El l¨ªder de la Intifada ser¨¢ candidato a la presidencia palestina
Las aspiraciones de Marwan Barguti, preso en Israel, suponen un desaf¨ªo a la nueva c¨²pula
Desde el fondo de una c¨¢rcel israel¨ª, Marwan Barguti, el l¨ªder indiscutible de la Intifada, ha anunciado que se presentar¨¢ a las elecciones presidenciales palestinas del pr¨®ximo 9 de enero. Aunque su candidatura no es oficial, sus aspiraciones suponen un desaf¨ªo a la nueva c¨²pula dirigente palestina, que apuesta de manera descarada por Mahmud Abbas, contando para ello con el apoyo internacional, en especial de EE UU, y la aquiescencia del Gobierno israel¨ª, que desean como sustituto de Yasir Arafat a un hombre moderado y d¨²ctil.
Barguti, 45 a?os de edad, comunic¨® ayer su deseo de concurrir a las elecciones presidenciales a trav¨¦s de uno de sus m¨¢s fieles abogados. El letrado recogi¨® el mensaje directamente del candidato, al que hab¨ªa visitado en la prisi¨®n israel¨ª, donde se encuentra encarcelado desde hace m¨¢s de dos a?os, cumpliendo cuatro cadenas perpetuas impuestas por un tribunal israel¨ª por sus actividades al frente de la Intifada. El portavoz asegur¨® que el nombramiento de este candidato se oficializar¨ªa en las pr¨®ximas 72 horas.
El anuncio de la candidatura pone al descubierto una dura pugna en la c¨²pula dirigente del partido gubernamental, Al Fatah, entre los sectores de la vieja guardia que respaldan al candidato Mahmud Abbas y los militantes impacientes de la joven guardia, que ven en Barguti al l¨ªder capaz de renovar la administraci¨®n y de conseguir adem¨¢s unificar a todas las fuerzas progresistas palestinas. El enfrentamiento entre ambos sectores de Fatah no es, sin embargo, lineal y claro, ya que algunos destacados barones de la joven guardia, como por ejemplo el coronel Mohamed Dahlan, han adoptado una postura pragm¨¢tica y apoyan a Mahmud Abbas.
La pugna de Mahmud Abbas y Marwan Barguti por conseguir la nominaci¨®n de Fatah ser¨¢ resuelta en un plazo m¨¢s o menos breve en el seno de los ¨®rganos de direcci¨®n del partido Fatah, especialmente en el Comit¨¦ Central y en el Consejo de la Revoluci¨®n, donde los dos aspirantes tienen sus seguidores y detractores. Pero no se trata s¨®lo de una decisi¨®n interna de los bur¨®cratas del partido, ya que hay en Cisjordania y Gaza otras plataformas de opini¨®n importantes, que no pueden o no deben ser obviadas; en primer lugar est¨¢ la calle, para la que Marwan Barguti es un l¨ªder indiscutido, mientras que a Mahmud Abbas se le considera un s¨ªmbolo de la corrupci¨®n. Otra plataforma de opini¨®n importante lo configuran las milicias armadas de las Brigadas de Al Aqsa, que tambi¨¦n apoyan de manera incondicional a Barguti.
En determinados medios pol¨ªticos se contempla la candidatura de Marwan Barguti de manera menos dram¨¢tica, ya que se cree que sus declaraciones anunciando que concurrir¨¢ a las elecciones es una estrategia dirigida al Gobierno israel¨ª, con la que pretende conseguir su inmediata puesta en libertad para no correr el riesgo de que el aspirante pueda convertirse a los ojos de la opini¨®n p¨²blica internacional en el "Mandela palestino". Esta maniobra estar¨ªa liderada por Fadua, la esposa del candidato, una mujer activa, abogada laboralista, que en los ¨²ltimos d¨ªas se ha dedicado a viajar por Cisjordania buscando apoyos para Barguti.
Secretario general
Barguti es desde hace diez a?os secretario general de Al Fatah en Cisjordania, un cargo que fue elegido democr¨¢ticamente por los militantes de la organizaci¨®n cuando regres¨® tras un largo exilio en Jordania y T¨²nez. Pero adem¨¢s fue uno de los diputados m¨¢s votados por el Parlamento palestino, que premiaron as¨ª su fidelidad y su dedicaci¨®n a la lucha nacional, a la que ha dedicado toda su vida.
Sin embargo, la popularidad y el apoyo de la calle no es suficiente para gobernar, aseguran sus detractores, quienes apuntan como principales inconvenientes su juventud, inexperiencia y falta de tacto. "?l tiene a¨²n toda la vida por delante y adem¨¢s ¨¦ste no es su momento", aseguraba ayer desde Nabl¨²s uno de los responsables locales de Fatah.
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