Una lengua de mestizaje
Todas las lenguas son, en mayor o menor grado, mestizas, y el castellano, que lo fue desde su configuraci¨®n inicial, se hizo espa?ol ensanchando precisamente su mestizaje. Primero en la Pen¨ªnsula y m¨¢s tarde, y de modo decisivo, al desarrollarse en Am¨¦rica. Todos y cada uno de los contactos con otras lenguas y culturas han ido depositando en la lengua espa?ola marcas de mentalidades, costumbres y sensibilidades distintas.
Unas se?as particulares de identidad, que sedimentan en ella sin borrarse, de modo que el espa?ol se configura y vive como un idioma com¨²n, con una muy trabada unidad, desde luego, pero en el que resuenan muy diversos ecos.
Una voz, en suma, plural y polif¨®nica, compuesta de muchas voces. En correspondencia con ello, nuestra identidad ling¨¹¨ªstica es la suma convergente de muchas identidades.
Encontrarse en la lengua del pueblo es situarse en el espacio de la humanidad
Esperamos que este Congreso de Rosario aporte luz sobre ese fen¨®meno tan hist¨®rico como actual y ayude a que, conociendo la pluralidad de lo que somos, se avive la conciencia de la comunidad que formamos, en y por la lengua.
No se puede olvidar en este punto que la comunidad hispanohablante a?ade, al patrimonio de la lengua com¨²n, la riqueza del pluriling¨¹ismo. Bien conscientes de ello, los organizadores de este Congreso han reservado dos secciones para estudiar la fecunda relaci¨®n del espa?ol en Am¨¦rica con las numerosas lenguas ind¨ªgenas, y del castellano con las otras lenguas de Espa?a.
No debe proyectarse la mirada ¨²nicamente en sentido retrospectivo, por m¨¢s que de la historia, con sus luces brillantes y con sus densas sombras, debamos obtener lecciones ¨²tiles; entre otras, la del enriquecimiento mutuo que la convivencia de lenguas siempre ha supuesto y puede suponer hoy.
Se trata, por lo tanto, de promover el conocimiento, de apoyar la vitalidad y de fomentar el di¨¢logo: porque, precisamente, la palabra nos ha sido dada para completarnos, mediante la comunicaci¨®n, en todas las dimensiones de nuestra existencia.
"Ciudad de palabras" llam¨® Plat¨®n a la comunidad pol¨ªtica que se construye sobre la base de una convivencia de cultura compartida. Una comunidad integrada, a su vez, por el acarreo y mestizaje de elementos plurales.
En ese horizonte el complejo fen¨®meno de la globalizaci¨®n plantea hoy problemas que no deben ignorarse.
Son muchos los que avisan del peligro de una incontrolada fuerza uniformadora. Amenaza con borrar las diferencias que nos individualizan y que configuran nuestra plural identidad. De seguro que los fil¨®sofos, soci¨®logos, creadores, estudiosos y profesionales del ancho mundo de la comunicaci¨®n, aqu¨ª presentes, podr¨¢n avanzar en el an¨¢lisis de esta importante cuesti¨®n que, por otro lado, tambi¨¦n abre indudables oportunidades.
Y es que, desde el punto de vista ling¨¹¨ªstico, parece claro que ese mismo fen¨®meno globalizador puede permitir al espa?ol, en su creciente expansi¨®n, consolidarse como lengua de comunicaci¨®n internacional.
Facilita, sin duda, este hecho esa robusta unidad de nuestra lengua que se orienta y expresa en la variedad.
Buen ejemplo de ello es el Diccionario panhisp¨¢nico de dudas, cuya idea naci¨®, por cierto, en el Congreso de Zacatecas. En este proyecto han trabajado, con apoyo del Instituto Cervantes, las veintid¨®s Academias que aqu¨ª van a presentar el fruto de su estudio. ?ste es el resultado de un arduo trabajo que las Academias han sabido desarrollar a lo largo de cinco a?os, juntas y en pie de igualdad, porque la lengua la hacemos entre todos y es de todos.
Esta obra sirve de preludio a otras muchas. Entre ellas, la m¨¢s importante ser¨¢, sin duda, la nueva Gram¨¢tica del espa?ol que, por primera vez, lo ser¨¢ del espa?ol total, diverso y uno, desde M¨¦xico a la Patagonia, o del Levante espa?ol a Bogot¨¢ o el Cuzco.
En esa l¨ªnea de reflexi¨®n sobre lo que podemos y necesitamos hacer juntos para promover la internacionalizaci¨®n del espa?ol cabe situar iniciativas como la que el Instituto Cervantes est¨¢ promoviendo para que los Diplomas del Espa?ol como Lengua Extranjera sean un t¨ªtulo compartido por las instituciones culturales y de ense?anza de todos los pa¨ªses hispanohablantes.
Este Congreso se inaugura en v¨ªsperas del cuatrocientos aniversario de la aparici¨®n de la primera parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
En El Quijote desembocaba una larga tradici¨®n y de ¨¦l part¨ªa otra nueva, que tambi¨¦n se encauzaba en un g¨¦nero nuevo.
El caballero y su escudero inauguraban un modo de convivencia y de sociabilidad, de intercambio continuo de ideas y opiniones, a cual m¨¢s diversas y hasta opuestas, como v¨ªa para hallar un resultado convergente.
Pero donde en realidad se encontraban era en el territorio com¨²n de la lengua, de la lengua del pueblo. Y es que, tal como dec¨ªa Blas de Otero, "Cervantes escribe como los ¨¢ngeles, y responde como los hombres".
Encontrarse en la lengua del pueblo es situarse en el espacio de la humanidad. Nada tiene, pues, de extra?o que cientos de ejemplares de El Quijote cruzaran el Oc¨¦ano en el a?o 1605 y, tras cabalgar por tierras de Am¨¦rica, el pueblo pudiera o¨ªrlo por boca de lectores en mil lugares.
Nada tiene de extra?o, digo, que convirtiendo a Don Quijote en figura familiar, toda nuestra lengua se transforme, a lo largo y a lo ancho, seg¨²n dice Carlos Fuentes, "en territorio de La Mancha".
Desde entonces, en virtud del "milagro cervantino" del que hablaba Jorge Luis Borges, todo nos es m¨¢s com¨²n, todo nos es m¨¢s cercano y aun ¨ªntimo.
Ojal¨¢ que este III Congreso Internacional, que convierte por unos d¨ªas a Rosario en "ciudad de palabras", contribuya a ensanchar nuestro ser individual y colectivo al modo cervantino, esto es, ampliando los espacios del di¨¢logo.
Concluyo mis palabras felicitando a los organizadores de este importante encuentro y agradeciendo a todos los congresistas su esfuerzo y entrega.
Les deseo el mayor ¨¦xito en sus trabajos en el marco de este Congreso que, con gran ilusi¨®n, inauguramos.
Extracto del discurso pronunciado por el Rey Juan Carlos en la inauguraci¨®n del III Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola en Rosario.
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