Finalmente en vigor
La decisi¨®n rusa de ratificar Kioto completa la masa cr¨ªtica que se previ¨® como condici¨®n para su entrada en vigor y llega a tiempo para cumplir el periodo de compromiso establecido de 2008 a 2012. La preparaci¨®n interna en la Federaci¨®n Rusa ser¨¢ m¨¢s sencilla que la requerida en la UE. Quienes tuvieron la paciencia de leerme o escucharme en estos a?os de espera recordar¨¢n que siempre expres¨¦ mi confianza en que Rusia ser¨ªa parte del Protocolo porque conviene a sus intereses. No todos coincid¨ªan y muchos amigos me miraron con benevolencia.
La Conferencia que realizaremos en diciembre en Buenos Aires no se ver¨¢ formalmente afectada por esta decisi¨®n, ya que deben transcurrir 90 d¨ªas desde la ratificaci¨®n rusa para que Kioto entre en vigor, pero sin duda esta decisi¨®n, sumada al pr¨®ximo inicio de las operaciones en el sistema europeo de transacciones de carbono, ser¨¢n la brisa mejor recibida para impulsar la nave de un proceso que celebra sus diez a?os de vida.
"Ser¨¢ preciso crear mecanismos para que EE UU y Australia se incorporen al esfuerzo"
El Protocolo no es la soluci¨®n completa para el cambio clim¨¢tico. S¨®lo constituye un t¨ªmido paso inicial para cambiar la tendencia al crecimiento de las emisiones de los pa¨ªses desarrollados que alarm¨® a la comunidad internacional. En realidad el conjunto de las emisiones brutas de esos pa¨ªses en 1990-2002 se ha reducido m¨¢s del 8%. Esto ocurre principalmente por una fuerte ca¨ªda en los pa¨ªses que tuvieron econom¨ªas centralmente planificadas, pero no s¨®lo por eso. Muchos que siempre tuvieron econom¨ªas de mercado aumentaron sus emisiones (Espa?a va en cabeza con 40% de incremento) pero otros las redujeron como Alemania, Reino Unido y Francia.
La proyecci¨®n de un gran crecimiento de emisiones que ten¨ªa EE UU en 1995 no se cumpli¨® y entre 1990 y 2002 creci¨® un 13%, lo que significa en realidad una reducci¨®n respecto a 2000, cuando hab¨ªa acumulado 14% de aumento. Hay algunos matices que conviene observar entre el discurso oficial de Washington, la realidad de su vida econ¨®mica que redujo un 20% las emisiones de metano, las medidas de muchas empresas que han optado por reducir sus emisiones y las pol¨ªticas de algunos Estados decididos tambi¨¦n a reducir emisiones.
Con el Protocolo en vigor pero sin EE UU y Australia, ser¨¢ preciso crear mecanismos para que estos pa¨ªses se incorporen al esfuerzo global de manera clara, aunque sea con otros par¨¢metros. De lo contrario en el periodo de compromiso podr¨ªan surgir cuestiones comerciales conflictivas que nadie desea. Nuevamente se requerir¨¢ imaginaci¨®n e ingenio aplicado por los gobiernos. Los sectores acad¨¦micos y las ONG han sugerido diversas alternativas, algunas m¨¢s realistas que otras, y es hora que expertos gubernamentales inicien un an¨¢lisis econ¨®mico y pol¨ªtico de las ideas que circulan. Este proceso puede iniciarse a partir de la X Conferencia de las Partes del Tratado en diciembre en Buenos Aires.
En realidad el Protocolo adopt¨® el esquema de cap and trade postulado por EE UU e inicialmente resistido por muchos, pero es probable que para complementarlo ahora se deban considerar nuevamente criterios vinculados con metas de eficiencia que tengan como referencia vol¨²menes de productos y servicios. Esto har¨¢ crecientemente necesaria la participaci¨®n del sector privado, con v¨ªnculos institucionales establecidos para la consulta en un proceso que implica dinamismo e intercambio de informaci¨®n.
Paralelamente se ir¨¢ adquiriendo experiencia en la negociaci¨®n de t¨ªtulos de reducci¨®n y secuestro de emisiones de carbono a trav¨¦s del cumplimiento conjunto entre pa¨ªses desarrollados y el mecanismo de desarrollo limpio (MDL) con participaci¨®n de pa¨ªses en desarrollo. Para este ¨²ltimo, que hoy tiene costos de transacci¨®n muy altos, habr¨¢ que impartir orientaciones de manera que los prop¨®sitos ambientales y de desarrollo sustentable sustituyan aproximaciones mercantilistas que parecen predominar en los primeros proyectos presentados a la Junta Ejecutiva del MDL. El comercio liso y llano de emisiones asignadas requerir¨¢ una permanente observaci¨®n desde el punto de vista de la equidad, ya que no se pueden excusar livianamente las toneladas en el papel ni justificar para siempre que quien emiti¨® demasiado en el pasado conserve un derecho a emitir mucho en el futuro.
Llegar a la entrada en vigor del Protocolo ha sido una tarea ardua, pero avanzar en su implementaci¨®n adecuada y complementarla con la participaci¨®n de los que prefirieron quedarse afuera no ser¨¢ m¨¢s sencillo. Adem¨¢s no debe olvidarse que los pa¨ªses en desarrollo se han negado a participar en un sistema que parece imponer l¨ªmites a su crecimiento y al mismo tiempo consolida ventajas que otros hab¨ªan acumulado. Es necesario encontrar una v¨ªa adecuada de participaci¨®n en el esfuerzo de mitigaci¨®n para aquellos pa¨ªses en desarrollo que por su magnitud gravitan en el ¨¢mbito global de la pol¨ªtica y la econom¨ªa mundial.
Raul A. Estrada Oyuela fue el presidente del Comit¨¦ Negociador del Protocolo de Kioto, embajador de la Rep¨²blica Argentina, y actualmente es representante especial para Negociaciones Ambientales Internacionales.
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