Pedro Gonz¨¢lez Guti¨¦rrez-Barqu¨ªn, un servidor del Estado de derecho
S¨®lo hay un acto sobre el que no prevalece la negligencia de las constelaciones ni el murmullo eterno de los r¨ªos: es el acto mediante el cual el hombre arranca algo a la muerte. Ojal¨¢ que todos los que conocimos y gozamos de la amistad y compa?¨ªa de Pedro, 53 a?os, sepamos arrancar a su muerte el ejemplo humano y el estilo de vida que sobresal¨ªan m¨¢s a¨²n en el mundo que nos rodea de colosos titubeantes, ebrios de eternidad, que apenas parecen sospechar que el objetivo principal de una gran civilizaci¨®n no est¨¢ s¨®lo en el poder o en el dinero, sino en una conciencia clara de lo que se espera del hombre.
Fue Gregorio Peces-Barba el que a principios de los a?os setenta me present¨® a Pedro Gonz¨¢lez cuando lo incorpor¨® al despacho colectivo de abogados que fund¨® con Tom¨¢s de la Quadra-Salcedo. Aunque los tiempos han cambiado mucho desde entonces, en Pedro Gonz¨¢lez, nuestro mejor y m¨¢s estoico amigo y compa?ero, siempre sigui¨® predominando la opini¨®n de que el despacho de abogados deb¨ªa cimentarse m¨¢s en la mutua confianza y la amistad que en el inter¨¦s econ¨®mico, y eso ha permitido su continuidad y expansi¨®n a lo largo de tres generaciones.
Desde muy joven sus profundas convicciones democr¨¢ticas y su gran autoridad jur¨ªdica y profesional le permitieron defender a los presos pol¨ªticos ante el Tribunal de Orden P¨²blico, y al mismo tiempo asesorar en materia administrativa o mercantil a particulares y a importantes compa?¨ªas privadas.
Su gran formaci¨®n de abogado del Estado y de jurista fino y profundo, le llev¨® a formar parte en 1982 del equipo del ministro de Justicia Fernando Ledesma, y como secretario general t¨¦cnico del ministerio fue el prelegislador de las mejores leyes de la ¨¦poca y particip¨® en las decisiones m¨¢s sensatas en el ¨¢rea de justicia y de interior del primer Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, donde, cuando se hizo necesario, demostr¨® una incomparable autoridad.
Despu¨¦s de pasar unos a?os por la direcci¨®n jur¨ªdica y organizativa de Renfe, volvi¨® a la Abogac¨ªa del Estado, donde desempe?¨® sus funciones en el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y el Tribunal Constitucional y goz¨® de la m¨¢xima confianza de sus compa?eros y de todos los Gobiernos, porque sus ideales socialistas siempre iban acompa?ados de una gran preparaci¨®n profesional y de la objetividad propia de un gran servidor del Estado de derecho.
Es hora ya de reconocer que todos los espa?oles le debemos mucho por las decisivas y equilibradas aportaciones jur¨ªdicas que recientemente hizo en nombre del Estado ante el Tribunal Constitucional en los recursos relacionados con las normas y decisiones pol¨ªticas sobre la ilegalizaci¨®n de las organizaciones compa?eras de viaje de los grupos terroristas.
A pesar de su grave enfermedad atendi¨® a sus obligaciones hasta el ¨²ltimo momento, rodeado del calor y del inmenso apoyo de su mujer, Mely, y de sus hijos Isabel y Pablo. Estoy seguro de que tanto ellos como sus amigos pensamos que con su recuerdo imperecedero no tratamos de refugiarnos en nuestro pasado, sino de inventar y seguir construyendo el porvenir que Pedro Gonz¨¢lez Guti¨¦rrez-Barqu¨ªn siempre exigi¨® de nosotros.
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