Pujol mantendr¨¢ su papel de ¨¢rbitro en la nueva ejecutiva de la federaci¨®n de CiU

Jordi Pujol seguir¨¢ siendo el ¨¢rbitro de CiU. Como presidente fundador, mantendr¨¢ el voto de calidad en la ejecutiva de la federaci¨®n de Converg¨¨ncia i Uni¨® que saldr¨¢ de la conferencia nacional del 26 y 27 de noviembre, que estar¨¢ formada a partes iguales por miembos de CDC y de UDC. Seg¨²n los estatutos, esta prerrogativa de voto corresponde al presidente de la federaci¨®n, pero Uni¨® plante¨® algunas reservas para que fuera Artur Mas, futuro presidente de CiU, quien la ejerciera. Esta semana se ultimar¨¢n las dos ponencias, la pol¨ªtica y la de organizaci¨®n, que se aprobar¨¢n en el c¨®nclave.

La conferencia nacional de CiU deb¨ªa servir para convertir la federaci¨®n nacionalista en una sola fuerza pol¨ªtica, porque as¨ª figura en los estatutos fundacionales de 2001. Pero ni Uni¨® ni Converg¨¨ncia interpretan de igual forma el significado de esta expresi¨®n. Si los convergentes aspiraban a un resultado equivalente a la fusi¨®n, los democristianos sostienen que CiU, al menos en las convocatorias electorales, ya act¨²a como una formaci¨®n pol¨ªtica ¨²nica y que, por lo tanto, la conferencia nacional debe introducir escasas novedades a la actual estructura organizativa.

Uni¨® tan s¨®lo persigue que Converg¨¨ncia la trate de igual a igual -de ah¨ª su insistencia en que las ejecutivas sean paritarias- y acabar con esa imagen de hermano peque?o de la federaci¨®n que ha crecido a expensas del mayor. Pero Uni¨® s¨®lo posee un tercio de los militantes convergentes y "esta diferencia ha de quedar reflejada, al menos, en alg¨²n nivel de la organizaci¨®n", se?alan desde la calle de C¨°rsega, sede de CDC.

La ponencia organizativa, la que ha generado m¨¢s desacuerdos entre ambas formaciones, est¨¢ pr¨¢cticamente ultimada gracias a los buenos oficios de los l¨ªderes de CDC, Artur Mas, y de UDC, Josep Antoni Duran Lleida. Pero dos inc¨®gnitas contin¨²an abiertas: la primera, si se mantiene el puesto de secretario general adjunto de CiU, y la segunda, el porcentaje de militantes que tendr¨¢ cada partido en las asambleas locales, los cuales, en caso de conflicto, deber¨¢n dirimir la composici¨®n de las listas a los comicios municipales.

Artur Mas considera que la secretar¨ªa general adjunta, que ahora desempe?a el convergente Pere Macias, no debe eliminarse. Pero este deseo topa inexorablemente con la dura realidad, pues adem¨¢s de la negativa de Macias a continuar, Mas a¨²n no ha encontrado candidato para un puesto que por sus caracter¨ªsticas despierta demasiada desconfianza entre las filas convergentes. Quien lo ocupa debe actuar de mediador entre los dos partidos y, como es sabido, los problemas nunca se resuelven a gusto de todos.

Mas propuso el cargo al alcalde de Sant Cugat, Llu¨ªs Recoder, un nacionalista del ala moderada de CDC. Pero el jefe de la oposici¨®n ha tropezado con su negativa, la segunda que le endosa Recoder, pues tambi¨¦n se neg¨® a ocupar una de las seis vicesecretar¨ªas generales de Converg¨¨ncia. El otro rechazo ha provenido de la alcaldesa de Valls y vicesecretaria convergente, Dolors Batalla.

Ante este incierto panorama, son ya demasiados los dirigentes democristianos y convergentes que apuestan por suprimir la secretar¨ªa general adjunta, incluso si Artur Mas es capaz de encontrar un candidato. Pues ¨¦ste tendr¨ªa que contar, adem¨¢s, con el visto bueno de Duran Lleida. Y, como suelen comentar en Uni¨®, Duran es muy exigente en lo que a cargos de su confianza se refiere. En 2001 ya vet¨® a Felip Puig por considerarle demasiado soberanista.El otro problema que deber¨¢ desencallarse esta semana es la composici¨®n de las asambleas locales de militantes y la representaci¨®n que tendr¨¢ cada partido. La elecci¨®n de los candidatos queda como hasta ahora, pero en caso de conflicto la ¨²ltima palabra la tendr¨¢n estas asambleas y Converg¨¨ncia triplica a Uni¨® en n¨²mero de militantes. Los democristianos no est¨¢n por la labor de perder todas las votaciones, por lo que exigen a sus socios que las listas se aprueben al menos con los votos de dos tercios de los militantes presentes.

Uni¨® Democr¨¤tica, como resultado de las negociaciones, ha tenido mejor suerte que Converg¨¨ncia, que ha acabado por ceder ante la presi¨®n de los democristianos y ante un escenario que amenazaba ruptura. De esta forma, no habr¨¢ militantes de la federaci¨®n -se optar¨¢ por una f¨®rmula que regular¨¢ la figura del simpatizante, tal como defend¨ªa Uni¨®-; las ejecutivas territoriales ser¨¢n paritarias y no elegidas por las asambleas de militantes, como planteaban los convergentes, y aunque se suprimen las cuotas que cada partido ten¨ªa adjudicadas en las listas electorales, el sistema de elecci¨®n se aproxima a las tesis democristianas.

En la conferencia de Tarragona, los consejeros nacionales de ambos partidos votar¨¢n en una lista cerrada la ejecutiva nacional, que tendr¨¢ una veintena de miembros. Jordi Pujol, que no se someter¨¢ a votaci¨®n, ser¨¢ el presidente fundador y mantendr¨¢ el voto de calidad. Mas, que hasta ahora no ejerc¨ªa ning¨²n cargo en la federaci¨®n, pese a ser el candidato a la presidencia de la Generalitat, ser¨¢ el presidente, y Duran Lleida mantendr¨¢ la secretar¨ªa general de la federaci¨®n.

Se elimine o no el puesto de secretario general adjunto, se crear¨¢n responsables de ¨¢rea, o vicesecretarios generales, que se encargar¨¢n de las campa?as electorales y de coordinar la sectoriales de CiU, propuesta que ha partido de las filas democristianas.

Por parte de Converg¨¨ncia, aunque la lista todav¨ªa no est¨¢ cerrada, formar¨¢n parte de la ejecutiva nacional, adem¨¢s de Artur Mas, los seis vicesecretarios generales y tres secretarios ejecutivos (David Mad¨ª, Oriol Pujol y Quico Homs), que forman el n¨²cleo de m¨¢xima confianza de Mas. Tambi¨¦n se da como segura la incorporaci¨®n de Xavier Trias, presidente de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona; de un representante del Congreso y otro del Parlament, y posiblemente de Carles Campuzano, presidente del consejo nacional de CDC.

Por Uni¨® se integrar¨¢n, adem¨¢s de Duran, el secretario general, Josep Maria Pelegr¨ª; los seis vicesecretarios ejecutivos; el presidente del consejo nacional, Ramon Espadaler; el portavoz en el Congreso, Josep S¨¢nchez Llibre, y el miembro de la Mesa del Senado Jordi Casas.