Los partidos holandeses exigen al Gobierno que persiga a los radicales isl¨¢micos

El Gobierno holand¨¦s adoptar¨¢ medidas para combatir el extremismo musulm¨¢n, tras los llamamientos a la unidad realizados por la reina Beatriz y la exigencia de todos los partidos pol¨ªticos, expresada ayer en el Parlamento, de lanzar una lucha sin cuartel contra los radicales. La sociedad se encuentra conmocionada tras los ¨²ltimos sucesos. El mi¨¦rcoles, dos presuntos terroristas isl¨¢micos se enfrentaron a la polic¨ªa en La Haya; un joven llamado Mohamed B. asesin¨® semana pasada al cineasta Theo Van Gogh y desde hace d¨ªas se suceden las quemas de mezquitas e iglesias cristianas.

Confrontados con la realidad de la existencia de c¨¦lulas extremistas en su territorio, los partidos pol¨ªticos holandeses exigieron ayer al Gobierno medidas concretas y una lucha sin cuartel contra el islamismo radical. Antes del debate, los ministros de Interior y Justicia, el liberal Johan Remkes y el cristianodem¨®crata Piet Hein Donner, trataron de frenar cualquier cr¨ªtica al remitir una nota al Parlamento en la que explicaban las dificultades para para prevenir lo ocurrido.

En ella se dice que los servicios secretos hab¨ªan detectado que Mohamed B. "empezaba a volverse m¨¢s radical, aunque segu¨ªa siendo una figura secundaria" en el grupo de Amsterdam. Detenido el 29 de septiembre por viajar sin billete en los transportes p¨²blicos, en sus documentos hab¨ªa datos que le relacionaban con la red terrorista formada en la capital holandesa y sus alrededores. Aunque su tel¨¦fono fue pinchado entre el 9 de agosto y el 21 de octubre ambos ministros afirman que nada permit¨ªa prever que iba a matar a Van Gogh.

Para cuando esta explicaci¨®n lleg¨® al Parlamento, la polic¨ªa hab¨ªa anunciado que en el piso de La Haya fueron halladas tres granadas de mano. Seg¨²n los agentes, Ismail A. y Jason W. , los presuntos terroristas detenidos el mi¨¦rcoles tras un sitio de varias horas pudieron recibir entrenamiento en Pakist¨¢n. El primero es holand¨¦s de origen marroqu¨ª; su amigo, hijo de un estadounidense y una holandesa, se convirti¨® al Islam hace cinco a?os. Ambos formaban parte de un grupo de j¨®venes musulmanes radicales con base en Amsterdam. Su l¨ªder ideol¨®gico y espiritual, el sirio Redouan Al-I., alias Abu Jaled, tambi¨¦n mantuvo contactos con Mohamed B., acusado del asesinato de Theo van Gogh.

Poco convencidos por los argumentos de los ministros, los diputados de los partidos de la oposici¨®n se preguntaron si no habr¨ªa sido posible actuar antes, o con mayor contundencia, para evitar la muerte del cineasta. Tambi¨¦n quisieron saber si se hubiera podido desmantelar a tiempo una red terrorista que parece haber echado sus primeras ra¨ªces en los Pa¨ªses Bajos.

Entre las propuestas para evitar situaciones similares figura la de Geert Wilders, ex diputado liberal y ahora ¨²nico miembro de su propio grupo. Amenazado de muerte desde que se mostrara partidario de frenar la inmigraci¨®n musulmana, Wilders pidi¨® que fuera elaborada una legislaci¨®n especial que faculte la detenci¨®n de "terroristas potenciales".

Su antiguo jefe y portavoz parlamentario en el grupo de los liberales del partido VVD, Jozias van Aartsen, solicit¨® que no se extendieran licencias de apertura a las mezquitas que abogaran por la violencia. Jason W. , result¨® herido en un hombro en el asalto del mi¨¦rcoles en La Haya, cuando visitaba la mezquita Al Fourqaan, en Eindhoven, considerada radical por las autoridades holandesas. Se teme que en dicho templo sean adoctrinados j¨®venes para la guerra santa. Sus responsables niegan cualquier actividad de esa clase.

Los partidos cristianos aprovecharon su turno en la C¨¢mara Baja holandesa para rogar que los sospechosos de actos terroristas puedan permanecer m¨¢s tiempo en prisi¨®n preventiva. As¨ª podr¨ªan examinarse a fondo todos sus contactos.

Justicia e Interior propon¨ªan en su carta al Parlamento que pudiera apartarse de sus funciones a los que prediquen la violencia, al tiempo que anunciaban que la polic¨ªa y los servicios de inteligencia ver¨¢n ampliados su presupuesto y efectivos. Los ministros Remkes y Donner sostienen que es preciso elaborar una "estrategia que sirva para aislar social e ideol¨®gicamente a los grupos de radicales musulmanes que apoyen la violencia contra las formas de vida de las sociedades occidentales". A su vez, les parece que vale la pena involucrar a los musulmanes moderados en la sociedad holandesa para que ejerzan de contrapeso desde su propia comunidad.