Caza al blanco en Costa de Marfil
Miles de extranjeros se refugian en el cuartel de las tropas francesas en Abiy¨¢n
La comunidad espa?ola en Abiy¨¢n, la capital econ¨®mica de Costa de Marfil, espera confinada en sus casas el cese de los saqueos en las calles y la caza al blanco machete en ristre desatada la noche del s¨¢bado por las milicias progubernamentales. La destrucci¨®n de aviaci¨®n marfile?a por parte del Ej¨¦rcito franc¨¦s, como represalia por la muerte de nueve de sus soldados en un ataque gubernamental, fue la chispa que incendi¨® el pa¨ªs africano y que lanz¨® a miles de milicianos y saqueadores a la calle. La intervenci¨®n francesa para reducir a la turba se ha cobrado 500 heridos, seg¨²n el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Las tropas francesas intervinieron ayer con disparos al aire para dispersar a los miles de manifestantes congregados ante el palacio presidencial en Abiy¨¢n, despu¨¦s de que la radio p¨²blica instara a los ciudadanos a formar un "escudo humano" para proteger al presidente, Laurent Gbagbo. Francia dej¨® ayer claro que "no tiene intenci¨®n de derrocarle", seg¨²n explic¨® el general Henri Poncet.
"Por ahora no hay planes de evacuaci¨®n para los espa?oles", explica el canciller de la Embajada espa?ola en Abiy¨¢n, Joaqu¨ªn Leyva. La mayor¨ªa de 229 espa?oles en Costa de Marfil permanecen en sus casas y s¨®lo dos han sido trasladados al cuartel de las tropas francesas. En ¨¦l, unos 1.200 extranjeros, la mayor¨ªa franceses, se resguardan de los J¨®venes Patriotas que recorren las calles con la cara pintada al grito de "hay que liberarse de los colonizadores".
Pau Vilche, de 27 a?os, que lleg¨® al pa¨ªs hace mes y medio para trabajar en una ONG francesa, consigui¨® ayer el traslado al campamento Bima, junto los expatriados franceses y otros blancos. "Vivo con un franc¨¦s y un belga y por eso vinieron esta ma?ana [ayer] con un helic¨®ptero para traernos al campo", dice Vilche. "Aqu¨ª estamos seguros, pero no cabemos todos. Esto tiene capacidad para 400 personas y estamos m¨¢s de 1.000. El Gobierno ha cortado la luz y se est¨¢ acabando la comida y el agua. Primero reparten raciones a las mujeres con ni?os, luego a las mujeres solas y por fin a los hombres", sostiene el cooperante, aliviado tras pasar dos d¨ªas a oscuras en su casa en un barrio residencial de Abiy¨¢n. "Ten¨ªamos todo cerrado y las luces apagadas para que pareciera que no hab¨ªa nadie. Por la noche se escuchaban los gritos de los Patriotas en las calles y pudimos ver c¨®mo ard¨ªa el instituto franc¨¦s. Tuvimos suerte, porque ning¨²n vecino dio el aviso de que hab¨ªa franceses en nuestra casa".
Un trabajador de la Embajada de Espa?a, que prefiere no desvelar su identidad no ha tenido tanta suerte y permanece en su residencia desde el s¨¢bado, escuchando disparos al aire, sin atreverse hasta hoy, ni siquiera a asomarse a la ventana, despu¨¦s de conocer que algunos espa?oles han sido atacados por saqueadores y milicianos. "La Marina francesa me ha dicho que la evacuaci¨®n va por zonas y a m¨ª todav¨ªa no me ha tocado", explica. "Tengo v¨ªveres para una semana, pero espero que esto acabe pronto. La llamada a la calma del presidente Gbagbo por televisi¨®n, el s¨¢bado ha amainado los ¨¢nimos y ahora mismo veo a trav¨¦s de la s¨¢bana que tengo colgada en la ventana a unos ni?os en la calle. Eso era impensable hasta ayer", a?ade en conversaci¨®n telef¨®nica.
En el regreso de Abiy¨¢n a una relativa calma coinciden los dos delegados del CICR. Javier Madrazo, uno de ellos, permanece en casa junto a su mujer y sus hijos de tres a?os y nueve meses. "He pasado miedo, por mis hijos, cuando ves a 500 personas profiriendo c¨¢nticos de guerra, piensas en tus hijos", asegura. "Pero por lo menos mi mujer, que es negra, puede salir a comprar medicinas".
Mientras, efectivos mixtos de cascos azules, tropas francesas y marfile?as patrullaron anoche Abiy¨¢n en un nuevo intento de pacificar la ciudad.
El Consejo de Seguridad de la ONU votar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas un proyecto de resoluci¨®n franc¨¦s que propone el embargo de venta de armas a Costa de Marfil. Por su parte, Washington apoy¨® la respuesta francesa a los manifestantes. "Fue una acci¨®n necesaria para proteger a los suyos", afirm¨® Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado.
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