Fieles republicanos decepcionados
Algunos votantes de Bush lo apoyar¨¢n con reservas, pero no pocos cambiar¨¢n de candidato
John Furman tiene 82 a?os, y su esposa, Pat, 81. Se casaron justo despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, en la que John luch¨® como marine. Toda su vida han sido republicanos; no s¨®lo votantes, sino activistas. Hasta ahora. "No puedo votar por los dem¨®cratas", dice John, "pero, en estas elecciones, no quiero ser republicano". "Yo voy a votar por Kerry", dice Pat. "No porque me guste especialmente, sino porque es un voto en contra de Bush".
En Washington, los analistas veteranos dicen que el resultado de las elecciones presidenciales de la pr¨®xima semana es excepcionalmente dif¨ªcil de predecir, pero un sondeo de opini¨®n en la peque?a ciudad de Okoboji, en el coraz¨®n geogr¨¢fico de EE UU, indica que hay votantes republicanos que est¨¢n dudando, que tal vez los votantes indecisos acaben inclin¨¢ndose hacia el Partido Dem¨®crata.
"Irak es como usar un tractor oruga gigante para plantar geranios", dice un jubilado
"Bush no ha vencido al terrorismo. Ha avivado el fuego", subraya un vendedor de coches
Okoboji (5.000 habitantes), un pueblo en el que las elecciones locales siempre reparten los votos por igual entre republicanos y dem¨®cratas, se encuentra en Iowa, uno de los seis o siete Estados en los que la carrera se considera m¨¢s igualada y en el que Al Gore derrot¨® la ¨²ltima vez a Bush por el escas¨ªsimo margen de 3.000 votos. Para darse cuenta de hasta qu¨¦ punto George W. Bush y John Kerry se han tomado en serio Iowa, basta con fijarse en que ambos han visitado el Estado 10 veces en las ¨²ltimas seis semanas, con millones de d¨®lares gastados en anuncios televisivos en los que se atacan ferozmente entre s¨ª.
Las entrevistas realizadas durante un fin de semana a una docena de personas de Okoboji, representativas de la mayor¨ªa de las opiniones pol¨ªticas en EE UU, revelan que todos est¨¢n de acuerdo en que estas elecciones son las m¨¢s importantes que recuerdan; que el pa¨ªs sufre la divisi¨®n m¨¢s enconada desde la guerra de Vietnam; y que, con un par de excepciones, ni Kerry ni Bush inspiran demasiado entusiasmo.
Los Furman son un matrimonio acomodado de jubilados con una hermosa casa que domina el lago Okoboji Este, un lugar de veraneo frecuentado por ciudadanos del coraz¨®n del Medio Oeste. Hace cuatro a?os nunca se habr¨ªan imaginado que iban a abandonar su adicci¨®n de toda la vida al Partido Republicano. "Me pareci¨® que el presidente reaccion¨® bien tras el 11 de septiembre", dice John. "Al principio, pens¨¦ que la guerra de Irak era una buena idea, porque cre¨ªa que el presidente no nos habr¨ªa aconsejado ir a la guerra sin una buena raz¨®n. Pero ahora creo que esta guerra es una tragedia. Creo que Bush estuvo mal asesorado por Rumsfeld y toda esa gente, y ha eso hecho trizas mi lealtad al partido".
Pat es m¨¢s directa que su marido. "La guerra de Irak es como usar un tractor oruga gigante para plantar geranios", dice. "Hemos destruido un pa¨ªs, y nos hemos hecho un da?o terrible a nosotros mismos para capturar a una persona". Pat nunca tuvo la menor duda acerca de Bush. Siempre pens¨® que no estaba preparado para ser presidente, desde el primer momento. "No es muy listo, ?verdad?", dice. "Y es un ni?o malcriado. En un sitio como Okoboji, sin una familia como la suya que le ayudara, a los 40 a?os se le habr¨ªa considerado un don nadie, un vago". John ha acabado por compartir el resentimiento de su mujer. "No ha logrado nada por s¨ª solo en la vida", dice. "No puedo evitar pensar que lo que le impulsa es una necesidad de superar a su padre". Votar a un dem¨®crata, como va a hacer su esposa, es demasiado para un hombre que fue durante 30 a?os vicepresidente local del Partido Republicano. Lo que piensa hacer, dice, es invalidar su papeleta, escribir en ella que le habr¨ªa gustado dar su voto a un republicano m¨¢s decente, el senador John McCain. "No servir¨¢ de nada, pero ser¨¢ una reafirmaci¨®n personal de mi dignidad". Entre la docena de entrevistados en Okoboji, cinco dijeron que votar¨¢n por Bush y otros cinco que lo har¨¢n por Kerry. Se percib¨ªa m¨¢s convicci¨®n entre los votantes de Kerry, menos atisbos de duda, sobre todo a prop¨®sito de la guerra de Irak.
John Bjornstad, un importante abogado local y votante de Kerry, dice que cuando Bush sali¨® elegido, hace cuatro a?os, se sinti¨® "avergonzado como americano". "Es un inepto, no tiene el calibre que se necesita para el cargo", explica. "Un ejemplo es que, despu¨¦s del 11 de septiembre, tuvo la oportunidad de unir al pa¨ªs y estrechar los v¨ªnculos con el resto del mundo, y, sin embargo, ha acabado haciendo lo contrario.Y luego, la guerra de Irak: sigo sin ver un motivo que la justifique, excepto que quiz¨¢ Bush ten¨ªa alg¨²n problema con su padre que necesitaba resolver".
La secretaria de Bjornstad, Sally Deloss, dice que su marido es firme partidario de Bush y que ella seguramente tambi¨¦n votar¨¢ por ¨¦l. "Aunque me siento confusa ante la guerra de Irak. Tampoco entiendo por qu¨¦ la gente en el extranjero nos tiene tanto odio. Todav¨ªa podr¨ªa cambiar de opini¨®n en los pr¨®ximos 10 d¨ªas".
Vergene Donovan lleva 40 a?os trabajando para el Partido Republicano. Preside la campa?a de Bush en el noroeste de Iowa. Ha hablado con Bush. Tiene, enmarcadas, fotograf¨ªas suyas con Bush y con el vicepresidente, Dick Cheney. En su pared figura, tambi¨¦n enmarcada, una carta que le escribi¨® Richard Nixon. Tambi¨¦n posee un aut¨®grafo de Bush. Siente por el presidente lo mismo que pueden sentir las adolescentes japonesas por David Beckham. Aunque reprocha a Bush que no haya sido un l¨ªder m¨¢s agresivo. "En mi opini¨®n, deber¨ªa haber sido m¨¢s duro con los franceses y alemanes", afirma. "Deber¨ªa haberles presionado para que entraran en la guerra". No soporta a los que critican a Bush por la guerra. "Les digo: entiendo tan poco como vosotros lo que sucede, pero conf¨ªo en ¨¦l".
No obstante, la propia Vergene alberga dudas. Dice que Bush quiz¨¢ deber¨ªa haber dejado m¨¢s tiempo a Naciones Unidas para actuar antes de emprender la guerra. En cuanto al argumento de que, tal vez, implantar la democracia de tipo occidental en Irak pod¨ªa ser una idea descabellada, reconoce que, a veces, lo que suced¨ªa all¨ª le ha parecido "desconcertante".
Bob Boettcher, un vendedor de coches que fue alcalde de Okoboji, es un dem¨®crata cuya opini¨®n coincide con la de cualquier parisino. Considera que Bush es un presidente "horrendo", una marioneta de los fan¨¢ticos neoconservadores de su Gobierno, que ha llevado a EE UU a una guerra cruel y superflua, cuyas consecuencias ser¨¢n las contrarias de las que se pretend¨ªan. "No ha vencido al terrorismo. Ha avivado el fuego".
Sin embargo, Bob ve motivos para sentirse optimista. Est¨¢ convencido de que Kerry va a derrotar a Bush. "No porque Kerry sea fant¨¢stico, sino porque estoy seguro de que cada vez m¨¢s gente se da cuenta de que Bush ha metido la pata hasta el fondo. Tengo la seguridad de que van a salir a la luz votantes contrarios a Bush. Me refiero a personas que nunca han estado muy politizadas; quiz¨¢ incluso personas que nunca han votado. Y ¨¦sa ser¨¢ la gran diferencia".
?C¨®mo llega a esta conclusi¨®n? "Lo veo y lo oigo por todas partes. Hay un restaurante en el que desayuno desde hace muchos a?os y en el que ahora oigo a algunos que nunca se hab¨ªan interesado por la pol¨ªtica estar cada vez m¨¢s preocupados por Bush. Cada vez son m¨¢s los que piensan que la guerra de Irak es el mayor error que hemos cometido jam¨¢s. Cuanto m¨¢s piensa la gente, m¨¢s harta est¨¢. As¨ª que van a salir a la luz".
Una copa con el 'sabio' del pueblo
Una noche de fin de semana en el Gingham Inn de Okoboji es la imagen sin complicaciones del Medio Oeste de EE UU. Hombres grandullones con vaqueros, camisas de cuadros y gorras de b¨¦isbol en las que figuran los nombres de concesionarios de coches locales; mujeres del tama?o de luchadores de Sumo; filetes enormes, pollo frito y patatas, y bollos ba?ados en az¨²car pegajoso.
Peter Narey difiere un poco de la est¨¦tica local, aunque es tan simp¨¢tico y sonriente como todos los dem¨¢s. Pete, de 84 a?os, es abogado y veterano del Ej¨¦rcito estadounidense que trabaj¨® en el espionaje brit¨¢nico durante la Segunda Guerra Mundial. Tiene fama de ser no s¨®lo un sabio, sino un benefactor de la comunidad. Pete siempre ha votado al Partido Republicano. Lo va a volver a hacer ahora, aunque con serias reservas.
"Voy a votar por Bush, pero me gustar¨ªa que reconociera que ha cometido errores", dice. ?Cu¨¢les? "Por ejemplo, que estaban muy mal preparados sobre qu¨¦ hacer despu¨¦s de derrotar al Ej¨¦rcito de Sadam. Tampoco s¨¦ c¨®mo piensa seguir acumulando la deuda nacional con esta guerra, si, al mismo tiempo, reduce los impuestos. Creo que seguramente estamos peor que hace cuatro a?os... S¨ª, ya s¨¦, ya s¨¦, hay muchos motivos para no votar a Bush".
Entonces, ?por qu¨¦ va a votar por ¨¦l? "Porque creo que es mejor que la alternativa. No tengo ninguna fe en Kerry". ?Y si Bush gana y va a la guerra contra un pa¨ªs como Ir¨¢n? "Ser¨ªa un desastre". Aun as¨ª, ?Va a votar a Bush? "S¨ª, espero no equivocarme".
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