El culo en la urna
Fig¨²rense el paisaje: en medio de la griter¨ªa, de la trifulca, de los pescozones y de los insultos, una mujer resuelta en proeza, arriesga su trasero y lo deposita heroicamente sobre una urna, en medio de las bofetadas. Los implacables objetivos de las c¨¢maras nos ofrecen la primicia, en el contexto de unas tumultuosas elecciones a compromisarios del PP, para el congreso provincial de Alicante. Pero, con el tiempo, la espl¨¦ndida instant¨¢nea puede, aislada y desprendida de su intempestiva actualidad, ser objeto de muy variadas interpretaciones, en su est¨¦tica y en su semiolog¨ªa: desde la puramente escatol¨®gica, a la totalitaria: ?abajo las urnas!, o bien a la indomable: ?no m¨¢s pucherazos! Lo cierto es que a consecuencia de la batalla campal que se mont¨® en Elche, tres de las cinco urnas, fueron atropelladas, y cuando menos una -presume el cronista que la tan bravamente defendida por unos gl¨²teos femeninos- qued¨® bajo la custodia de la Polic¨ªa Nacional. En comisar¨ªa terminaron tambi¨¦n el campista Manuel Ortu?o, subdelegado del Consell en Elche, y Josefa Mart¨ªn, del llamado sector zaplanista, cursando denuncia tras denuncia, por falsedad, por amenazas, por coacciones y qui¨¦n sabe qu¨¦ otras maldades. La refriega entre ambas facciones es una muestra m¨¢s del enfrentamiento de los incondicionales del ex ministro Zaplana con los del actual presidente de la Generalitat. Y no sorprende a casi nadie, porque las tensiones permanec¨ªan latentes: hay perdedores que no paran de echar chispas y soltar calambrazos. El Congreso recientemente celebrado en la Comunidad Valenciana ha dejado demasiados flecos. Flecos que, pese a su abultada victoria, Camps no ha sabido o no ha podido eliminar. Los incordios no cesan, y parte de la provincia de Alicante contin¨²a alzada, mientras Camps trata de aparentar una serenidad de la que anda muy lejos, y eso no se consigue mirando para otra parte, sino d¨¢ndole un buen tir¨®n en los ladrillos al adversario. Que eso si que duele lo suyo y los deja finos. Las penosas peripecias del PP ilicitano, aparte de su probable pintoresquismo, est¨¢n publicando la imagen de un partido que se recome de crispaci¨®n e impotencia. No es una an¨¦cdota si no una categor¨ªa. Si el PP no termina de asumir su flagrante derrota en las generales, el PPCV pretende a toda m¨¢quina ponerse al pairo de la gran bronca de Elche, que ha colocado al propio Rajoy y a la gaviota del logo, en el punto de mira de los medios de comunicaci¨®n. La situaci¨®n resulta tan inc¨®moda, que los m¨¢s emblem¨¢ticos hombres de Zaplana en Alicante -Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, candidato a la presidencia provincial, Miquel Peralta y Julio de Espa?a- ya le han pedido a Acebes una lista de consenso, para desanudar el par¨®n ilicitano, a cambio de que desestime las impugnaciones de los campistas en Alicante y Elda, soluci¨®n que no ha satisfecho en absoluto a los dirigentes que dieron su confianza y apoyo al presidente Camps. Siempre queda, la cruenta posibilidad de ofrecer la cabeza del lanzado Manuel Ortu?o, quien est¨¢ dispuesto a ventilar "asuntos inconfesables" de Zaplana y otros mendas. Peligro. Ni el Palau ni G¨¦nova pagan a quien les destripa la gaviota.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.