Latinoam¨¦rica gira hacia la izquierda
La consolidaci¨®n de la democracia en la zona propicia la llegada al poder de partidos de centro-izquierda
Apenas dos decenios atr¨¢s, la izquierda revolucionaria perd¨ªa el cuello en las mazmorras de las dictaduras castrenses sure?as, era guerrillera en la Am¨¦rica Central de los ej¨¦rcitos gorilas, y los partidos de siempre la apretaban en Venezuela y M¨¦xico. Cay¨® la URSS, gan¨® Estados Unidos, los muros ideol¨®gicos perdieron sustento y financiaci¨®n, y Am¨¦rica Latina debi¨® matricularse en democracia.
Poco a poco, la izquierda fue acerc¨¢ndose al centro izquierda, y tambi¨¦n al populismo, para ganar votos y Gobiernos, y los ha obtenido en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Venezuela. Puede ganar en M¨¦xico dentro de dos a?os. Excepto en pa¨ªses a¨²n bullentes, Am¨¦rica Latina ya vota en libertad y consolida el democr¨¢tico uso. Las gobernaciones fruct¨ªferas, el Estado de derecho y la equidad social son, empero, metas no cumplidas.
Para acceder al Gobierno se perdieron ideales pol¨ªticos y combatividad
Los problemas se multiplican, pero al menos hay democracia
La regi¨®n sigue hecha un cristo y precariamente adscrita al pluralismo, pero al menos cuenta con la democracia electoral para castigar a las administraciones torpes o corruptas. No ha sido f¨¢cil. Desde la clausura de las carnicer¨ªas del Cono Sur y la pacificaci¨®n centroamericana, las convulsiones han sido sucesivas. La insurgencia es imbatible en Colombia; Hugo Ch¨¢vez y Lucio Guti¨¦rrez fueron golpistas en Venezuela y Ecuador; el peruano Fujimori, un canalla; el nicarag¨¹ense Arnoldo Alem¨¢n, un caco, y suma y sigue; dos puebladas expulsaron a dos presidentes en Argentina y Bolivia; Ecuador lamin¨® a tres; Paraguay, a otros, y las recurrentes crisis econ¨®micas fabricaron millones de nuevos pobres en una regi¨®n con 225 millones de pobres, m¨¢s de la mitad de su poblaci¨®n total.
No obstante, como en el tango de Carlos Gardel, "veinte a?os no es nada" para reconducir una regi¨®n sin crecimiento sostenido y con caudillos, cacicazgos y fr¨¢giles instituciones desde el desembarco de Col¨®n. No obstante, los relevos a trav¨¦s de las urnas son un hecho; las guerrillas, un anacronismo, y las hecatombes financieras, menos frecuentes. Pero el aggiornamento de la izquierda para acceder a palacio tambi¨¦n causa frustraciones. Se perdieron ideales pol¨ªticos y combatividad "y eso me parece un error", lament¨® en M¨¦xico el dibujante y humorista argentino Joaqu¨ªn Salvador Lavado, Quino, creador de Mafalda, una ni?a tan preguntona y cr¨ªtica como el hijo de andaluces que le dio vida. "Yo sigo creyendo en el socialismo".
La izquierda de sus amores tambi¨¦n, pero lo atemper¨® para que el ex obrero metal¨²rgico Lula da Silva ganara la presidencia de Brasil y el Partido del Trabajo (PT) aumentara sus alcald¨ªas, pese a perder la de Sa? Paulo; tambi¨¦n para que el onc¨®logo uruguayo Tabar¨¦ V¨¢zquez se alzara con el Gobierno, derrotando a los dos partidos hist¨®ricos, de centro derecha, que administraban el pa¨ªs desde su nacimiento como rep¨²blica hace 170 a?os. La izquierda y el centro izquierda de Chile archivaron los dogmas y el revanchismo para no asustar al electorado, tranquilizar a los generales, instalarse en La Moneda, abatir el tutelaje militar de la Constituci¨®n y ganar las ¨²ltimas municipales. La oposici¨®n derechista acort¨® distancias, pero ya no piensa en el atajo del cuartelazo, ni clama por la salvaci¨®n de Pinochet porque el ex dictador, adem¨¢s de asesino, result¨® ser un poco ladr¨®n, seg¨²n las denuncias. Ch¨¢vez barri¨® en las regionales del pasado mes.
"Am¨¦rica Latina muestra un ascenso del centroizquierda", subray¨® Carlos L¨®pez, analista de la consultora brasile?a Santa Fe Ideias. El ascenso implica la aceptaci¨®n de las reglas del mercado y reformas judiciales y fiscales que atraigan, o no espanten, la inversi¨®n, y es consecuencia del descenso de los partidos tradicionales, cuyos sucesivos fiascos prohijaron a un buen n¨²mero de orates. Sin facultades ni intenciones de ejercer gobiernos de Estado, los farsantes privatizaron empresas estatales que probablemente hubieran sido salvables, y con los multimillonarios ingresos amortizaron deuda y enriquecieron a parentelas y amigos. El ecuatoriano Adbal¨¢ Bucar¨¢n fue destituido en el a?o 1998 con cargos de locura en el ejercicio de sus funciones.
Poco a poco, los extremos pol¨ªticos y las singularidades tropicales pierden gancho en Am¨¦rica Latina, que progresivamente se dota de anticuerpos y purg¨® sus Ej¨¦rcitos. El centroizquierda cubre ahora el sur, donde el peronismo argentino vir¨® hacia la izquierda con el presidente N¨¦stor Kirchner; se instal¨® en Bogot¨¢, la capital de Colombia, y se detiene en Am¨¦rica Central, mayoritariamente conservadora; es reclamado como propio por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que fue de todo, a conveniencia, durante sus siete decenios de hegemon¨ªa en M¨¦xico. "Hemos entendido que se votan propuestas que tienen el coraz¨®n a la izquierda, que ayuden a los m¨¢s pobres y que caminen por el camino derecho, honesto y transparente", dijo en Managua el ex vicepresidente de Bolivia Jorge Quiroga, titular de la Uni¨®n de Partido Liberales Latinoamericanos, integrada por partidos conservadores y de centro derecha.
No hay candidato presidencial que no invoque en campa?a la redenci¨®n del m¨ªsero o el "rostro humano" de la econom¨ªa: el crecimiento con justicia social en una zona del mundo donde la fuga de capitales rivaliza con el monto de su endeudamiento externo. La consolidaci¨®n democr¨¢tica de Am¨¦rica Latina llevar¨¢ tiempo porque el grueso de los pol¨ªticos y empresarios son m¨¢s de colmillo que de patria, y en sus sociedades a¨²n se vitorea a los hombres providenciales. Venezuela vot¨® siete veces seguidas por uno de ellos, Hugo Ch¨¢vez, con millones de petrod¨®lares para serlo con sus compatriotas pobres. Ecuador eligi¨® a otro militar supuestamente de centroizquierda, Lucio Guti¨¦rrez, medio golpista durante la sublevaci¨®n que expuls¨® a Jamil Mahuad en 2000. Su partido, Sociedad Patri¨®tica, apenas consigui¨® el 5% en las elecciones del mes pasado, y Guti¨¦rrez afronta un juicio pol¨ªtico por supuesta corrupci¨®n.
Ch¨¢vez busca una oposici¨®n
La impericia de la oposici¨®n venezolana, todav¨ªa anclada en la tesis de que el presidente, Hugo Ch¨¢vez, acomete "una b¨¢rbara tiran¨ªa neofascista y castro-comunista de car¨¢cter continental", le condujo a una nueva derrota en las regionales del pasado mes y a una traves¨ªa a pan y agua hasta las elecciones de 2007. El Consejo Nacional Electoral reconoci¨® el triunfo de los candidatos de Ch¨¢vez en 20 de las 22 gobernaciones estatales en disputa.
Durante un cruce de correos con este corresponsal, un observador domiciliado desde hace muchos a?os en Caracas resum¨ªa la situaci¨®n. "Por aqu¨ª todo igual. La oposici¨®n ha terminado por derrumbarse. Le va a tocar tragar arena durante varios a?os hasta que consiga levantar la cabeza. Ch¨¢vez va a tener que hacer de Gobierno y de oposici¨®n, para tratar de evitar que el aplastante poder adquirido degenere y asfixie la revoluci¨®n bolivariana". El vicepresidente, Jos¨¦ Vicente Rangel, declar¨® que Venezuela necesita con urgencia "una oposici¨®n seria y democr¨¢tica".
De momento, tiene un frente antigubernamental fragmentado por las ambiciones y las discrepancias estrat¨¦gicas. "El 1 de noviembre, la revoluci¨®n lleg¨® para siempre y Venezuela cambi¨® para siempre". El presidente peruano, Alejandro Toledo, de perfil socialdem¨®crata, tambi¨¦n quiere cambiar su pa¨ªs para siempre, pero su popularidad apenas llega a los 12 puntos. Aunque el cholo en el Gobierno ha hecho bien sus deberes econ¨®micos, seg¨²n las calificadoras de riesgo, las formas no gustan y el adversario introdujo la sombra de la duda sobre su probidad o la de su entorno.
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