Ni en casa ni fuera de ella
Los vecinos de San Crist¨®bal se quejan de la falta de seguridad ciudadana y del estado de ruina de sus viviendas

Hay un barrio en Madrid rodeado de autopistas en el que sus vecinos no pueden quedarse en casa ni salir a la calle. Las casas, literalmente, se les caen encima. No es la primera vez que deben desalojar su vivienda precipitadamente por peligro de derrumbe; en la calle, de noche, les roban y atracan con una facilidad y una frecuencia pasmosas. Hace un par de semanas se hartaron y salieron a la calle m¨¢s de 3.000 personas de San Crist¨®bal (Villaverde). Se congregaron en la plaza de Los Pinazo. A las seis y media, las tiendas cerraron y Los Pinazo, epicentro de esta zona olvidada de la capital, se llen¨® de gente indignada. A la misma hora, un fot¨®grafo que hab¨ªa ido a cubrir la manifestaci¨®n para un peri¨®dico aparc¨® el coche en una calle transversal del barrio. Un polic¨ªa municipal observ¨® la maniobra y luego le advirti¨®: "No ir¨¢s a dejar el coche mucho tiempo ah¨ª, ?no? Porque te lo roban seguro...".
?sa es una de las causas que empujaron a todos esos vecinos a congregarse detr¨¢s de una pancarta: la inseguridad. "Rara es la semana en que no roban un coche; y olv¨ªdate de dejar la radio dentro porque te desaparece en la misma noche", explica Angelines Flogueiro, de 38 a?os. Su madre, Angelines Flores, de 63, a?ade: "Desde hace unos dos a?os esto es simplemente insoportable".
Muchos de los vecinos relacionan la proliferaci¨®n de delitos con la llegada de inmigrantes; otros, como Victoria Opido, de 27 a?os, recuerda que las dos personas que atracaron a punta de cuchillo la ¨®ptica en la que trabaja la semana pasada "eran toxic¨®manos y espa?oles".
Esta dependienta convenci¨® hace unas semanas a su jefe de que cerrara la tienda un cuarto de hora antes "para salir con el resto de los comerciantes, que cierran a las ocho". Simplemente, le aterra salir sola al caer la noche.
En la puerta de su ¨®ptica, hasta hace poco, figuraba un cartel con un rostro fotocopiado: el del hermano del due?o de una tienda cercana, que muri¨® atropellado hace unos meses por un coche a toda velocidad que utilizaba las calles del barrio como un circuito mortal de rally. No es algo extra?o. "Por la noche se oye a los coches pasar, haciendo trompos, como si esto fuese una ciudad sin ley", se?alaba una vecina que acudi¨® a la manifestaci¨®n. Cerca, en un banco, cuatro adolescentes (tres chicas y un chico) que van al instituto que est¨¢ a sus espaldas explican que lo de los rallies "es normal, es de gente chalada, que chulea de coche, que lo pone a 100 kil¨®metros por hora". Comentan que no est¨¢n de acuerdo con la fama de barrio peligroso que d¨ªa a d¨ªa adquiere la zona, pero tambi¨¦n admiten que tienen miedo. Ante todo ellas. Y sobre todo por la noche: "Vas por la calle y al final, cuando ves grupos de j¨®venes que se acercan, y sales corriendo", dice una de las chicas, que, como los dem¨¢s, prefiere guardar el anonimato. Por cierto, que el instituto al que van tiene un guardia de seguridad en la puerta que se encarga de controlar el acceso. "Lo pusieron porque dec¨ªan que en el instituto se pasaban drogas y armas, pero era mentira. Lo que s¨ª hab¨ªa eran peleas, a la salida de clase, pero eso es normal en otros centros", a?ade otro de los j¨®venes.
En el barrio de San Crist¨®bal viven actualmente 16.000 personas. De ellas, m¨¢s de un tercio es inmigrante. La mayor¨ªa proviene de Ecuador (2.337).
Otro dato: la tasa de paro roza el 51%, y el fracaso escolar tambi¨¦n alcanza a la mitad de los alumnos que estudian en los colegios o en el instituto del barrio.
Adem¨¢s, de las 5.800 viviendas con que cuenta el barrio, 4.313 precisan de una rehabilitaci¨®n. Y 260 se deben demoler y levantar de nuevo debido a su estado de ruina irremediable.
Con estas cifras, los representantes de las asociaciones de vecinos (y los partidos de la oposici¨®n, PSOE e IU) han reclamado a las instituciones algo m¨¢s que polic¨ªas: mediadores sociales, inversi¨®n en educaci¨®n, aulas de enlace, centros sociales...
Hace un mes, los portavoces del PSOE en el Ayuntamiento y la Comunidad, Trinidad Jim¨¦nez y Rafael Simancas, y la portavoz municipal de IU, In¨¦s Saban¨¦s, visitaron el barrio. Hablaron de "polvor¨ªn a punto de estallar", de "barrio degradado", de "situaci¨®n explosiva".
Muchos de los vecinos de San Crist¨®bal empiezan a vender su casa y desfilan hacia Getafe o Legan¨¦s. Otros prefieren aguantar y defender el sitio en el que llevan viviendo desde hace a?os. Por eso salieron a la calle. Uno de estos ¨²ltimos llevaba un cart¨®n pintado con corazones que dec¨ªa, a pesar de todo, "amo mi barrio".
"No somos el Bronx; queremos ser la M-30"
Prado de la Plaza, miembro de la asociaci¨®n de vecinos de San Crist¨®bal, acudi¨® hace dos semanas a la multitudinaria manifestaci¨®n que reclamaba m¨¢s atenci¨®n de las instituciones hacia San Crist¨®bal. De la Plaza lleva viviendo en el barrio m¨¢s de 20 a?os.
De la Plaza portaba la pancarta que encabezaba la marcha, que rezaba: "No somos el Bronx; queremos quedarnos en San Crist¨®bal". Esta dirigente vecinal, que ha participado en numerosos desalojos debido al estado de ruina de las casas del barrio, ha pregonado que San Crist¨®bal "quiere ser la M-30". Es decir: participar de una parte de la inversi¨®n que el Ayuntamiento acometer¨¢ en la obra estrella del alcalde, la reforma de esta v¨ªa circular, que costar¨¢ m¨¢s de 1.000 millones de euros.
Los residentes en este barrio de la capital reclaman, entre otras cosas:
- M¨¢s centros m¨¦dicos (el barrio cuenta con un ambulatorio y un centro de urgencias).
- Mejores colegios o mayor presupuesto para mejorar los existentes, que acogen un alto porcentaje de alumnado inmigrante (hay tres colegios p¨²blicos que, a juicio de los padres y la oposici¨®n, necesitan urgentes mejoras).
- Mejor transporte p¨²blico: el barrio cuenta con una parada de l¨ªnea de cercan¨ªas (C-3), paradas de dos l¨ªneas de autobuses, que enlazan con Atocha y Legazpi.
- M¨¢s centros deportivos: el barrio dispone de un pabell¨®n cubierto municipal, algunas pistas de baloncesto y un campo de f¨²tbol.
La concejal de Servicios Sociales, Ana Botella, y el edil del distrito, Carlos Izquierdo, ambos del PP, se reunieron el mes pasado con representantes vecinales del barrio para escuchar sus quejas. "Y ambos prometieron hacer todo lo que es posible, desde el Ayuntamiento de Madrid, para solucionar los problemas de los vecinos", asegur¨® ayer un portavoz de la Concejal¨ªa de Servicios Sociales.
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