La Real voltea a un Athletic sin defensa
El equipo donostiarra supera en la segunda mitad al bilba¨ªno, que se hundi¨® tras la expulsi¨®n de Aranzubia
El Athletic es raro, muy raro. Ataca con cordura y defiende con locura. Atr¨¢s quedaron los centrales cl¨¢sicos. Hoy son flanes debiluchos que apenas se sostienen en el plato. En verdad, cuesta creer que pueda ganar un partido fuera con una defensa como la que ayer se manifest¨® en Anoeta. La Real es rara, muy rara: regala lo que le resulta f¨¢cil, aprovecha lo dif¨ªcil, juega a remolque, busca el castigo para crecerse. En tales circunstancias, hallar alguna l¨®gica se antoja imposible. En la locura, gan¨® la Real porque fue capaz de mantener m¨¢s tiempo el equilibrio a pesar de soportar dos mazazos en la primera mitad que levantaron los gritos contra la presidencia.
El gol, siempre el gol; la calidad, siempre la calidad. Hay partidos que se ganan porque s¨ª, por accidente, de rebote, sin querer, como el escritor de novela negra al que, de repente, le sale un sainete en verso. Y lo deja correr, si en ello le va el triunfo, aunque no lo busque. El fallo, siempre el fallo; el infortunio de los perdedores habituales de la novela negra, que, por m¨¢s que lo intenten, nunca encuentran la salida. He ah¨ª el duelo vasco entre el Athletic y la Real, que acabaron intercambiando los papeles. El primer caso correspond¨ªa, en la primera mitad, al Athletic; el segundo a la Real. Y al rev¨¦s.
REAL SOCIEDAD 3 - ATHLETIC 2
Real Sociedad: Riesgo; L¨®pez Rekarte, Labaka, Luiz Alberto, Garrido; Karpin, Aranburu, Alkiza, Gabilondo (Rosatto, m, 78); Nihat (Arteta, m. 89) y Kovacevic.
Athletic: Aranzubia; Iraola (Arriaga m. 80), Luis Prieto, Karanka, Del Horno; Tiko, Gurpegui; Etxeberria (C¨¦sar, m. 71), Yeste, Ezquerro (Pamp¨ªn, m. 62); y Urzaiz.
Goles: 0-1. M. 40. Ezquerro controla en carrera, recorta dos veces a su defensor y marca de vaselina. 0-2. M. 43. Iraola pica al ¨¢rea y Urzaiz empala. 1-2. M. 56. Control de Kovacevic que cede atr¨¢s y Nihat marca. 2-2. M. 65. Bal¨®n de Kovacevic a Nihat, que se traga Karanka, y el turco marca. 3-2. M. 72. Centro de Karpin y cabezazo de Gabilondo.
?rbitro: Meg¨ªa D¨¢vila. Expuls¨® a Aranzubia (m. 60) y amonest¨® a Alkiza, Karanka, Labaka, Del Horno, Nihat y Riesgo.
Unos 27.000 espectadores en Anoeta.
En tres minutos, el equipo donostiarra midi¨® la altura del pozo en el que se encuentra. A la media hora, Nihat mand¨® a las nubes un bal¨®n que ten¨ªa cosido al cuero la etiqueta de gol ante un vendido Aranzubia. Tres minutos despu¨¦s Kovacevic fall¨® el gol de su vida tras un error encadenado de toda la defensa del Athletic: a porter¨ªa vac¨ªa, le dio con el tobillo y la defensa lo sac¨® de la raya de gol.
Curioso. En tres minutos, el Athletic, con armas finas, golpe¨® el partido. Ezquerro un futbolista que maravilla en lo virtual y encorajina en lo real, sac¨® un control de lujo en un bal¨®n largo de Del Horno, se invent¨® dos recortes de calidad y (ventaja de disponer de dos piernas) se invent¨® una vaselina sutil sobre la salida de Riesgo. Tres minutos despu¨¦s, por el otro costado, Iraola, guipuzcoano, fino, de ¨¦sos que nunca regalan un bal¨®n porque conf¨ªan en si mismo, se invent¨® un bal¨®n picado que Urzaiz empalm¨® a la red consiguiendo su gol numero 100 con el Athletic.
Cuesti¨®n de calidad, m¨¢s que de juego, de estrategia, de dominio, todo ello igualado de forma alterna. ?Y la defensa? Al Athletic no le importa. Juega sin centrales, especialmente cuando Karanka anda de por medio, falto de forma, falto de sitio.
La Real, insistente, espoleada por la injusticia general, reaccion¨® en cuatro minutos. Karanka se fue al suelo ( error de impotencia) en un control de Kovacevic y marc¨® Nihat. Luego, Aranzubia fue expulsado por derribar a Kovacevic (que hab¨ªa partido en fuera de juego). El resultado de la primera mitad era tan injusto con el juego, igualado, como adecuado con la inspiraci¨®n. A la Real le pod¨ªa la angustia, el agobio que le malgasta las oportunidades. Pero le manten¨ªa la fe. Su segundo tiempo fue esplendoroso. Levant¨® la cabeza y encontr¨® a sus generales, Kovacevic y Nihat, que borraron al Athletic: uno por potencia, otro por velocidad, los dos por inteligencia.
La Real mereci¨® ganar m¨¢s que por juego por fe, m¨¢s que por aciertos por defectos del rival. Para ayudarle, Valverde retir¨® a Iraola y Ezquerro, sus mejores futbolistas. Y las faltas las tiraba Tiko y no Yeste. Y la Real a lo suyo, a ganar el partido, con toda la fe del mundo. Y con Nihat y con Kovacevic. Lo mereci¨® la Real tanto como se gan¨® el castigo el Athletic.
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