de una chica proletaria, la Mar¨ªa del t¨ªtulo, para convertirse en mula, es decir, en transportadora de coca¨ªna dentro de su propio cuerpo, en este caso desde Colombia a Nueva York. La c¨¢mara de Marston, y es ¨¦sta la principal raz¨®n por la que la pel¨ªcula despierta de inmediato el inter¨¦s, no categoriza ni sienta c¨¢tedra, no parece denunciar siquiera la situaci¨®n social o afectiva en la que se ve envuelta su protagonista. Pero justamente esa mirada contenida y pudorosa, casi antropol¨®gica, sobre la peripecia de Mar¨ªa es la que hace del filme una herramienta extraordinariamente ¨²til para comprender la penosa realidad en la que se ven envueltas tantas y tantas mujeres que en su desesperaci¨®n se lanzan al siempre azaroso mundo de la droga.
Marston narra c¨®mo una muchacha decidida opta por cambiar radicalmente de vida ante la falta de oportunidades a que la somete el d¨ªa a d¨ªa en su pueblo del interior colombiano. Ni su vida afectiva, novia eterna de un chico m¨¢s hecho a la rutina que a las efusiones del cari?o; ni un trabajo alienante y embrutecedor parecen garant¨ªa de un futuro promisorio. Y por eso, m¨¢s el azar, Mar¨ªa termina convertida en correo de uno de los tantos carteles que se dedican al narcotr¨¢fico a gran escala.
La pel¨ªcula escapa de cualquier tentaci¨®n moralizadora para centrarse, en un tercio final ag¨®nico e inquietante, en todos y cada uno de los pasos que deber¨¢ dar la protagonista cuando se enfrente a una realidad que desconoce, en un pa¨ªs cuya lengua ignora y cuyos h¨¢bitos de vida la sorprenden, m¨¢s que seducen. Y a la postre, la pel¨ªcula termina constituyendo un camino de autosalva-ci¨®n, una curiosa liberaci¨®n personal exenta de truculencias (la c¨¢mara de Marston es siempre cuidadosa a la hora de mostrar las consecuencias tr¨¢gicas del tr¨¢fico), un camino de redenci¨®n para alguien que tiene las agallas, aunque se coloque del otro lado de la ley, de coger limpiamente su destino en sus manos y pelear para salir adelante.
Que la pel¨ªcula interese tanto cuando en realidad cuenta una an¨¦cdota m¨ªnima y, en ocasiones, incluso predecible tiene que ver tanto con la habilidad de Marston para transmitir las sensaciones que irradia su protagonista como con la actriz que la encarna, la debutante Catalina Sandino Moreno, para hacerla cre¨ªble. Un peque?o milagro de empat¨ªa que no se da desgraciadamente casi nunca es el que convierte su trabajo en una performance llena de fuerza, de candidez, de sana inocencia: un verdadero hallazgo.

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