"Se ve¨ªa su pasta de 'crack"

Ra¨²l salt¨® a su primer campo de la Primera Divisi¨®n, La Romareda, al filo de una etapa que en el Madrid bordea lo mitol¨®gico. De los jugadores que le acompa?aron aquel 29 de octubre de 1994 ninguno sigue en activo en el club blanco. All¨ª estaba Butrague?o, s¨ªmbolo de una generaci¨®n. All¨ª estaba Laudrup, un 10 de ¨¦poca. All¨ª estaban Hierro, que se fue sin dejar herencia, y Redondo, h¨¦roe indispensable de dos Copas de Europa... La mayor¨ªa dejaron su marca en la historia madridista, pero casi ninguno recuerda el resultado de aquel partido contra el Zaragoza. Probablemente, si hubiera desaparecido dos jornadas despu¨¦s, tampoco recordar¨ªan lo que Ra¨²l hizo aquella tarde. Pero en sus desmarques astutos, su manera simple de preparar el toque final y sus asociaciones con todos estuvo el germen de una carrera ejemplar.

"Ra¨²l era un chico que se quer¨ªa comer el mundo. Corr¨ªa m¨¢s de lo normal. Iba un poco acelerado y en los partidos no paraba de trabajar. Le dec¨ªamos: 'Nene, tranquilo'. Durante toda la semana, antes de viajar a Zaragoza, la prensa hab¨ªa especulado con su debut y ¨¦l se hab¨ªa entrenado con nosotros. Dicen que en el autob¨²s fue dormido, pero yo no lo recuerdo. En cualquier caso, a m¨ª me ha pasado. No es la primera vez que alguien se queda un poco traspuesto y ¨¦l ten¨ªa una gran seguridad en s¨ª mismo, un gran desparpajo. As¨ª jug¨®. Fall¨® cuatro o cinco goles cantados, pero hizo un gran partido, ayud¨® mucho al equipo... Valdano me pregunt¨®: '?Qu¨¦ tal lo has visto?'. 'Fenomenal', le respond¨ª. Cuando subi¨® al primer equipo, en los entrenamientos ya hac¨ªa todas esas cosas que le hicieron famoso: los goles de vaselina y todo eso. Supongo que alguno me habr¨¢ marcado en esos d¨ªas".

"Recuerdo perfectamente el d¨ªa que Ra¨²l se incorpor¨® a la primera plantilla, su primer entrenamiento. ?C¨®mo me voy a olvidar del atrevimiento de alguien tan joven? Ten¨ªa una cara de ni?o que se le ca¨ªa a los pies y un desparpajo tan grande... Era atrevid¨ªsimo. No paraba de trazar diagonales, de ofrecerse, de presentarse solo ante el portero. Y, aunque muchas las tirase fuera, lo volv¨ªa a intentar. Su presencia no nos pareci¨® nada descabellada porque hab¨ªa una rendija y por ah¨ª entr¨®: era la cuesta abajo del Buitre, estaba la lesi¨®n de Dubovski... No lo ve¨ªamos contra natura. Habl¨¢bamos mucho con ¨¦l y le hac¨ªamos sugerencias. Por ejemplo, despu¨¦s del partido en Zaragoza, le dijimos que, si no hab¨ªa marcado, no pasaba nada. ?l actu¨® ese d¨ªa con la misma frialdad que ahora. Otros chavales se habr¨ªan comido la cabeza si hubieran fallado tres oportunidades como las que fall¨®. ?l no lo hizo. Est¨¢bamos tan seguros de que se iba a tomar la revancha que lo hizo una semana despu¨¦s marc¨¢ndole al Atl¨¦tico con un remate seg¨²n le ven¨ªa".

"Recuerdo la tranquilidad que ten¨ªa con s¨®lo 17 a?os. Estaba tan tranquilo que en el traslado a Zaragoza fue durmiendo en el autob¨²s. ?Ya sab¨ªa que iba a jugar y se qued¨® dormido! Como si no fuera con ¨¦l. Con todo lo que se le ven¨ªa encima, estaba m¨¢s tranquilo que nosotros y eso daba mucha serenidad a todo el equipo. Ra¨²l afront¨® el reto de su primer partido con una valent¨ªa extraordinaria. Yo no le apadrin¨¦, en contra de lo que se dice, pero hicimos una amistad que mantuvimos hasta mi ¨²ltimo d¨ªa en el Madrid y que mantenemos hoy. Compartimos tanto tiempo en el club y la selecci¨®n, hablamos tanto de f¨²tbol, que s¨®lo con mirarlo ya sab¨ªa perfectamente sus movimientos y qu¨¦ quer¨ªa hacer para mandarle un pase largo. ?l lo mismo: sab¨ªa lo que yo necesitaba que hiciera para darle bien la pelota".

"Tengo una memoria de pez y mis recuerdos est¨¢n condicionados por las sesiones de v¨ªdeo que utilizaba Valdano en el curso de gesti¨®n deportiva que organiza la Universidad Juan Carlos I. All¨ª pasaban el v¨ªdeo del primer partido de Ra¨²l. Ese d¨ªa no estuvo todo lo afortunado que ahora est¨¢, pero lo que s¨ª estuvo fue muy activo y dej¨® la suerte para siete d¨ªas m¨¢s tarde. Durante los entrenamientos no estaba integrado ni ten¨ªa la suficiente confianza como para darle consejos. Lo que estaba claro era que, en cuanto a f¨²tbol, es una de las personas m¨¢s maduritas que he visto a su edad. Un chaval de 17 a?os, que encima no era un culturista, de constituci¨®n m¨¢s bien fibrosa, y con bastante de su juego desarrollado... Valdano se arriesg¨® no un poco, sino mucho, apostando por ¨¦l. Significaba dejar a alguien importante en el banquillo y tambi¨¦n un cambio generacional. Entonces, la frialdad de Ra¨²l pod¨ªa parecer una pose, pero es que sigue siendo introvertido. Interioriza muy bien los nervios y eso es algo que beneficia mucho a sus compa?eros. Da mucha tranquilidad ver a alguien tan tranquilo".

"En el fondo, estaba m¨¢s nervioso de lo que aparentaba y de lo que pensamos sus compa?eros aquel d¨ªa. El caso es que nunca gesticulaba. Era muy poco expresivo y no daba la sensaci¨®n de que estuviese sintiendo nada especial. Por ejemplo, nunca le recuerdo cohibido en el vestuario o en el autob¨²s. Era un chaval con mucho aire de barrio, muy seguro, y se adapt¨® muy r¨¢pido. Trat¨¢bamos de darle confianza, pero no le hac¨ªa falta, ya la ten¨ªa. Aquel d¨ªa, en Zaragoza, ya era como uno m¨¢s. ?l lo percib¨ªa todo como muy l¨®gico, muy natural. Cuando Valdano dijo por la ma?ana que Ra¨²l iba a ser titular, todos clavamos la mirada en ¨¦l. Ten¨ªa una cara como de estar pensando: "Pues... claro, s¨ª, me toca ya jugar".

"En el f¨²tbol argentino es m¨¢s habitual ver que jugadores j¨®venes no s¨®lo debutan, sino que demuestran su val¨ªa. En Ra¨²l se ve¨ªa la pasta de crack desde que se entren¨® con nosotros. No ten¨ªa que ver ni con su habilidad ni con su f¨ªsico, pero en ¨¦l se ve¨ªa algo distinto. A pesar de los goles que err¨® contra el Zaragoza, tuve la impresi¨®n de que har¨ªa algo distinto. Se le ve¨ªa mucha personalidad y le daba al juego algo que todav¨ªa lleva dentro. Ese Madrid ten¨ªa mucha posesi¨®n del bal¨®n y jugaba sin prisa por llegar al arco contrario. De pronto, cambiaba de ritmo, generalmente con una acci¨®n de Laudrup entre l¨ªneas. Ra¨²l era un chico callado. Normal en un joven que empieza. No hablamos demasiado antes del partido. Yo todav¨ªa no compart¨ªa habitaci¨®n con ¨¦l. En esa ¨¦poca dorm¨ªa con Zamorano. Luego, entren¨¢ndonos y jugando, te das cuenta de que tienes una afinidad natural, una misma manera de entender el f¨²tbol. Ra¨²l quer¨ªa ganar, pero no de cualquier manera. Adem¨¢s de marcar goles, participaba con gusto del juego. Disfrut¨¦ mucho jugando con ¨¦l y nos entendimos con una mirada. Cuando la cosa se pon¨ªa dif¨ªcil, Ra¨²l era el jugador ideal al que dar la pelota".

"Creo que hicimos la pretemporada con el primer equipo, junto con Koke Contreras y Dani. Despu¨¦s yo me qued¨¦ y ¨¦l baj¨® al filial. Cuatro entrenamientos antes de viajar a Zaragoza volvi¨® al primer equipo. Fue despu¨¦s de un amistoso que jugamos en Karlsruhe. Viajamos a Zaragoza en autob¨²s y fue un poco extra?o porque el Madrid no sol¨ªa viajar as¨ª. Compartimos la habitaci¨®n. Yo soy un poco dormil¨®n. Ya de ma?ana, me despert¨® un rayo de luz. Me molest¨® porque soy de los que quieren oscuridad total. Abr¨ª los ojos y vi movimiento. Mir¨¦ el reloj. Eran las nueve. Y ah¨ª estaba Ra¨²l. '?Rulo! ?Qu¨¦ haces despierto?', le dije. 'No puedo dormir, no puedo dormir', me dijo. Valdano

hab¨ªa decidido el equipo despu¨¦s del ¨²ltimo entrenamiento y ¨¦l ya sab¨ªa que jugar¨ªa. Los nervios que sent¨ªa no eran por el partido, sino por el rollo de antes y despu¨¦s. ?l nunca fue un t¨ªo muy hablador y de f¨²tbol tampoco hablamos mucho. Tomamos el desayuno en la habitaci¨®n. Era casi imposible salir del hotel porque los aficionados lo rodeaban por todas partes y recuerdo que nos escapamos por la puerta trasera para comprar los peri¨®dicos. Pero nos pillaron y tuvimos que correr. Pensamos que, como no ¨¦ramos los famosos, nadie nos iba a reconocer, pero nos equivocamos. Cre¨ªmos que la gente iba por el famoseo: por Redondo, Laudrup, Zamorano...".

"Hace ya diez a?os de eso y mi memoria no es muy buena. La verdad es que no me acuerdo del d¨ªa concreto, pero s¨ª de cuando empez¨® a entrenarse con nosotros. Nos dej¨® a todos sorprendidos porque no era normal que un chaval de 17 a?os entrase directamente en el primer equipo sin pasar por el B. Le intent¨¢bamos ayudar como a cualquier otro chaval de la cantera, aunque tambi¨¦n le gast¨¢bamos las t¨ªpicas bromas que se gastan a los j¨®venes, como llamarle 'ni?o' y cosas as¨ª. Sin embargo, ese apodo no termin¨® de qued¨¢rsele porque todav¨ªa estaba Butrague?o y segu¨ªan llam¨¢ndole 'el nene'. Me acuerdo, eso s¨ª, de que nunca pudo haber dudas con ¨¦l porque enseguida hizo un mont¨®n de ocasiones y en el segundo partido ya marc¨® goles".

"Cuando Ra¨²l empez¨® a entrenarse con nosotros, no nos sorprendi¨® su nivel futbol¨ªstico, sino la personalidad, la madurez que ten¨ªa. Conversamos mucho antes y durante el partido de La Romareda. ?l sab¨ªa escuchar y la compenetraci¨®n entre los dos fue perfecta a pesar de que perdimos (3-2). En un saque lateral r¨¢pido de Amavisca, me tir¨® un centro al segundo palo y yo logr¨¦ el empate. Los jugadores del Zaragoza se hab¨ªan quedado discutiendo con el ¨¢rbitro y, mientras tanto, Amavisca sac¨® y Ra¨²l recibi¨® de espaldas, se gir¨® y meti¨® el centro. Creo que Losada me estaba incomodando la posici¨®n, pero pude meter el frentazo porque la pelota sobrepas¨® a Aguado. As¨ª jug¨® y as¨ª juega. Como un jugador de ¨¢rea que se asocia mucho con el medio campo. Para m¨ª, fue un orgullo poder apoyarlo en sus comienzos y se me hace muy dif¨ªcil olvidar esos momentos porque marcaron mi vida futbol¨ªstica. Despu¨¦s del partido, ¨¦l se qued¨® con la sensaci¨®n de que, sin lugar a dudas, no escatim¨® el esfuerzo en ayudar a sus compa?eros".

"Vi el partido desde el banquillo. La llegada de un chico joven siempre es una ocasi¨®n para apoyar. En un equipo unas veces te toca ayudar en el campo y otras fuera creando un ambiente saludable para que otros lo hagan bien. El partido fue de gran f¨²tbol, aunque ellos ganaron con un gol de Poyet al final. Ra¨²l tuvo tres ocasiones clar¨ªsimas y demostr¨® una gran capacidad para encontrar espacios, un don especial en el ¨¢rea para estar siempre en el lugar adecuado para recibir y rematar. Todo lo hizo con mucho desparpajo y le dio un gol a Zamorano. Valdano le dio mucha confianza. No se pod¨ªa decir en ese momento que fuese un jugador hecho. S¨®lo de Maradona se podr¨ªa haber dicho que con 17 a?os iba a ser figura. Lo m¨¢s destacable es lo que sucedi¨® en los a?os siguientes. Desplazar a los dem¨¢s y mantenerse en el mismo nivel de responsabilidad durante tantos a?os ha sido algo notable. En ese aspecto, Ra¨²l ha demostrado que es un maestro. Su gran virtud no fue t¨¦cnica. Fue su af¨¢n de superaci¨®n, su ambici¨®n, el sentido de la profesi¨®n... Sin eso, no estar¨ªa donde est¨¢. Por eso siempre le pongo de ejemplo de los valores del Madrid: nunca se rinde, quiere ganar siempre... Quedarme en el banquillo y ver que Ra¨²l jugaba no fue triste porque yo no era titular de entrada. Cuando empez¨® la temporada, Valdano decidi¨® que jugar¨ªan Zamorano y Alfonso. Luego, Alfonso se lesion¨® y entr¨® Amavisca. Por eso, para m¨ª, el d¨ªa de La Romareda no fue especialmente negativo. Intent¨¦ dar a Ra¨²l un poco de calor".

"Me pas¨¦ el d¨ªa antes del partido aguantando las bromas de mis compa?eros zaragocistas. ?Qu¨¦? ?Otro al que har¨¢s internacional?, me preguntaban con sorna desde que en su charla, Victor Fern¨¢ndez, el entrenador, nos explic¨® que Valdano se cargaba a Butrague?o y hac¨ªa debutar a un chaval de 17 a?os. Yo fui el primer portero al que se hab¨ªa enfrentado Butrague?o en la Primera Divisi¨®n y diez a?os despu¨¦s viv¨ª el debut de Ra¨²l. Me impresion¨® su capacidad para el desmarque. Si no logr¨® marcar en alguna de las oportunidades que tuvo no fue m¨¦rito mio. Sencillamente, tiro al mu?eco las cuatro veces que se qued¨® solo delante de mi".

"Nos pusimos lideres, pero en el vestuario la comidilla despu¨¦s del partido fue Ra¨²l. De lo que m¨¢s me acuerdo es de su cara de ni?o, pero de ni?o-ni?o. Sin embargo, se comportaba como si se tratara de un aut¨¦ntico veterano. Nosotros intentamos asustarle, pero la verdad es que no se dejaba amedrentar. No hubo manera. Como si no fuera con ¨¦l. No se cort¨® nada".

"Antes que de Ra¨²l me acuerdo de que hicimos un partidazo, que ganamos con gol de Poyet en el ¨²ltimo minuto y que nos puso l¨ªderes. De Ra¨²l lo que m¨¢s me sorprendi¨® fue que no par¨® de hablar en todo el partido. Con nosotros no habl¨® nada, pero a sus compa?eros les gritaba como si llevara diez a?os jugando con ellos. Para nada se notaban los a?os de diferencia".

"Me acuerdo de que nos dej¨® bastante sorprendidos a todos y de que, cuando llegamos de vuelta al vestuario, coincidimos: '?Vaya con el ni?ato ¨¦ste!'. De hecho, se lo confes¨¦ al propio Raul una semana despu¨¦s, en un plat¨® de Televisi¨®n Espa?ola durante una emisi¨®n del programa Estudio Estadio. Ya no tuve ninguna duda de que ser¨ªa un grande. Pero no pod¨ªa imaginar hasta qu¨¦ punto llegar¨ªa".

"No sab¨ªamos nada de ¨¦l, pero supon¨ªamos que, si Valdano hab¨ªa decididi darle la oportunidad de debutar, ser¨ªa por algo, que algo tendr¨ªa".

"Recuerdo aquel partido como si fuera ahora mismo. El chaval no daba la impresi¨®n de estar nervioso, pero fall¨® m¨¢s que una escopeta de feria. Se plant¨® dos o tres veces solo ante Cedr¨²n y las err¨® todas. Eso s¨ª, se le ve¨ªa bastante asentado, como si llevara jugando toda la vida, aunque le faltara todav¨ªa algo de compenetraci¨®n con sus compa?eros. Se le ve¨ªan cosillas de gran jugador. En esos detalles me recuerda ahora al chico del Barcelona, Iniesta. Son un calco uno del otro. Esa forma de desmarcarse, de buscar al contrario, de moverse... Le ve¨ªas y pensabas: 'Y ¨¦ste, ?qu¨¦?' Te sorprend¨ªa. Despu¨¦s del partido habl¨¦ un ratillo con Valdano y nos dijo que iba para gran estrella, aunque ese d¨ªa no hubiera estado acertado. Durante el encuentro no me protest¨® nada, ninguna decisi¨®n. Si ahora es callado, entonces, acabado de llegar a un mundo nuevo para ¨¦l, lo era m¨¢s todav¨ªa".

Este reportaje ha sido elaborado por Diego Torres, Daniel Borasteros y Jos¨¦ Marcos.