Crisis de estrategias
La imagen que transmite la industria del autom¨®vil es de madurez, m¨¢rgenes de beneficio reducidos o inexistentes, y una amenaza permanente de traslado de plantas y producciones desde pa¨ªses desarrollados a otros con menores costes laborales y fiscales. Pero las percepciones generales suelen ser enga?osas. La crisis afecta a grandes fabricantes, como los estadounidenses Ford y General Motors, y algo menos, pero tambi¨¦n de forma significativa, a europeos como Volkswagen. El reciente anuncio de que GM va a reducir 12.000 puestos de trabajo en Europa muestra que los costes de producci¨®n son muy elevados para las grandes empresas que han dispersado excesivamente sus puntos de producci¨®n. Por el contrario, compa?¨ªas que han concentrado sus producciones y dominan mercados pr¨®ximos -las francesas Renault y Peugeot- resisten mejor el continuo descenso de los m¨¢rgenes comerciales.
Los fabricantes de autom¨®viles necesitan cambiar de estrategia. Los mercados nacionales de los pa¨ªses industrializados est¨¢n pr¨¢cticamente agotados -una excepci¨®n ser¨ªa Espa?a, que requiere una renovaci¨®n a fondo del parque automovil¨ªstico- y la competencia de los fabricantes japoneses, sobre todo Toyota, clausura cualquier intento de competir en precio. La nueva estrategia no puede fundarse solamente en la reducci¨®n de costes laborales -es decir, en la deslocalizaci¨®n- puesto que los salarios asi¨¢ticos no pueden igualarse. Las nuevas recetas tendr¨¢n m¨¢s que ver con la reducci¨®n de costes log¨ªsticos, la organizaci¨®n de sistemas de proveedores y la concentraci¨®n de la producci¨®n que con las reconversiones tradicionales que lo f¨ªan todo a los despidos masivos.
La econom¨ªa espa?ola podr¨ªa tropezar con el problema de la deslocalizaci¨®n de plantas automovil¨ªsticas, hoy propiedad de alemanes, franceses o estadounidenses, y origen de buena parte de las rentas en varias zonas peninsulares. Las autoridades locales y auton¨®micas, por tanto, deber¨ªan participar activamente en la mejora de sus condiciones de producci¨®n y comercializaci¨®n. Esa participaci¨®n no requiere necesariamente de subvenciones y ayudas indirectas; basta con atender cuestiones como las infraestructuras y la formaci¨®n de capital humano. Competir con mano de obra barata y ventajas inmobiliarias es cosa del pasado.
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