No somos 'paganos
'Ya est¨¢ bien de confundir la parte por el todo. La pol¨ªtica municipal debe servir al ciudadano y no para servirse de ¨¦l. Desde que llegu¨¦ a Alicante por trabajo la gr¨²a se ha llevado mi veh¨ªculo seis veces de la v¨ªa p¨²blica. No voy a entrar si con raz¨®n o sin ella. Hasta llegar a esta estupenda ciudad, siempre cre¨ª que mi conducta vial hab¨ªa sido ejemplar y respetuosa. Sin embargo, mi estancia en Alicante parece haber ejercido sobre m¨ª un profundo cambio de personalidad convirti¨¦ndome de repente en un infractor nato. Tambi¨¦n pudiera ser que algo funcionase mal en este Ayuntamiento, en donde los traficantes de multas han tomado la calle. Los ciudadanos tenemos que asumir nuestras obligaciones, pero hay algunas que, entiendo, corresponden al Ayuntamiento, obligaciones que sistem¨¢ticamente elude y traslada a quienes sufrimos la nefasta organizaci¨®n del tr¨¢fico rodado en esta ciudad. El problema del atasco o del aparcamiento en Alicante no es de car¨¢cter individual sino de ¨ªndole estructural, aunque los gestores municipales se empe?en en confundir las causas con los efectos. En este tipo de pol¨ªticas, la culpabilizaci¨®n siempre recae sobre el contribuyente. En Alicante, el af¨¢n recaudatorio a trav¨¦s de las multas y la falta de soluciones alternativas s¨®lo crean descontento y desencanto en quienes sabemos que un problema p¨²blico de estas dimensiones no se soluciona con sanciones particulares, que es una forma de no resolver nada y de sacar dinero f¨¢cil para las arcas municipales. Y es que traficar con el tr¨¢fico es un buen negocio que carece de ¨¦tica municipal. Camino al dep¨®sito de autom¨®viles, coincid¨ª con un conciudadano en mi misma direcci¨®n que me dec¨ªa: "Ahora est¨¢n que ara?an", "Va llegando fin de a?o y hay que pagar muchos sueldos, sobresueldos, pagas extras y servicios adeudados". Me lo sospechaba. Y al preguntarle: "?Por qu¨¦ tendremos que seguir aguantando estas situaciones?", se encogi¨® de hombros, sigui¨® andando, y no me respondi¨®.Cu¨¢ntas horas perdidas de tantos conductores llevaremos acumuladas en los atascos, un tiempo que nadie nos pagar¨¢, ni siquiera con una disculpa por parte de los responsables locales de la circulaci¨®n. Cu¨¢nto dinero perdido de nuestros bolsillos en concepto de multas por mal aparcamiento, ante la escasez de los mismos, reduciendo un problema que es de car¨¢cter p¨²blico a un asunto de ¨ªndole privado. Al menos, en otras ciudades los Ayuntamientos utilizan los recursos p¨²blicos y las recaudaciones derivadas de las sanciones en buscar soluciones imaginativas y paliativas a un problema cada vez es m¨¢s preocupante. Sin embargo, en Alicante el af¨¢n recaudatorio a trav¨¦s de las multas y la falta de soluciones alternativas por parte de los responsables pol¨ªticos s¨®lo crean descontento y desencanto en quienes creemos que las soluciones no han de centrarse ¨²nicamente en el nivel de la responsabilidad individual, cargando el problema tan solo sobre los hombros de los ciudadanos, sino que la pol¨ªtica municipal debe estar para servir al ciudadano y no para servirse de ¨¦l. Reducir a los agentes de tr¨¢fico a meros traficantes de multas es resolver un problema estructural de la ciudad a trav¨¦s de sanciones particulares, que es una forma de no resolver nada y sacar dinero f¨¢cil para las arcas municipales. No soy competente para dar soluciones para mejorar tan lamentable situaci¨®n, pues s¨®lo detecto problemas como usuario. Para eso est¨¢n unos se?ores, que se supone que deben saber algo del asunto, y que pagamos los contribuyentes, en buena parte con el dinero de las multas recaudadas. Concretamente me referir¨¦ al problema del aparcamiento. Resido en Alicante desde hace 4 a?os, hasta entonces no sab¨ªa lo que era una gr¨²a. Hoy es un familiar.
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