La modernidad cl¨¢sica de V¨¢zquez D¨ªaz
El Museo Reina Sof¨ªa expone 205 ¨®leos y dibujos del pintor 'vasco' nacido en Huelva
Daniel V¨¢zquez D¨ªaz (1882-1969) naci¨® en R¨ªo Tinto, Nerva (Huelva) y se cri¨® en Sevilla, pero ayud¨® a construir el mito del arte vasco; vivi¨® el Par¨ªs de las vanguardias y fue miembro del ultra¨ªsmo, pero import¨® sobre todo la esencia cl¨¢sica de C¨¦zanne, aunque luego desarroll¨®, con sus amigos Maroto y Arteta, el "neocubismo" y fue maestro de maestros vanguardistas. Seg¨²n un cr¨ªtico, fue "muy antiguo y muy moderno" a la vez. Pintor oficial de la Rep¨²blica y el franquismo, sus frescos sobre el Descubrimiento, en La R¨¢bida, fueron catalogados como ejemplo de una aut¨¢rquica "est¨¦tica nacional"; en los a?os cincuenta despleg¨® al m¨¢ximo su papel de pr¨®cer art¨ªstico... El Reina Sof¨ªa revisa ahora su parad¨®jica figura.
La exposici¨®n, que podr¨¢ visitarse hasta el 10 de enero de 2005 en la planta tercera del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa (calle Santa Isabel, 52; http: //museoreinasofia.mcu.es) y ha sido coproducida con el Museo de Bellas Artes de Bilbao y comisariada por Jaime Brihuega e Isabel Garc¨ªa, divide su recorrido en nueve ¨¢mbitos temporales y tem¨¢ticos y consta de 94 pinturas, 74 dibujos y 37 piezas y objetos diversos. Muchos de ellos proceden de colecciones particulares (sobre todo las de Rafael Bot¨ª y de la nieta del pintor, Laura V¨¢zquez-D¨ªaz), y algunos llegan del extranjero (Par¨ªs, Buenos Aires...).
Para el comisario Jaime Brihuega, el fundamento de la exposici¨®n es sacar a V¨¢zquez D¨ªaz del "desamparo historiogr¨¢fico" en el que le sumi¨® la transici¨®n tras la "consagraci¨®n hagiogr¨¢fica" de que goz¨® en el franquismo. "Hoy, es innegable que V¨¢zquez D¨ªaz fue protagonista de primer orden en la modernizaci¨®n del arte espa?ol del siglo XX: en los a?os veinte fue el epicentro est¨¦tico, en la Rep¨²blica se le consider¨® modelo de lo cl¨¢sico moderno, y tras la guerra fue acogido por el poder como la ¨²nica modernidad posible, tibia, desde luego, frente a las vanguardias radicales, inaceptables para esos poderes".
Javier Viar, director de la pinacoteca bilba¨ªna, defini¨® al andaluz V¨¢zquez D¨ªaz como "el gran paisajista del Bidasoa y de Fuenterrab¨ªa", y se refiri¨® a ¨¦l como "gran impulsor de la vanguardia vasca", cuya "larga mano le permiti¨® ser c¨®mplice de Aurelio Arteta, maestro de Agust¨ªn Ibarrola, Rafael Canogar y parte del Equipo 57", formado en Par¨ªs en mayo de 1957 por Jorge Oteiza, ?ngel Duarte, Jos¨¦ Duarte, Juan Serrano y el citado Ibarrola.
La exposici¨®n ense?a a un artista de varias caras y m¨²ltiples lecturas sociales y pol¨ªticas: desde el joven dibujante pacifista que narra los horrores de la Primera Guerra Mundial en Francia y B¨¦lgica, al hombre que toma partido retratando a Jos¨¦ Antonio en 1938, o a S¨¢nchez Mazas y al propio Franco tras la victoria de los nacionales; pero tambi¨¦n est¨¢ el dibujante agudo que logra clavar a Lorca, D'Annunzio, Ram¨®n G¨®mez de la Serna o Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas (en torno a 1920); el pintor republicano que, por encargo del Gobierno, realiza el retrato al ¨®leo de Indalecio Prieto, y el profesional que ejecuta el retrato del rey Alfonso XIII ese mismo a?o (1931).
Junto a todo eso, se aprecia el cubismo suave de La f¨¢brica dormida (1925) y La f¨¢brica bajo la niebla (1920), los paisajes simbolistas (seg¨²n Brihuega, ¨¦se y no el cubismo fue su gran aprendizaje franc¨¦s), delicados y luminosos del Bidasoa; los l¨ªricos, oscuros y verdes atardeceres de Fuenterrab¨ªa que recuerdan a Gauguin; varias figuras de curas, monjes y cartujos; Unamuno y los hermanos Baroja; Rub¨¦n Dar¨ªo vestido de monje; un gran retrato de su mujer, la escultora danesa Eva Aggerholm, y su primera ¨¦poca parisina, con numerosos toreros y cuadrillas de toreros, se?oritas espa?olas, retratos de Juan Gris y Modigliani...
Como escribe su disc¨ªpulo Rafael Canogar en el cat¨¢logo, al maestro "no le interesaba la pol¨ªtica, s¨®lo su obra por hacer", y dentro de esa obra destacan tres cosas: los retratos de tres generaciones de personajes ilustres, sus "magistrales" dibujos y sus "vibrantes, sensibles y apasionados paisajes". Un maestro que, seg¨²n Canogar, dio su "mejor dimensi¨®n cl¨¢sica" en los frescos del monasterio de La R¨¢bida.
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