Un ataque por sorpresa
Me llamo Vito Hannibal Acconci. No lo escog¨ª yo, es mi nombre. Quiz¨¢ fuese una pose de mi padre, que se llamaba Hamilcar, hist¨®ricamente, padre de Hannibal. Mi padre naci¨® en Italia. Me pregunto por qu¨¦ motivo estos italianos escog¨ªan nombres de personas que atacaron a Roma y que, adem¨¢s, ?eran negros!". Un nombre remoto para una obra remota, y quiz¨¢ sea ¨¦ste el valor que tiene para nosotros, pues Vito Hannibal Acconci (Bronx, Nueva York, 1940) lleva el estigma de una personalidad arrolladora que no puede deconstruirse, sino o¨ªrse. Trovador y combatiente -"soy un guerrillero, no un artista, esto no es un espect¨¢culo, sino un ataque por sorpresa, ¨¦sta no es una galer¨ªa, sino un campo de batalla"-, la exposici¨®n que el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba) presenta su evoluci¨®n, desde sus inicios como poeta, a mediados de los sesenta, hasta los ¨²ltimos proyectos realizados por el Acconci Studio, es un oportuno punto de lectura de la colecci¨®n que el museo inaugur¨® el 15 de octubre y que subraya el aspecto po¨¦tico-relacional de la creaci¨®n pl¨¢stica a trav¨¦s de la confluencia arte/poes¨ªa, la conexi¨®n entre obra/espectador/espacio, el cine de exposici¨®n y la experimentaci¨®n en torno a la narrativa y lo preformativo, pues en esa transversalidad entre creaci¨®n, lenguaje y movimiento corporal, producto de la "expansi¨®n del arte" -que puede verse, entre otros, en los trabajos de Bruce Nauman, Dara Birnbaum, Joan Jonas, Nancy Spero, Marcel Broodthaers o en la revista multimedia ASPEN (1965-1971)-, la obra de Acconci adquiere gran singularidad. Esta exposici¨®n, comisariada por Corinne Diserens, tiene como eje tem¨¢tico el inter¨¦s del artista por abrir zanjas en la frontera entre lo p¨²blico y lo privado, su atrincheramiento en la oralidad; lo ilustran fotograf¨ªas de acciones, grabados, textos po¨¦ticos, dibujos, instalaciones, v¨ªdeos, documentaci¨®n escrita y una base de datos con m¨¢s de trece horas de trabajos sonoros (algunos in¨¦ditos) que abarcan de 1969 a 2004.
La exposici¨®n tiene como eje tem¨¢tico el inter¨¦s del artista por abrir zanjas en la frontera entre lo p¨²blico y lo privado
Excelente estudiante y gran lector (sus ¨ªdolos fueron Novalis, Brecht, Apollinaire, Beckett, Pound, Faulkner, Walser, Flaubert), Acconci cre¨® en 1967, junto a Bernardette Mayer, una rudimentaria revista, de difusi¨®n "condifencial", 0 to 9 (t¨ªtulo inspirado en la pintura de Jasper Johns 0 through 9, 1961, que dio cabida a autores como Dan Graham, Sol LeWitt, John Cage, Ivonne Rainer, seguidores de la Beat Generation, y cantautores an¨®nimos). Como poeta, sus primeras obras tienden a dimensionar f¨ªsica y temporalmente el lenguaje. En la p¨¢gina en blanco, la palabra "rellenaba" el espacio, algunos versos describ¨ªan acciones -poetry events- cuyo tempo recitativo deb¨ªa ser en ¨²ltima instancia igual al que duraba la acci¨®n descrita. Acconci se propone expandirse y materializar su poes¨ªa traspasando sus l¨ªmites y adentr¨¢ndose en otros terrenos de la pl¨¢stica. "Mi territorio se ha escurrido bajo mis pies", admite.
El movimiento cambia de veh¨ªculo y la poes¨ªa pasa de decirse a configurarse. El espacio de la lectura es el espacio de la voz, de su conjunci¨®n con el lugar y el tiempo, de la acci¨®n. ?sa es su gran lecci¨®n para el body art. La lectura de la p¨¢gina es ahora lectura de la sala basada en el principio de interactividad. A partir de ah¨ª, Acconci buscar¨¢ otros soportes, la fotograf¨ªa, el v¨ªdeo, la pel¨ªcula. Si el cuerpo hab¨ªa sido el punto de partida, tambi¨¦n pod¨ªa ser el de llegada. El lugar concreto en el que se desarrollan sus acciones se desactiva y en su lugar aparecen palabras y signos, como mobiliario, insertados en el espacio urbano.
Diserens ha seleccionado algunas de sus performances de finales de los sesenta, en una de las m¨¢s conocidas, Following Piece, el artista sigue durante horas a desconocidos por las calles de Nueva York y luego narra por carta esa experiencia; en Trademarks (1970) muerde su cuerpo e imprime las marcas, y en Seabed (1972), Acconci, desnudo y bajo una rampa en la galer¨ªa Sonnabend, se excita con la presencia de los espectadores hasta alcanzar el orgasmo. En Insistence, adaptation (1971), ejercita su cuerpo para intentar "ser" una mujer, o se depila el cuerpo. De mediados de los setenta son Remote control y The red tapes, que exploran las posibilidades expresivas del audio; y en la instalaci¨®n Another Candy-Bar from GI-Joe, relata c¨®mo las tropas estadounidenses impusieron a la comunidad italiana su estilo de vida norteamericano a finales de la II Guerra Mundial. Abstract house (1981), anterior a la formaci¨®n del Acconci Studio, es uno de sus primeros trabajos sobre la arquitectura m¨®vil, y consiste en una estructura desplegable construida a modo de c¨²pula geod¨¦sica que permite el juego de perspectivas y sombras que implican al espectador.
Las estrategias de intervenci¨®n arquitect¨®nica de Acconci, recibidas con incomprensi¨®n por la cr¨ªtica en los ochenta y con desinter¨¦s en los noventa -"?c¨®mo pasa de masturbarse en p¨²blico a proponer casitas y cochecitos?"- part¨ªan de su admiraci¨®n por el "building as a text" de Robert Venturi, que transforma en "the building is a text". Poco hay de ello en el Macba. En ese sentido, la exposici¨®n nos ahorra la decepci¨®n del guerrillero que vuelve a casa y se encuentra con que los vac¨ªos lo expulsan de ella con tanta fuerza como los s¨®lidos.
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