El Rabin que yo conoc¨ª
De acuerdo con el calendario hebreo este mi¨¦rcoles (27 de octubre) se cumplen nueve a?os del asesinato de Itzhak Rabin, el soldado de la paz, Comandante Supremo de Tzahl (las fuerzas de defensa de Israel), Primer Ministro (dos veces), Premio Nobel de la Paz.
En el transcurso de una gran manifestaci¨®n bajo el lema S¨ª a la paz, no a la violencia (ir¨®nicos juegos del destino), una mano jud¨ªa asesina y dos balas por la espalda, ponen fin a su vida, al Cap¨ªtulo de Oslo, cambian dr¨¢sticamente el rumbo de la historia de Israel as¨ª como del conflicto con nuestros vecinos palestinos.
Cuanto m¨¢s nos alejamos del que fue el m¨¢s tr¨¢gico crimen pol¨ªtico de nuestra historia soberana, m¨¢s nos acercamos a Rabin, al hombre, al estratega, al estadista.
Al igual que varios de mis colegas del servicio diplom¨¢tico israel¨ª, yo conoc¨ªa a Rabin, sobre todo en su "¨¦poca diplom¨¢tica", cuando sirvi¨® como Embajador en Washington durante cinco a?os (1968-1973). Mi ¨²ltimo recuerdo, grabado vivamente, como si fuera ayer, es de un septiembre de 1995. Yo, a la saz¨®n embajador en Bruselas, acompa?aba al Pr¨ªncipe Heredero de la Casa Real Belga en visita oficial en Israel.
A las 10 de la ma?ana entr¨¢bamos en su despacho, su modesta "Moncloa". Rabin, el cigarrillo permanente, llevaba ya varias horas de trabajo, fruto de sus viejos h¨¢bitos militares. Tal vez hubiera jugado tenis (a las 6 de la ma?ana) su gran pasi¨®n. Recibe a su distinguido hu¨¦sped con su "media sonrisa", signo de una de sus reconocidas timideces, el apret¨®n de manos es fuerte y su voz de bajo, calurosa, un hablar algo lento, preciso, detallado. Como sol¨ªa decir Shimon Peres: "se sab¨ªa cada minucioso detalle sin perder de vista el cuadro general". Con Rabin no hay small-talk, va directamente al grano con la seriedad que le caracteriza: los acuerdos de Oslo est¨¢n estancados, Arafat no ejerce su autoridad, la situaci¨®n compleja y dif¨ªcil (?cu¨¢ndo no?), con Siria no progresamos.
Siete semanas despu¨¦s, a los 73 a?os de edad, Rabin era asesinado y nada nunca volvi¨® a ser lo mismo, ni en Israel ni en el Medio Oriente.
Antes, en octubre de 1999, el h¨¦roe de la Guerra de los Seis D¨ªas (1967) firma un hist¨®rico acuerdo de paz con el Rey Hussein de Jordania. Junto al acuerdo de paz con Egipto (1979) son los pilares m¨¢s firmes de la estabilidad en nuestra regi¨®n y contienen la promesa y el potencial de que la paz es posible en nuestra regi¨®n, si ambas partes la desean y la buscan.
Al lado de la tumba, fresca a¨²n, durante los servicios f¨²nebres y casi sin poder contener su emoci¨®n, el ya fallecido Rey Hussein dec¨ªa: "Nunca me hubiera imaginado que llegara este penoso momento, que me enlutezca por la p¨¦rdida de un hermano, colega, amigo. Hombre y soldado que respetamos, tal cual ¨¦l nos respetaba a nosotros y juntos trabajamos y dialogamos por el derecho de construir un futuro mejor".
Y Clinton en sus recientes memorias escribe: "Yo admiraba a Rabin antes de conocerle en 1992, pero ese d¨ªa, contempl¨¢ndole mientras hablaba en la ceremonia (de la firma de la Declaraci¨®n de Principios entre Israel y la Autoridad Palestina, V.H.) y escuchando sus argumentos a favor de la paz, pude ver que pose¨ªa una grandeza de esp¨ªritu que le convert¨ªa en un dirigente excepcional. Jam¨¢s hab¨ªa conocido a nadie como ¨¦l y estaba decidido a ayudarle a hacer realidad sus sue?os de paz".
... Que a¨²n contin¨²an siendo sue?os.
Muchos israel¨ªes no podemos dejar de preguntarnos ?d¨®nde estar¨ªamos hoy con Rabin? Toda respuesta es v¨¢lida en la misma medida ya que nunca lo sabremos a ciencia cierta.
Lo que s¨ª sabemos, una abrumadora mayor¨ªa de israel¨ªes y no s¨®lo aqu¨¦llos que le conocimos personalmente, es que con ¨¦l nos encontr¨¢bamos ante una encrucijada hist¨®rica que ofrec¨ªa una "ventana de oportunidades" casi ¨²nica. Y hoy lo que sentimos es la profunda pena y el dolor -casi f¨ªsico- que nos embargan al recordar a Itzhak Rabin.
Que en paz descanse.
V¨ªctor Harel es embajador de Israel en Espa?a.
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